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Un Tour diseñado para escaladores y ojo con los franceses
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Javier Martínez Goytre

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Un Tour diseñado para escaladores y ojo con los franceses

Comienza el Tour y qué mejor momento para hacer una valoración de lo que podemos esperar de la 'Grande Boucle'. Veremos si los vaticinios que hacemos son acertados o no...

Foto: Contador, antes de comenzar una sesión de entrenamiento en Normandía para el Tour. (EFE)
Contador, antes de comenzar una sesión de entrenamiento en Normandía para el Tour. (EFE)

Para empezar, el trazado de este año del Tour de Francia es bastante duro y montañoso, lo que será ideal para los escaladores. La montaña estará dividida en los dos bloques tradicionales, con los Pirineos en primer lugar, siendo los Alpes los jueces de la carrera. Podría darse una sorpresa mayúscula en los Pirineos al estilo Pierre de Saint Martin el año pasado, donde Chris Froome dinamitó la carrera en la primera oportunidad que la carretera se empinaba hacia el cielo. La etapa que finaliza en Lac de Payolle, justo tras la ascensión del Col de Aspìn podría dar un juego similar a la citada de la Pierre de Saint Martin, aunque el Col de Aspin carece de la longitud y dureza de la Pierre.

Una carrera con una contrarreloj individual dura de 37,5 km con dos puertos cortos en la segunda semana de competición y una cronoescalada situada en la última semana, entre tres etapas alpinas dan idea de la dureza del trazado. La ausencia de etapas de pavés o con excesivo peligro de viento hacen que el diseño de este Tour sea idóneo para escaladores (atención a los franceses), donde no es previsible que los rodadores puedan tener muchas oportunidades de cara a la clasificación general.

Foto: Alberto Contador aspira a ganar su tercer Tour y afronta esta nueva edición con inmejorables expectativas. (EFE)

Podríamos decir que no es el típico Tour al uso, con la primera semana de etapas llanas con llegadas masivas al sprint: la etapa 5, que discurre por el Macizo Central y finaliza en Le Lioran, bastante montañosa, permitirá empezar a aclarar la clasificación general y vislumbrar quien muestra síntomas de debilidad. En La etapa 7 comienza el bloque pirenaico y empezaremos a ver realmente el estado de forma de los líderes. En los Pirineos nos encontraremos con una etapa que podemos definir de corte clásico con el Tourmalet, Hourquette d’Ancizane, Val Louron y Peyresourde (184 km) y la que podemos considerar más dura (si bien de kilometraje idéntico a la anterior) que discurre por España y Andorra (Viellha Val D’Arán–Andorra Arcalís) con La Bonaigua, Cantó, La Comella, Baixalís y Arcalís. Los Pirineos descartarán definitivamente a algunos favoritos para la victoria final.

La siguiente dificultad se presenta en la etapa 12 entre Montpellier y Mont Ventoux. No es una etapa de un kilometraje extremo (solo 184 km), pero la dureza está asegurada. Salvo sorpresa mayúscula no veremos una victoria de un rodador del estilo de Eros Poli como ocurrió en 1994 (aquella etapa terminaba en Carpentras tras ascender al gigante de Provenza). Posteriormente, varias etapas de transición con previsibles llegadas al sprint o permitir fugas (atención a la etapa 15, que se antoja muy complicada de controlar por el equipo del líder), nos dejarán en los Alpes, donde se decidirá el ganador de la prueba.

Cuatro etapas alpinas, de las que una es cronoescalada de 17 km, servirán para dilucidar quién es el vencedor final. Visto el perfil de las tres etapas en línea, con dos llegadas en alto (etapas 17 y 19) donde se marcarán diferencias entre los favoritos, parece, sin embargo, que será la etapa 20 (Megève –Morzine) con cuatro puertos y última etapa antes de la llegada a Paris, la que pueda decidir el vencedor final.

Los candidatos al amarillo

Hay un ramillete de equipos potentes que pueden controlar la carrera, como Sky, Movistar, Astana y Tinkoff. BMC, aun contando con dos líderes solventes como Richie Porte y TJ Vangarderen, está en mi opinión un escalón por debajo de los anteriores. Tal vez las ausencias de corredores experimentados como Samuel Sánchez (me confesó en un vuelo Madrid-Zürich lo duro que es mentalmente preparar y disputar el Tour, y se centrará en la Vuelta a España) y Manuel Quinziato, rodador fuoriclasse y reciente campeón de Italia contarreloj puedan debilitar al equipo.

Los principales favoritos llegan en condiciones óptimas de disputar la prueba: Chris Froome, reciente vencedor de Dauphiné, Richie Porte, con magnificas prestaciones en esa prueba, al igual que Fabio Aru -vencedor de la tercera etapa-, Nairo Quintana, vencedor de la Route du Sud (con victoria en un cri llana), llegan todos en el mejor estado de forma posible. Alberto Contador, con un desempeño fantástico en los primeros días de Dauphiné, acabó cediendo finalmente ante Froome para acabar en quinta posición a 35 segundos del británico. Alberto parece estar en un gran momento de forma y no hay nadie tan agresivo y que sepa leer las carreras como él. No vamos a descubrir que es un corredor especializado en sacar petróleo de las debilidades de sus rivales, así que, como dicen en la NBA, expect great. Tiene terreno para buscarle las vueltas a sus rivales y a buen seguro que lo hará si huele sangre y las piernas le responden.

Que el Tour parece estar diseñado para escaladores es evidente, y entre ellos, debemos esperar grandes cosas de los franceses Romain Bardet, Thibaut Pinaud (tras su decepcionante Tour 2015) y Warren Bargil. Pierre Roland que irrumpió en el panorama internacional con una victoria espectacular en Alpe D’Huez en 2011, no parece a la altura de sus compatriotas, aunque podría optar a alguna victoria de etapa, por clase y experiencia. En cualquier caso, la cuadra francesa refleja lo acertado en la gestión del ciclismo de base galo, tal como me comentaba Fran Contador con admiración hace escasos meses

Debemos esperar espectáculo y victorias de Peter Sagan (¿otro descenso suicida para el recuerdo?) Alejandro I el Grande (impresionante su Giro y su temporada –¡otra más!- en las Ardenas), de Joaquim Rodriguez y de –lo siento, tengo debilidad por él– Greg Van Avermaet.

Tomo prestada de la portada de 'L’Equipe' de hace dos décadas, con una declaración de Miguel Indurian: ”Je suis allé tres loin dans la douleur”. Ningún candidato a la victoria final debe esperar pasar por menos de lo que pasó Miguel durante sus cinco años de victorias en el Tour. Suerte a todos.

Para empezar, el trazado de este año del Tour de Francia es bastante duro y montañoso, lo que será ideal para los escaladores. La montaña estará dividida en los dos bloques tradicionales, con los Pirineos en primer lugar, siendo los Alpes los jueces de la carrera. Podría darse una sorpresa mayúscula en los Pirineos al estilo Pierre de Saint Martin el año pasado, donde Chris Froome dinamitó la carrera en la primera oportunidad que la carretera se empinaba hacia el cielo. La etapa que finaliza en Lac de Payolle, justo tras la ascensión del Col de Aspìn podría dar un juego similar a la citada de la Pierre de Saint Martin, aunque el Col de Aspin carece de la longitud y dureza de la Pierre.

Tour de Francia Chris Froome Alberto Contador