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Por qué Sánchez evitó la foto de la vergüenza, con menos mujeres que en Arabia, pero el Rey no
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Por qué Sánchez evitó la foto de la vergüenza, con menos mujeres que en Arabia, pero el Rey no

Mientras el presidente del Gobierno, el ex "amigo Pedro", evitó estar junto al turbio Rubiales en la final de Copa de La Cartuja, Felipe VI desoyó un consejo, quizás por su alto sentido del deber

Foto: El palco del Estadio La Cartuja, en la final de Copa. (EFE/Julio Muñoz)
El palco del Estadio La Cartuja, en la final de Copa. (EFE/Julio Muñoz)

Fue una de las imágenes más comentadas de la final de Copa disputada en La Cartuja entre Betis y Valencia y que puso la guinda a una semana marcada por las exclusivas de El Confidencial, los llamados Supercopa Files, sobre los negocios ocultos de la Federación Española de Fútbol (RFEF) y su todavía (tic, tac, tic, tac...) presidente, Luis Rubiales. Junto al Rey, no en vano quien da nombre a la competición, en el palco de autoridades del estadio sevillano estuvieron el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, y su vicepresidente, Juan Marín, y el presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig. La ausencia más llamativa fue la del presidente del Gobierno de España, quien argumentó "problemas de agenda" y estuvo representado por el ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta.

Foto: Rubiales, junto al Rey, en el Estadio de La Cartuja. (Reuters/Jon Nazca)

Lo cierto es que Pedro Sánchez había viajado dos días antes a Ucrania para reunirse con su homólogo Volodímir Zelenski, aunque regresó a tiempo como para poder acudir a la final, pues, de hecho, la tarde del viernes coincidió con los reyes en Alcalá de Henares con motivo de la entrega del Premio Cervantes. Vamos, que si no estuvo en Sevilla pareció una medida preventiva. Después de todo lo acontecido durante la semana con Rubiales como turbio protagonista, las circunstancias no aconsejaban estar a su lado, algo que, en cambio, sí hizo Felipe VI, por más que desde su entorno más próximo también le plantearan la idoneidad de no estar. El sentido del deber, ya saben.

Con el mencionado Rubiales de cuerpo presente, a la cita de La Cartuja no faltaron su inseparable Alejandro Blanco, presidente del Comité Olímpico Español (COE), además de aliado en su cruzada contra la anterior secretaria de Estado para el Deporte, Irene Lozano, y, aunque su relación no sea ni mucho menos la mejor, los máximos dirigentes de los dos clubes finalistas, Ángel Haro, por parte del Betis, y Anil Murthy, del Valencia, quien finalmente acudió a la cena oficial a pesar de haber llevado a los tribunales a la RFEF.

De esta forma, resultó que en las cuatro primeras filas solo hubo una mujer, lo que a una experta en protocolo le llevó a preguntarse irónicamente si era el palco de Sevilla o el de Arabia Saudí, ese paraíso de libertades al que Rubi y su amigo Geri (Piqué) se han llevado la Supercopa de España para que las mujeres tengan cuartos de baño en los estadios. Con razón la hermana de la feminista Loujain al Hathloul, "en prisión y torturada" mientras esta competición se disputaba en su país, calificó de "muy irrespetuoso e impactante aplaudir semejante tontería". Pues sí, junto a lo de "soy de Motril", "no fumo", "no bebo" o "voy sin gorra", un festival del humor.

placeholder Elvira Andrés, arriba a la izquierda, en el palco de La Cartuja. (EFE/José Manuel Vidal)
Elvira Andrés, arriba a la izquierda, en el palco de La Cartuja. (EFE/José Manuel Vidal)

La señalada responsable de Compliance

Pero ahí no queda la cosa, pues resulta que la mujer del palco es Elvira Andrés, la vicepresidenta y responsable del departamento de Compliance de la RFEF, a quien, según dijo Rubiales en Onda Cero, competen los conflictos de intereses que podrían haberse producido con el cobro de comisiones por parte de la empresa de Piqué. Elvira Andrés fue nombrada vicepresidenta en enero de 2020, tras la dimisión de Ana Muñoz, quien en realidad comunicó su marcha en diciembre de 2019, si bien desde la RFEF se encargaron de aguantar la noticia hasta después de la Supercopa de Arabia. Otro ejemplo de la transparencia de Rubiales y del servilismo de ciertos colegas.

No, no es casualidad que de la RFEF hayan salido numerosas mujeres, lo mismo que ha ocurrido en el CSD desde que al frente del fútbol español está el ahora ex "amigo de Pedro". El caso más llamativo es el de la mencionada Ana Muñoz, nombrada vicepresidenta de integridad y cuya dimisión demostró precisamente la ausencia de esta desde la llegada de Rubi a la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. "Me resulta difícil no darles ninguna explicación. Porque me la van a pedir. Y me resulta difícil explicar lo que me resulta inexplicable, que un tema que evidentemente tienen connotaciones éticas (se compartan o no) no se puede hablar", comentó en su momento la que fuera directora general del CSD.

Cabe recordar que junto a Ana Muñoz dimitieron dos miembros del Comité de Ética, otra gran paradoja, uno de ellos también mujer, Araceli Martín Mangas. Por cierto, sobre el informe de este comité y la Supercopa de España hay una confusión generalizada. Este no analizó el contrato, sino la posibilidad de jugar en Arabia Saudí, aunque hicieron un informe al respecto cuando se enteraron de que se valoraba jugar en este país... por la prensa. Además, dicho informe no fue remitido a la Junta Directiva, como expresamente pidieron sus miembros.

Foto: Imagen: Irene Gamella / EC Diseño.

Anteriormente, fue Dolores Martelli, responsable del fútbol femenino, la que presentó su dimisión de un cargo que más tarde ocupó Maria Tato, ahora también defenestrada por Rubiales junto a su propio tío y la que fuera directora de comunicación, Marisa González. Basta con detenerse un momento para comprobar que la presencia de las mujeres en la RFEF es una cuestión de imagen. Esa hipócrita paridad sobre la que se esconde el machismo más rancio. Así se explica la vergonzosa imagen del palco de La Cartuja, con menos mujeres que en Arabia y, para una que había, de las que parecen estar dispuestas a aceptar lo cocinado. Tic, tac, tic, tac...

Fue una de las imágenes más comentadas de la final de Copa disputada en La Cartuja entre Betis y Valencia y que puso la guinda a una semana marcada por las exclusivas de El Confidencial, los llamados Supercopa Files, sobre los negocios ocultos de la Federación Española de Fútbol (RFEF) y su todavía (tic, tac, tic, tac...) presidente, Luis Rubiales. Junto al Rey, no en vano quien da nombre a la competición, en el palco de autoridades del estadio sevillano estuvieron el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, y su vicepresidente, Juan Marín, y el presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig. La ausencia más llamativa fue la del presidente del Gobierno de España, quien argumentó "problemas de agenda" y estuvo representado por el ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta.

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