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Guerra Real Madrid-Barcelona por Cesc
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José Félix Díaz

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José Félix Díaz

Guerra Real Madrid-Barcelona por Cesc

Cesc Fábregas volvió a asombrar al mundo del fútbol en la tarde del pasado domingo. El jugador del Arsenal saltó al césped del Emirates Stadium en

Cesc Fábregas volvió a asombrar al mundo del fútbol en la tarde del pasado domingo. El jugador del Arsenal saltó al césped del Emirates Stadium en el minuto 53 y le bastaron cinco para solucionar el partido y dar vida al equipo londinense en la lucha por la Premier más abierta de los últimos diez años. Más allá de los dos goles, Cesc demostró un carácter y una personalidad pocas veces vista en un jugador español. Poco le importó tener al lado a jugadores como Arshavin, Eduardo o Gallas. Desde que apareció se hizo dueño del balón y, lo que es más importante, controló la situación a su antojo y consiguió meter miedo al aguerrido Aston Villa del también español Carlos Cuéllar.

 

La escena del primer gol, el importante, es para enseñarla a futuras generaciones de futbolistas. Falta a cinco metros del borde del área. Varios jugadores del Arsenal merodean el esférico con el único fin de tirar la falta. La batalla era con Nasri, francés llamado a ser estrella, cuya luz se apagó en cuanto Cesc se acercó. Ni rechistó cuando el ex del Barcelona hizo suya la pelota. Una mirada bastó para que supiera quién iba a tirar la falta. El movimiento rebosaba confianza, seguridad en lo que iba a hacer. La consecuencia no se hizo esperar. Gol y nueva demostración de poderío de Cesc.

 

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En su sexta temporada completa en el primer equipo del Arsenal, Cesc ya ha hecho todo lo que podía hacer en Londres. Un talento así tiene que estar en la Liga, siempre y cuando pretendamos considerarla como la mejor del mundo. Cesc tiene que dar un paso más para continuar la lógica progresión que todavía tiene un joven futbolista de 22 años. Real Madrid y Barcelona saben que ya ha llegado la hora de convencer a un jugador comprometido al máximo con el Arsenal y más aún con Wenger.

 

Los próximos meses serán el escenario de la enésima batalla Real Madrid-Barcelona. Florentino Pérez quiere fichar al internacional español por mucho que Valdano le diga que se mueve por la zona de influencia de Kaká. La incógnita es saber el límite marcado por el presidente madridista para lograr su fichaje y le gustaría abordar la operación antes del Mundial porque sabe que el precio puede subir a poco que España y Cesc hagan en Sudáfrica lo que se espera de ellos. Ya ha puesto la maquinaria en marcha.

 

A Joan Laporta le quedan seis meses al frente del Barcelona y le gustaría marcharse con dos fotos más en su colección. Una es la renovación de Guardiola y la otra el regreso del hijo pródigo, que no es otro que Cesc. Begiristain es el hombre que está moviendo los hilos. El director deportivo del Barcelona ya ha llamado en varias ocasiones al jugador con el fin de hacerle llegar el interés y en abrir la puerta para su regreso. La máximo de que todo aquel que se va de la entidad azulgrana no puede volver, terminó con Piqué y lo hizo con éxito.

 

Los movimientos de unos y otros se van a suceder. Y también los de los dirigentes del Arsenal, denunciando lo que hacen Real Madrid y Barcelona, pero de hipócritas está lleno el mundo del fútbol. Todos los dirigentes de los equipos se mueven a espalda del resto y el club inglés es el especialista número uno en pescar en canteras ajenas.

 

Se habla de una cifra situada entre los 40 y 50 millones de euros como precio de la salida de Cesc, un escalón por debajo de lo pagado por los cracks del pasado verano como Kaká o Ibrahimovic. Wenger le pidió que siguiera una temporada más a cambio de facilitar su traspaso. Dos años después, el francés debe ceder y rebajar sus pretensiones. Cesc se lo merece. ¿A qué esperan Real Madrid y Barcelona?

Cesc Fábregas volvió a asombrar al mundo del fútbol en la tarde del pasado domingo. El jugador del Arsenal saltó al césped del Emirates Stadium en el minuto 53 y le bastaron cinco para solucionar el partido y dar vida al equipo londinense en la lucha por la Premier más abierta de los últimos diez años. Más allá de los dos goles, Cesc demostró un carácter y una personalidad pocas veces vista en un jugador español. Poco le importó tener al lado a jugadores como Arshavin, Eduardo o Gallas. Desde que apareció se hizo dueño del balón y, lo que es más importante, controló la situación a su antojo y consiguió meter miedo al aguerrido Aston Villa del también español Carlos Cuéllar.

Cesc Fábregas