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La tranquilidad y el cariño del Trek vuelven a sacar la sonrisa a Contador
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Jesús Garrido

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Jesús Garrido

La tranquilidad y el cariño del Trek vuelven a sacar la sonrisa a Contador

El primer acercamiento del corredor madrileño a su nuevo equipo ha sido muy positivo, ya que, a diferencia de en el Tinkoff, podrá centrarse exclusivamente en la bicicleta

Foto: Alberto Contador ya luce los colores del Trek-Segafredo.
Alberto Contador ya luce los colores del Trek-Segafredo.

Cada año que comienza, el objetivo para Alberto Contador es el mismo: ganar el Tour de Francia. Lo viene siendo desde hace diez años. Bueno, esa cifra es algo excesiva. No el curso 2007 con la idea de ganar el maillot amarillo en París, sino que fue una posibilidad inesperada que surgió entonces y que la aprovechó al máximo. Sí, en julio se cumplirá una década desde que un chico de Pinto asustó al mundo ganando el Tour sin que nadie lo esperase y, de esa manera, se asentara indefinidamente entre los más grandes del pelotón mundial. Con 24 años, a Contador se le atisbaba una carrera inundada por el triunfo, quizá podía ser el nuevo Indurain para nuestro país. No lo fue por una cosa, principalmente: nunca ha obtenido el cariño y el respeto unánime que sí logró el navarro, por motivos obvios.

Foto: Alberto Contador, en la contrarreloj de la Vuelta (Javier Lizón/EFE).

Que la proposición de Alberto fuera siempre ganar el Tour no siempre tenía por qué ir acompañada de la dosis de realismo que se debe exigir. O sí, pero se malinterpretaban sus intenciones. Contador quería ganar el Tour, otra cosa es que pudiera ganar el Tour. Si no se sintiera capacitado, habría hecho realidad la amenaza de no continuar. Él compite por ello, se prepara a conciencia para llegar al verano en las mejores condiciones físicas y mentales posibles, pero luego la carretera le ubicaba en el lugar que le correspondía, a veces más justo, otras veces menos.

Pensar solo en la bici

Esta vez, el madrileño vuelve a empezar a rodar con la misma mentalidad de los dos últimos lustros: quiere luchar por ganar el Tour. Por eso no cumplió su palabra cuando dijo que se retiraba. Aún hoy, después de los palos que se ha llevado en los dos últimos años, se siente capacitado para hacer frente a Froome y Quintana en igualdad de condiciones. Puede que más, en realidad. A diferencia de en este tiempo pasado, ahora se siente arropado por un equipo en el que no solo es el líder indiscutible, sino donde es respetado y venerado. El Trek-Segafredo gira alrededor de Contador desde que se hizo oficial su fichaje poco después del final de la Vuelta a España. Contador tiene ahora el cariño que nunca le ofrecieron en el Tinkoff.

Por ahora, apenas ha tenido una toma de contacto con el Trek, y las conclusiones obtenidas no han podido ser más halagüeñas. En Benidorm, en diciembre, se reunió con su equipo en una pequeña concentración y planificó la temporada, que debería iniciarse, si no hay cambios significativos, en la Vuelta a Andalucía, que comienza el 15 de febrero. La próxima semana inicia la segunda parte de la preparación en Mallorca, donde estará el Trek con todos sus miembros hasta el viernes 13, y donde aprovecharán para presentar el maillot de competición de la temporada (el que ilustra este artículo es el de entrenamiento, de color fluorescente, para ser más visible en la carretera).

El entorno de Alberto transmite la felicidad que siente el corredor en estos momentos. Es lo normal después de tanto tiempo de decepciones con los rusos. La confianza del Trek en él es enorme y lo han demostrado desde el primer día. ¿Cómo? Permitiéndole a su ciclista que solo tenga que pensar en la bicicleta. Nada más que eso. No hay polémicas a su alrededor, sino facilidades. Así lo quiso transmitir su nuevo director, Luca Guercilena, en declaraciones al portal 'Cycling News': “Lo que nos gustaría conseguir es situarlo en un ambiente de calma en el que pueda ir a la salida de una carrera y saber que todos le estamos apoyando, que no va a estar estresado con otra clase de problemas y que va a poder concentrarse en la victoria. No sabemos lo que va a pasar, porque esto es competición, pero yo creo que puede ganar el Tour".

Un gran segundo plato

Ayuda a esta adaptación tan temprana, según comentan, que el primer patrocinador del conjunto estadounidense sea una marca de bicicletas, como es Trek. Esto les hace conocer perfectamente el terreno, saben moverse, lo que necesita su corredor, es decir, conocen el ciclismo y lo que ello conlleva, lo cual hace que estos se sientan muy a gusto... pese a que Contador no era la primera opción del Trek. Guercilena explica así que fueran primero a por Vincenzo Nibali: "Al tener un patrocinador italiano [Segafredo], fichar a un italiano era la primera opción y preguntamos si estaba disponible. Estuvimos muy cerca de traerlo. Hubo algunas diferencias en números, pero no creo que esa fuera la principal razón para que no viniese. Si pensamos en su equipo actual, está hecho totalmente para él, y nosotros ya tenemos nuestra base y no podíamos formar un equipo en torno a él", dice el italiano.

Foto: Contador hizo una etapa descomunal. (Javier Lizón/EFE)

Sin embargo, Guercilena se siente orgulloso de la plantilla que ha conformado tras las retiradas de Cancellara, Hesjedal y Schleck. "Tenemos nuestro estilo y firmamos corredores que adoran los retos, que corren con pasión y con corazón. Como director, siempre miraba los números, pero amo a los ciclistas que son capaces de anticiparse a los demás y atacar en el momento justo. Por eso fuimos a por hombres como Degenkolb, Pantano y Contador". Y sobre su nuevo jefe de filas no se quedó corto en los elogios: "Aún puede ganar otro Tour de Francia. Tiene todavía la potencia suficiente y sus capacidades físicas y psicológicas son enormes para ganar".

Con estas incorporaciones, el cambio de estrategia del Trek es evidente. Ha pasado de tener corredores destinados a las clásicas y a las victorias de etapas a contar con un líder muy claro para luchar por las vueltas de tres etapas. Antes todo giraba alrededor de Cancellara, uno de los mejores velocistas del mundo; ahora el Trek orbita sobre Contador, el cual confía ciegamente en que la plantilla es perfecta para ayudarle en su objetivo del Tour. Sus compañeros, al contrario que sucedía en el Tinkoff, irán a muerte con él, o al menos eso transmiten. Saben cual es el plan de ruta y lo van a seguir. Que funcione a la perfección solo lo mostrará la carretera francesa.

Cada año que comienza, el objetivo para Alberto Contador es el mismo: ganar el Tour de Francia. Lo viene siendo desde hace diez años. Bueno, esa cifra es algo excesiva. No el curso 2007 con la idea de ganar el maillot amarillo en París, sino que fue una posibilidad inesperada que surgió entonces y que la aprovechó al máximo. Sí, en julio se cumplirá una década desde que un chico de Pinto asustó al mundo ganando el Tour sin que nadie lo esperase y, de esa manera, se asentara indefinidamente entre los más grandes del pelotón mundial. Con 24 años, a Contador se le atisbaba una carrera inundada por el triunfo, quizá podía ser el nuevo Indurain para nuestro país. No lo fue por una cosa, principalmente: nunca ha obtenido el cariño y el respeto unánime que sí logró el navarro, por motivos obvios.

Alberto Contador Tour de Francia