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Madrid y Valencia no son finalistas por tener españoles (aunque lo diga Alfonso Reyes)
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Darío Ojeda

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Darío Ojeda

Madrid y Valencia no son finalistas por tener españoles (aunque lo diga Alfonso Reyes)

En Real Madrid y Valencia, los dos equipos que juegan desde este viernes la final de la Liga Endesa, tienen mucho peso los jugadores españoles. ¿Explica eso su éxito?

Foto: Real Madrid y Valencia Basket se enfrentan este viernes en el primer partido de la final de la Liga Endesa. (EFE)
Real Madrid y Valencia Basket se enfrentan este viernes en el primer partido de la final de la Liga Endesa. (EFE)

La situación del jugador español en la ACB es tan delicada que a veces parece que se trata de una especie en peligro de extinción. Que el producto nacional de alto nivel no abunda es un hecho, y las últimas decisiones de la Federación Española de Baloncesto (FEB) o la idea de Aíto García Reneses de montar una liga universitaria son pasos para intentar cambiar la situación.

Esta semana, Alfonso Reyes, presidente de la Asociación de Baloncestistas Profesionales (ABP), quiso resaltar el papel de los jugadores españoles en los dos equipos finalistas de la Liga Endesa y acabó en medio de una discusión sobre cupos, valor de mercado y hasta legislación laboral europea. "Garantía de éxito, núcleo de mucho peso rodeado de extranjeros implicados y de calidad", tuiteó el presidente de la ABP, que había retuiteado otro tuit de Nacho Duque, periodista del diario 'Marca', en el que este celebraba que disputaran la final de la ACB dos equipos en los que el jugador español tiene peso.

Que en Real Madrid y Valencia Basket, que se enfrentan a partir de este viernes la final de la Liga Endesa, el jugador español tenga tanto peso es destacable, pero de igual manera que no se deben exagerar los problemas del jugador nacional, que los tiene (a los equipos les cuesta un mundo apostar por el talento de casa, por ejemplo), tampoco se debe caer en el error contrario y entender que la presencia del jugador nacional acerca de manera automática al éxito.

Ni Real Madrid ni Valencia han conseguido lo que han conseguido por tener un núcleo de jugadores españoles, sino por tener un núcleo de jugadores muy buenos, que además han mantenido en las últimas temporadas. Y también por tener dos muy buenos entrenadores. A ambos les preguntaron por este asunto en la rueda de prensa previa a la final celebrada este jueves en el WiZink Center de Madrid. Estas son sus respuestas completas:

(Pablo Laso)

"Si Pablo Laso no fuera defensor del jugador español, sería, con perdón, gilipollas. Siento decirlo así de claro. Yo he sido jugador español. Al final los entrenadores queremos a los mejores jugadores, independientemente de que sean españoles o de donde sean. Pero sí es verdad que para mí, el jugador español en esta liga tiene una importancia especial porque conoce perfectamente cómo se mueve la liga, tienen mucha experiencia y la han vivido desde críos. Estoy seguro que Rafa (Martínez) cuando era un crío veía al Manresa jugar y Sergi (Llull) desde Menorca vería al Madrid jugar. Eso es un valor añadido. Creo que para los dos equipos es importante tener ese núcleo de jugadores españoles, pero ya está. Pero no se puede decir que por tener más españoles vas a ganar, no puedo decir eso. Si mañana Pedro entrena a otro equipo y yo entreno a otro equipo y ficho a diez españoles, ¿con eso voy a jugar la final? Eso no lo puedo decir, pero sí creo que ayuda".

(Pedro Martínez)

"Yo de lo que estoy encantado es de que tengamos unos jugadores españoles que se hayan ganado ser importantes. No tenemos ningún compromiso para que jueguen españoles, ni tenemos interés. Queremos que jueguen los mejores. Estamos encantados de que Rafa (Martínez) sea un jugador decisivo, o Pierre Oriola, o Fernando San Emeterio o Guillem Vives sean jugadores decisivos en un equipo que va a jugar la final de la liga. Pero nuestra pretensión es darle la posibilidad de que se lo ganen. También estamos muy contentos de que Luke Sikma, que hace pocos años estaba jugando en la liga LEB, ahora sea un americano de un equipo que se ha clasificado para la Euroliga o que juega la final de la liga; o que Antoine Diot, que es francés, dé su mejor versión como jugador. Nosotros, en principio, la nacionalidad no la miramos. Lo que nos gusta es ver el crecimiento de los jugadores. Si son españoles, consideramos que es un valor añadido por un poco lo que dice Pablo (Laso), porque su identificación va a ser mayor. Pero lo que queremos es que los jugadores del Valencia Basket, y Pablo con los del Madrid, jueguen lo mejor posible independientemente de dónde sean".

Ni Laso ni Martínez parecen considerar tan decisivo el producto nacional como Reyes, aunque ambos, sobre todo el técnico madridista, le dan importancia a la identificación. ¿Que Llull, madridista hasta la médula, va a dar un plus cada vez que se ponga la camiseta? Por supuesto. Pero la identificación no sustituye al talento y al trabajo, mucho más importantes. Y al menorquín, uno de los mejores jugadores de Europa, de eso va sobrado.

Ni siquiera el argumento que intenta ligar identificación y nacionalidad es válido siempre, por lo que tampoco conviene generalizar. En la ACB ha habido y sigue habiendo casos de jugadores extranjeros muy identificados con sus equipos. Sitapha Savané con el Gran Canaria, Nico Richotti con el Tenerife o Luis Scola con el Baskonia, por nombrar solo tres. El tiempo parece ser más determinante en el proceso de identificación de un jugador con un club que la nacionalidad. Pero no siempre es así: nadie podrá negar que el Chapu Nocioni está plenamente identificado con el madridismo desde que llegó y viceversa.

La receta que defiende Alfonso Reyes ni siquiera se cumple con el Real Madrid y el Valencia, que suman nueve jugadores españoles, todos fichados de otros equipos. En ambos casos, el núcleo de jugadores que han mantenido a lo largo de los años no está compuesto solo por españoles. En el Madrid, Jaycee Carroll, que lleva el mismo tiempo que Laso, ha ayudado a hacer tan reconocible al equipo. Y Gustavo Ayón, que ya va por su tercera temporada, es otra pieza importantísima. En el Valencia, después de Rafa Martínez, que acumula nueve temporadas en el club, los tres jugadores que más tiempo llevan en la plantilla son extranjeros: Bojan Dubljevic, Romain Sato y Sam Van Rossom.

Tampoco tiene mucho sentido afirmar que un equipo con más españoles favorece la identificación de los aficionados —que se lo digan al Baskonia—. Seguramente valoren más la estabilidad que la nacionalidad y echen en falta algún canterano, que, más allá de dónde sean, sí ayudan a estrechar lazos entre afición y equipo. Entre Real Madrid y Valencia solo juntan uno en la primera plantilla: el esloveno Luka Doncic.

La situación del jugador español en la ACB es tan delicada que a veces parece que se trata de una especie en peligro de extinción. Que el producto nacional de alto nivel no abunda es un hecho, y las últimas decisiones de la Federación Española de Baloncesto (FEB) o la idea de Aíto García Reneses de montar una liga universitaria son pasos para intentar cambiar la situación.

Pablo Laso Valencia Basket