Franco ningunea a las mujeres y cede al 'caudillo' Rubiales un sorteo que acaba en chapuza

Por fin, futbolistas, clubes y aficionados conocen el calendario de la primera competición profesional del deporte femenino en España. Eso sí, con casi tres semanas de retraso y la significativa ausencia en el sorteo de los emparejamientos de la presidenta de la nueva y flamante Liga Profesional de Fútbol Femenina (LPFF) por la decisión del Consejo Superior de Deportes (CSD) de celebrarlo en la sede de la Federación Española de Fútbol (RFEF) y no en la del citado CSD, tal y como Beatriz Álvarez Mesa ofreció hacer al secretario de Estado para el Deporte y éste en un primer momento aceptó de buen grado.

Según los expertos, no existía precepto legal ni reglamentario que facultara a la RFEF para intervenir en el sorteo de los emparejamientos, ya que se trata de una competición profesional. Es decir, que su realización pertenece al organizador, en este caso la LPFF que preside la citada Álvarez Mesa, sin que tenga que coordinarse con la RFEF. Sin embargo, después de muchos meses protegiendo a un presidente federativo sobre el que no ha dejado de recibir demandas tras las revelaciones de este diario, algunas incluso investigadas por la Fiscalía Anticorrupción, parece evidente que José Manuel Franco está sometido a lo que le diga Rubiales.

TE PUEDE INTERESAR

La liga profesional de fútbol femenino empieza con escándalo: Franco suspende los dos sorteos

Kike Marín

Solo así se explica que en el acto celebrado este viernes en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, por cierto, con un chapucero error que obligó a repetirlo al confundir los números 6 y 9, la RFEF no solo acaparara todo el protagonismo, sino que se permitiera colocar su logo junto al de la Primera Iberdrola, cuando la LPFF aún no tiene cerrado el patrocinador que dará nombre a nueva su competición, y, según fuentes consultadas, no está previsto que quien se lo dé sea la empresa energética.

Quién sabe, quizás para evitar que Álvarez Mesa brillara por su ausencia o, de haber acudido finalmente al sorteo, se hubiera llevado un disgusto al ver cómo Rubiales sigue campando a sus anchas e incluso ejercía de "mano inocente" junto a Rafael del Amo, presidente del CNFF y vicepresidente de la RFEF, Jorge Vilda, seleccionador nacional absoluto y director técnico de selecciones de fútbol femenino, Olatz Rivera, árbitra FIFA, y Ángeles Aguilera, miembro de la Junta directiva de la RFEF, Franco convocó a esa misma hora a la presidenta de la nueva liga profesional para mantener una reunión. Incomprensible.

¿No estaba la LPFF en buenas manos?

El propio presidente del CSD calificó de “empeño personal” que hubiese una liga profesional de fútbol femenino y que, “aunque no esté escrito en ningún sitio”, estuviera presidida por una mujer, "como parece lógico". Es más, con motivo de una visita al Principado de Asturias, Franco no dudó en asegurar que estaba “completamente convencido” de que si Beatriz Álvarez Mesa era la elegida, "la liga estará en muy buenas manos", de ahí que el plantón que ésta le dio al 'caudillo' Rubiales al no estar en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas fue su mejor respuesta.

Como era de esperar, el comentario de José Manuel no gustó al resto de aspirantes al cargo, quienes lo consideraron improcedente, aunque el gallego no solo no enmendó la plana, sino que terminó de rematarlo al responder que "uno tiene sus opiniones, su ideología y la apuesta política que cree conveniente". Eso sí, luego no dudó en reunirse y avalar la candidatura de, curiosamente, la federativa María Tato... Y es aquí donde radica el problema del actual máximo responsable del deporte español. A su desconocimiento de la materia y la gestión se une una carga política que explica que no siempre lo que dice se corresponde con lo que hace...

Su precedente como delegado del Gobierno

Cabe recordar que antes de llegar a la presidencia del CSD, Franco era delegado del Gobierno en Madrid, un puesto en el que fue investigado para saber si tuvo información sanitaria suficiente como para prohibir manifestaciones multitudinarias por la crisis del coronavirus. Se concluyó que no fue así, y que, por lo tanto, no había indicios suficientes para atribuirle una actuación delictiva.

Sin embargo, en el auto con el que Carmen Rodríguez-Medel archivó provisionalmente la investigación por presunta prevaricación administrativa, consideró que la actuación de Franco no fue responsable, y argumentó que tenía competencias para prohibir concentraciones que, como la feminista del 8 de marzo, pudieron contribuir al contagio y, aun así, no lo hizo. La instructora expuso que el delegado del Gobierno en Madrid no veló por la salud de los ciudadanos y le reprochó una actitud de "permanente y absoluta inactividad jurídica". ¿Les suena?

Claro que ahí no quedó la cosa, pues la misma jueza destacó que Franco sí que intervino haciendo uso de su competencia para prohibir el 4 de marzo una concentración de protesta que programó el sindicato agrario ASAJA prevista para el 14 frente a la casa del entonces vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, argumentando que el derecho de manifestación entraba en colisión con el derecho al honor y la intimidad personal y familiar. "La resolución de prohibición contiene unos razonamientos jurídicos que evidencian el conocimiento del delegado del Gobierno ahora investigado de su propia competencia", expuso.

Opinión

TE PUEDE INTERESAR

Ya se estudian acciones penales contra Franco, quien no inaugura pantanos, sino charcos

Kike Marín

Salvando distancias y circunstancias, algo parecido está haciendo Franco al frente del deporte español con su proteccionismo a Rubiales, a todas luces político. Sin embargo, el ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta, sabe de primera mano que si algo preocupaba al presidente de la RFEF es que en las exclusivas informaciones publicadas por este diario aparecieran comentarios suyos sobre la anterior presidenta del CSD, Irene Lozano, precisamente la gran impulsora de la profesionalización del fútbol femenino. Es por ello que a partir de ahora debería ser Beatriz Álvarez Mesa quien pusiera a cada uno en su sitio y desenmascare el postureo de Franco y su 'caudillo' Rubiales. Solo así se hará respetar y logrará que se respete a las mujeres, con obras y no solo con palabras y palabros...