Mourinho quiere pisotear a Schuster, Capello, Pellegrini, Juande, Luxemburgo y López Caro

Pellegrini, Juande Ramos, Schuster, Capello, López Caro y Luxemburgo. Seis entrenadores y seis fracasos porque así se puede considerar cuando el Real Madrid cae en octavos de final de la Champions, su competición, tal y como refleja el historial de la máxima competición continental. De ser cualquier otro técnico el que esta noche tuviera ante sí la opción de romper con la historia reciente, diríamos que estaría asustado, acomplejado por los fallos de los que son sus compañeros de profesión. 

Lo que ocurre es que el encargado de romper al maleficio no es otro que José Mourinho, el entrenador que ya ha pasado a la historia de la Champions al lograr ganarla con dos equipos diferentes: Oporto e Inter. Lo de la historia lo ha dicho él, que ya saben que no tiene abuela, aunque la rueda de prensa de ayer fue de manual, cargada de mensajes idóneos para crear el mejor clima posible para lograr el objetivo de eliminar al Lyon, la última bestia negra que se ha cruzado en el camino europeo del Real Madrid. Sabe que al conjunto blanco no le hace falta atacar sin sentido. El empate a cero vale a los blancos. No lo olviden.

El entrenador portugués quiso, con sus palabras, alejar al equipo de todo lo que no sea fútbol. Aunque suene extraño fue así. Mourinho quiere que sus jugadores, afición  y prensa hablen únicamente de fútbol. Nada de polémicas. Y es que el actual campeón de la competición sabe que su temporada depende en gran parte de lo que suceda esta noche en el Santiago Bernabéu. El Real Madrid es mejor que el Lyon, pero ese argumento dejó de ser suficiente en esta competición en los últimos seis años. Juventus, Arsenal, Bayern, Roma, Liverpool y el propio Lyon no tenían mejor plantilla que la madridista, pero seguro que muchos de ellos tenían mejor equipo. 

El ex del Inter sabe que eso es lo que debe lograr: ser un equipo y por eso ha hecho un llamamiento a la unidad de todos los factores que rodean al equipo. Guste o no, el Real Madrid ha perdido el sitio en Europa. Tras los éxitos de 1998, 2000 y 2002, el equipo blanco se ha sumido en una depresión en el viejo continente. No visitar las últimas rondas europeas han costado el puesto a más de un entrenador. Mourinho sabe que su crédito entre la afición lo empieza a jugar esta noche, aunque ahora mismo la conquista de la Copa ya sería considerada como un éxito en la zona noble del Bernabéu. 

La eliminación sería una decepción

Pero caer eliminado ante el equipo francés supondría un golpe en la moral de los aficionados, técnico y de Florentino Pérez. El presidente madridista ha puesto en las manos del portugués todo lo que le ha pedido, al menos hasta final de temporada. Quiere títulos y por eso ha mirado hacia otro lado en más de una ocasión a lo largo de la temporada. También sabe que Mou es uno de los pocos entrenadores capaces de dar la vuelta a la situación a la que se ha visto relegada el Real Madrid en los últimos años. Confía en él, pero no hay nada decidido respecto a su continuidad. La cita entre ambos será tras la final de Copa. Ya la tienen marcada en la agenda.

La cita es también importante para jugadores como Cristiano Ronaldo. El portugués no llega a tope al partido. La rotura fibrilar sufrida ante el Málaga se lo va a impedir, pero de su espíritu competitivo cabe esperar la mejor versión posible, esa que no se ha visto en los partidos decisivos, en los importantes desde que es jugador del Real Madrid. A su lado hay jugadores con hambre, empezando por Özil, Di María y un renacido Benzema, del que nadie confiaba a excepción de Florentino Pérez. El francés está siendo decisivo en los dos últimos meses, tal y como sucedió en Gerland tres semanas atrás. 

Estos nombres deben valer para derrotar al Lyon, pero en el equipo francés están Lisandro, Toulalan, Källström o Delgado, los mismos que hace poco más de un año dejaron al Real Madrid sin cuartos de final, tal y como se lo recordaron a gritos en el túnel de vestuarios a Sergio Ramos, crispados tras unas declaraciones del internacional español, que ejercieron de motivación extra para los hombres de Puel. Pese a todo esto, el Real Madrid tiene que volver a los cuartos de la Champions. Ya es hora, por cierto.