Vender fútbol en las Américas

Son las 12:45 del mediodía en Costa Rica, martes 27 de Septiembre, 2016. Es justo la hora de la comida y TODO EL MUNDO TICO está pendiente de la Champions League, Keylor Navas, Dortmund-Real Madrid, "como que despejó a puñadas mal algunos tiros,no?", me dicen tras el partido en una encuesta que pasa por identificaciones inmediatas: "Tú, ¿español, no?; Cómo crees que Keylor...".

La zona de Guanacaste como ejemplo, volcada en la visión del partido, recibido vía satélite por parte de los emporios estadounidenses de la retransmisión de deporte en vivo, una de las vías de salvación de la televisión tradicional: ESPN, Fox...hipervolcados. Ellos ponen la imagen; el sonido, a través de narradores y comentaristas técnicos en español, cuidadosamente elegidos por sus conocimientos y sobre todo en la cuestión fundamental: promocionar el producto, cuidar la imagen de los elementos fundamentales del asunto: Keylor/Real Madrid; Messi/Neymar/Suárez/Barcelona; Godin/Atleti.

Una vez más, fracaso de la estrategia de expansión de los medios españoles para quedarse con el mercado de la tv en español. Qué tragedia. Costa Rica vive en horarios muy precisos marcados por el estado de sus estructuras y sobre todo la extenuante presión de la naturaleza, de una potencia infinita que te hace pensar con humildad en la especie humana enfrentada a este rugido gigantesto, con volcanes tosiendo recordándote lo minúsculo que eres.

Los ticos se levantan entre las cinco y seis de la mañana, trabajan desde muy temprano, comen de 12:30 a 14:30, justo a la hora Champions de las famosas 20:45 en Europa. Luego siguen trabajando hasta el anochecer, que en esas regiones del mundo es entre cinco y seis de la tarde. Cuando llega la muy rápida oscuridad, todo el mundo está en casa, porque la noche no ofrece garantías de paz. En las carreteras por la dificultosa señalización; en las poblaciones, porque con la noche llega la inseguridad. Sus casas una colección inextinguible de antenas/sátelite conectadas a los canales estadounidenses que les cuentan en español las maravillas del deporte, de las ligas europeas de futbol, del dineral que se puede ganar en la NBA...otro mundo. Otro mundo conquistado por el dinamismo de las televisiones de EEUU.

En ese ambiente, se entiende perfectamente el despliegue de Florentino fichando jugadores americanos para asegurar cuotas de mercado entre los quinientos millones de hispanoparlantes. "Yo voy con el Herediano aquí en Costa Rica, pero en el fondo, voy más con el Real Madrid", me dice un ex-jugador de 21 años que cobraba 16 dólares por partido en la segunda división de su pais. "Aquí los mejores futbolistas ganan 3.000 dólares al mes y cuando vemos los sueldos en Europa...".

Europa es el Valhalla, encarnado en Keylor Navas, la puerta para los ticos, lo mismo que James es la puerta para los colombianos, Messi para los argentinos, Godín y Suárez para los uruguayos. Cada quince días, se abre la puerta del Valhalla/Champions y se vislumbra la abundancia. Es un espectáculo absoluto, porque para todos los hispanohablantes de las Américas, Valhalla es igual a Atlético de Madrid, Barcelona, Real Madrid. Y estando aquí puedes contemplar in situ la importancia de los mercados hispanos, 500 millones de personas.

Los narradores, los comentaristas técnicos no critican, solo cuidan el producto. Sacan brillo a cualquier virtud, jugada. Ocultan con muchísimo esmero cualquier fallo, defecto, hundimiento táctico. Siguen con mimo la reaparición de Keylor, porque Keylor es su medio de vida y a los manantiales hay que cuidarlos.

Una iguana nos mira descarada, entendiendo más que algunos de nuestros ejecutivos televisivos.