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Cinco puertos y 160 km bajo un calor asfixiante solo por amor al ciclismo
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Javier Martínez Goytre

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Cinco puertos y 160 km bajo un calor asfixiante solo por amor al ciclismo

El autor narra en primera persona su participación en el Desafío de los Puertos de Guadarrama, prueba cicloturista que se celebró el pasado domingo en la sierra madrileña

Foto: 750 ciclistas participaron en el Desafío de los Puertos de Guadarrama (Foto: Federación Madrileña de Ciclismo)
750 ciclistas participaron en el Desafío de los Puertos de Guadarrama (Foto: Federación Madrileña de Ciclismo)

La línea de salida en Colmenar Viejo está atestada de participantes. Este año, unos 750 ciclistas. La cifra aumenta de año en año. La Federación Madrileña de Ciclismo está logrando consolidar el Desafío de los Puertos de Guadarrama, considerando lo complejo de este tipo de pruebas en la Comunidad de Madrid, ya que ha de coordinarse con la Guardia Civil de Tráfico, atravesar el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, etc.

Estas últimas semanas he salido a entrenar puertos, especialmente Morcuera, y aquello parece un campus ciclista del equipo Rock & Sierra haciendo series, venga a subir y bajar el puerto. Los que van a disputar la prueba hacen ese tipo de entrenamientos, que otros –los que estamos atados a una silla de oficina– difícilmente podemos planificar. Es una oportunidad para encontrarse con numerosos amigos con los que entrenas en el carril bici de Colmenar Viejo o con los que te cruzas por las carreteras de la Sierra. Pablo Lastras es el homenajeado por la organización en esta edición.

Por delante, la subida al Cerro de San Pedro, el Puerto de La Trampa, Morcuera, Canencia, y ascensión final de nuevo al Cerro de San Pedro, antes de finalizar en Colmenar Viejo: 158 kilómetros y 2.500 metros de desnivel acumulado.

La salida se hace casi al sprint, aunque me paro a saludar a Pablo, parado en un lateral junto a la salida. Cuesta coger el ritmo al comienzo porque los primeros 8 kilómetros son de (moderada) subida hasta el Cerro de San Pedro. La bajada a Guadalix de la Sierra es rápida. No hace frío a pesar de ser las ocho y media de la mañana. El día promete ser muy caluroso.

Desde Guadalix hasta Torrelaguna se llanea sin problema, rodando en grupos para protegerte del viento. Allí se gira a la izquierda para comenzar La Trampa. Es un puerto que tiene todo lo que yo puedo aborrecer: es corto (3,5 km), es duro (rampas del 12 y del 13 % en algunos tramos), es explosivo, está al comienzo de la prueba (yo soy un superdiésel y me cuesta mucho calentar) y además hace mucho calor. Así que no me queda otra que subir a mi ritmo. Sé que cuando llegue arriba el cuerpo carburará correctamente y tendré mejores sensaciones.

El calor empieza a ser asfixiante y las gotas de sudor caen cadenciosas sobre la barra horizontal de la bicicleta. Después de La Trampa hay un terreno rompepiernas desde La Cabrera a Valdemanco. Puedo subir con plato grande algunos repechos que hace un mes, entrenando por esta zona, no podía. En una curva en la bajada a Navalafuente hay un ciclista accidentado estampado contra un guardarrail. Las ambulancias van a su rescate. La verdad es que la organización está al tanto de estos accidentes y reacciona con rapidez.

La subida al Puerto de la Morcuera se hace desde Guadalix. Son 8 kilómetros hasta Miraflores, de subida suave salvo un pequeño tramo. El puerto comienza realmente en Miraflores. Es el laboratorio de pruebas de cualquier ciclista de Madrid. Muchos tenemos marcados nuestros registros desde Miraflores, tiempos de paso por el kilómetro 6 y llegada a la cumbre. Son 9,3 km de ascensión con unos 630 m de desnivel. Pablo Lastras y Antonio Alix están en una curva animándome. “¡Vamos, Javier!”, grita Pablo. “¡Goytre. Haz un caballito como Sagan!”, dice Antonio. “¡!Que cabrón Antonio!” pienso entre risas.

Hasta el kilómetro 6 has de subir regulando guardando gas para los últimos 3 kilómetros. La ultima rampa de 300 m con la curva a la derecha (habitualmente con viento de cara) con pendientes en torno al 10-11 % es el remate de esta subida, que con calor (y en esta época del año con muchas moscas) se hace más dura. Llegamos al puesto de avituallamiento que hay tras coronar Morcuera. Me llama la atención la cantidad de basura que tira la gente al suelo aunque haya contenedores. Es la gran asignatura pendiente de estas marchas: la poca conciencia ecológica de la gente.

La bajada de Morcuera es muy rápida y hay que estar atento en algunas curvas. ya que la carretera está abierta al tráfico. El Valle de Lozoya está espectacularmente bonito: rezuma agua por todos lados, todo está verde.

Desde Rascafría hasta Canencia lo mejor que puede hacer uno es buscar algún grupo numeroso y aprovechar para beber y comer. Llevamos unos 100 kilómetros ahora y encaramos la subida a Canencia. Los kilómetros y el calor empiezan a pasar factura. La parte dura de Canencia son 4 kilómetros, pero hay descansos y está muy arbolada, con lo que vas muy protegido del sol. Arriba de Canencia paramos para coger agua, plátanos, bebidas frías… hay de todo. Un diez a la organización de la prueba.

Bajamos como un tiro a Miraflores y luego a Guadalix. Subir el Cerro de San Pedro con aire de cara es muy pesado. Son casi 8 kilómetros de ascensión final, aunque la parte inferior es muy tendida. Solo el último kilómetro y medio es exigente. Bajamos hasta Colmenar a toda velocidad. La rampa del cuartel militar es el último obstáculo. Qué dolor de piernas, me van a reventar los cuádriceps.

Colmenar. La meta. Casi 160 kilómetros. Muchas horas de entrenamientos. Darío se acerca a saludarme. Veo a Fabián y a Fercal. Charlamos y nos reímos. Pablo Lastras sonríe: ”¡Que cojones tienes, Javier!”. Abrazos. Fotos. Pablo está muy solicitado: llamo a Fabián, Ferca, y a Javier para la foto con Pablo. Llegan Beatriz y Rosa para fotografiarse con él. Me encuentro con Dani, de mi urbanización. Charlamos. Muy cariñoso. “Nos vemos en La Marmotte, Dani”.

La línea de salida en Colmenar Viejo está atestada de participantes. Este año, unos 750 ciclistas. La cifra aumenta de año en año. La Federación Madrileña de Ciclismo está logrando consolidar el Desafío de los Puertos de Guadarrama, considerando lo complejo de este tipo de pruebas en la Comunidad de Madrid, ya que ha de coordinarse con la Guardia Civil de Tráfico, atravesar el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, etc.