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Homenaje para Rubén de la Red y Miguel García
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José Félix Díaz

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José Félix Díaz

Homenaje para Rubén de la Red y Miguel García

Rubén de la Red y Miguel García se han despedido del fútbol la misma semana y por idéntica causa. El corazón falló, pero lanzó el aviso

Rubén de la Red y Miguel García se han despedido del fútbol la misma semana y por idéntica causa. El corazón falló, pero lanzó el aviso justo a tiempo. Uno, el madridista, ha luchado durante dos años para demostrar que el mundo estaba equivocado, que los médicos cometían un error y que se encontraba en perfecto estado para hacer lo que mejor sabe: jugar al fútbol. El otro, el jugador del Salamanca, alteró la mañana de hace dos domingos con un desfallecimiento que encendió la alarma.

Siete días después, reconocía que su carrera como futbolista había terminado, pero que iniciaba otra nueva vida. Uno y otro se pueden considerar afortunados de seguir con vida, de poder continuar disfrutando de los suyos, pero les va a faltar el que ha sido el motor de su vida. Por fortuna, De la Red y García serán a partir de ahora héroes en vida. Antonio Puerta y Jarque, por desgracia, no pueden decir lo mismo.

Entre estos nombres existe un 'caso puente', que es el del sevillista Sergio Sánchez. El defensa del conjunto hispalense tuvo que dejar los terrenos de juego en enero de 2010, después de que se le detectara un problema en su corazón.

Tras ser intervenido, el jugador sigue luchando por intentar volver a los terrenos de juego. El deporte debe tomar nota de todo lo sucedido, analizar la carrera de los dos ya ex jugadores y del sevillista y sacar conclusiones.

A partir de ahora deben ser considerados como ejemplos. Y todo con el único objetivo de evitar, de prevenir accidentes fatales como los de Puerta y Jarque. El Comité Olímpico Español fue el pionero en eso de abrir las puertas a la investigación, a la ayuda al deportista, -el pasado verano organizó un partido entre los veteranos del Real Madrid y del AC Milan para recaudar fondos- pero no debe quedar ahí y otros estamentos deportivos deben hacer suya la iniciativa del COE y dar un paso más en la previsión y, sobre todo, en la ayuda al deportista que de un día otro debe dejar su carrera profesional de lado.
 
A los 23 años, De la Red se encontraba en lo más alto. Todo le sonreía, pero de repente vio como su vida deportiva se venía abajo. En cuatro meses, pasó de ser campeón de Europa -los compañeros de la Eurocopa le apodaron 'Maradona' por ese aire de jugador perfecto que desprendía- a no poder ni ver el fútbol. El sueño de su vida, el de triunfar en el equipo que le vio nacer desaparecía, se esfumaba en Irún. Las lágimas de la rueda de prensa de despedida denotaban el fin de esa ambición.

El Real Madrid, sus dirigentes, han procedido de la mejor manera posible, abriéndole la puerta de Valdebebas para que no deje de lado el fútbol y se pase al otro lado al banquillo. Al fin y al cabo Rubén -puro fútbol corre por sus venas- ha tenido la suerte de ser de los mejores y de jugar en un grande. El caso de Miguel García es diferente. Hasta su despedida, sonriente al máximo, cambió respecto a la del madridista. Un trotamundos del fútbol, de la Liga Adelante, no ha tenido ni tanta calidad ni tanta suerte de jugar en uno de los mejores clubes del mundo como De la Red.

Seguro que el Salamanca no le dejará tirado, pero su potencial nada tiene que ver con el del Real Madrid. Y hasta esto debe servir de ejemplo. Urge crear un fondo de garantía económica que sirva de protección para todo tipo de deportistas y todo podría empezar con la disputa de un partido amistoso, uno de esos que tanto gusta hacer a las figuras. El momento es el idóneo. Lo sucedido esta semana no debe quedar en el olvido. Dos buenos futbolistas han tenido que dejar su trabajo. Maldito corazón.

Rubén de la Red y Miguel García se han despedido del fútbol la misma semana y por idéntica causa. El corazón falló, pero lanzó el aviso justo a tiempo. Uno, el madridista, ha luchado durante dos años para demostrar que el mundo estaba equivocado, que los médicos cometían un error y que se encontraba en perfecto estado para hacer lo que mejor sabe: jugar al fútbol. El otro, el jugador del Salamanca, alteró la mañana de hace dos domingos con un desfallecimiento que encendió la alarma.

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