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La gran Mickelsonada de la historia del golf
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Pablo Martínez-Arroyo

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La gran Mickelsonada de la historia del golf

La victoria de Mickelson en el PGA Championship lo ha convertido, a sus 50 años de edad, en el golfista más veterano en ganar un torneo de los llamados 'grandes'

Foto: Phil Mickelson con el trofeo de ganador del PGA Championship. (Efe)
Phil Mickelson con el trofeo de ganador del PGA Championship. (Efe)

El campo de golf de Kiawah Island tiene mucha historia detrás. Parte de ella es muy poco agradable para los jugadores europeos de la Ryder Cup. Y sobre todo para Bernhard Langer, el gran jugador alemán que falló un putt de apenas un metro en el último hoyo, otorgando la victoria al conjunto norteamericano.

Aquel duelo, conocido como la batalla en la 'orilla' (War on the shore), sucedió en 1991. Entonces, Phil Mickelson, ya era un jugador profesional del circuito norteamericano, a punto de ser incluido en aquel equipo campeón. 30 años después, el jugador zurdo, acaba de dejar su nombre para siempre en la historia del golf, en ese mismo campo, un entorno preparado para dominar a los actuales pegadores del circuito.

La victoria de Mickelson en el PGA Championship, segundo 'major' en el calendario del golf profesional, tras el Masters de Augusta disputado en abril, lo ha convertido, a sus 50 años de edad (16 de junio de 1970, San Diego, California), en el golfista más veterano en ganar un torneo de los llamados 'grandes'.

Foto: Laso, en un partido de la Euroliga el pasado mes de abril. (EFE) Opinión

La gran hazaña anterior la había logrado Jack Nicklaus, cuando se enfundó su sexta chaqueta verde de Augusta en el año 1986 a los 46 años de edad. Aquella victoria ya fue muy alabada, pese a que entonces los jugadores de golf no estaban ni mucho menos considerados como atletas, ni lo pretendían. Pero los cuarentones ya no contaban mucho entonces en las apuestas, imagínense los viejos de cincuenta en adelante.

La magia de Phil

Es cierto que los tiempos no solo han cambiado para convertir el golf en un deporte de grandes atletas jóvenes, capaces de lanzar misiles con el drive a más de 300 metros de distancia como quien lava, también lo ha hecho para que los jugadores entrados en años, que entendieron hace tiempo cual era el mejor modo de alargar unos años sus ingresos en la profesión, se sientan muy competitivos frisando incluso el medio siglo.

Los 50 años de Phil, no son aquellos 46 de Nicklaus, pero los rivales están mucho mejor preparados también. Si algún jugador podía unir ambos mundos, servir de puente entre el vigor y la 'signority', entre el impacto de un misil desde el tee, y la magia del juego alrededor del Green, sin duda Phil era el más indicado.

Un locutor veterano de las retransmisiones de golf, se inventó el término que ha hecho fortuna con una parte negativa del estilo de juego de Mickelson. De vez en cuando, al genio norteamericano se le cruzaba un poco el cable durante la vuelta, trataba de recuperar un error con un golpe maravilloso, y muchas veces era peor el remedio que la enfermedad. Esos momentos, fueron bautizados como 'mickelsonadas', y muchos amateurs nos íbamos manejando en las rondas de los torneos con el término en nuestra bolsa de palos.

Foto: Jugada del Atlético de Madrid-Real Sociedad. (EFE) Opinión

Lo que más resalta del juego de un amateur que se precie de serlo, es nuestra capacidad para pifiar golpes a priori fáciles. Y Mickelson ha venido siendo el único genio que se acercaba a nosotros de vez en cuando, liándola en un par de golpes por vuelta, tal y como hizo Bernhard Langer fallando aquel putt cercano en este mítico campo de Kiawah.

Desde este domingo de mayo de 2021, podremos añadir una nueva acepción al concepto de 'mickelsonada', que nos hará pensar en Phil como en el padrino de todo jugador amateur de golf. Hacer una mickelsonada, ya no será solamente liarla con un golpe a priori sencillo, también significará ganar como nunca jugando como siempre. Ganar con 50 años un torneo grande, con la naturalidad de los elegidos, y pegando en la última vuelta un drive de 366 yardas, el más largo de todo el torneo.

El campo de golf de Kiawah Island tiene mucha historia detrás. Parte de ella es muy poco agradable para los jugadores europeos de la Ryder Cup. Y sobre todo para Bernhard Langer, el gran jugador alemán que falló un putt de apenas un metro en el último hoyo, otorgando la victoria al conjunto norteamericano.

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