¿Frenará la consecución de la Décima la salida de Arbeloa y Marcelo?

Siempre desde la tranquilidad que tanto el presidente como el entrenador dan a todos los actos de su vida, el Real Madrid se enfrenta a un verano aparentemente sin las premuras y angustias de años atrás. No hay prisa por recuperar el terreno perdido. Ya se ha recuperado y antes de lo previsto. La Décima va a dar meses de tranquilidad, pero esa Copa de Europa conquistada en Lisboa no debe ejercer de telón que impide ver lo que hay más allá.

Con la confianza en Ancelotti refrendada por esa Décima que se pedía a gritos desde la zona noble, el análisis de la situación sigue su curso. Durante la temporada, los nombres de varios jugadores estuvieron sobre la mesa de los que mandan y ahora falta por ver si el éxito sirve de bálsamo o nada ha cambiado. Malo sería si esos papeles terminan en la trituradora sin más.

Ancelotti lo tiene claro y así se lo ha transmitido al presidente. Quiere pocos cambios. Sabe que la plantilla le quiere y tampoco es plan de enfrentarse a los que mandan sobre el césped, pero sabe dónde están los problemas, empezando por los laterales y terminando por la delantera. Y lo curioso es que su dibujo de la temporada coincide con el del club en algunos aspectos.

La alternativa en la portería debe terminar. Lo saben Pérez y Ancelotti, tanto como Casillas y Diego López. No gusta a nadie. El asunto de la portería no está cerrado y mal harían los dirigentes del club blanco si dejan que el problema siga creciendo. Uno de los dos tiene que salir. No hay vuelta atrás.

En la defensa el problema está en los laterales. Carvajal está llamado a ser el dos del Real Madrid durante la próxima década. Es más su permuta con Arbeloa le estuvo a punto de costar un disgusto al italiano. El campeón del mundo está en duda. Ancelotti le valora, pero sus argumentos igual dejan de tener peso. Algunas actitudes no han gustado. En el izquierdo no hay color. La actitud de Marcelo ha terminado por cansar hasta al propio técnico, tanto como para que Coentrao se convierta en favorito para continuar.

El centro de campo reclama hasta dos fichajes. Se renovó a Xabi Alonso, pero por el Bernabéu se ha escuchado eso que acuñó Valdano de: "No hay mejor manera de vender a un jugador que renovarlo antes". El mensaje suena duro, pero el final de temporada no ha gustado. La idea en los primeros días del mes de mayo era reforzar al equipo con dos centrocampistas. Pogba y Vidal son las alternativas, con especial atención a Toni Kroos. Si no ficha, el Real Madrid sufrirá por el centro.

Arriba, y con la cautela que supone cualquier movimiento con Ronaldo en el estado en el que se encuentra, la duda está en el futuro de Benzema, la eterna duda de los últimos años. Ancelotti sabe que si llega otro hombre de gol de verdad, el conflicto está en camino con Bale y Ronaldo como compañeros de ataque y que el discreto perfil de Benzema es lo que mejor se mezcla con esas dos bestias del gol, pero el carácter del francés va en su contra y la afición blanca lo recordó cuando fue pitado en la final de la Champions. Cuestión de estado.