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Clemente: la última baza del Sporting para sujetarse en Primera
Alfredo García Amado, director general del Sporting de Gijón, tiró de memoria y decidió apostar por Javi Clemente como relevo del 'ciclón Preciado', quien había sido
Alfredo García Amado, director general del Sporting de Gijón, tiró de memoria y decidió apostar por Javi Clemente como relevo del 'ciclón Preciado', quien había sido destituido tras la goleada en San Sebastián y tras arrastrar una temporada anclada en el fondo de la tabla. La solución de emergencia, la apuesta de un técnico de la casa -Iñaki Tejada-, no resultó satisfactoria tras un empate y otra goleada, esta vez en Valencia. El segundo no supo ser primero. Y cómo algo había que hacer, con el director deportivo, De Dios, arrinconado en un despacho por los continuos errores cometidos en las adquisiciones, se decidió acometer el fichaje de un técnico con cartel de revulsivo, con ánimo galopante, con energía contagiosa, con verbo fluido, con espíritu arrogante, con fuerza para levantar al grupo.
En definitiva, la última baza para evitar el descenso. García Amado recuperó los datos de su última experiencia en los banquillos españoles. En Valladolid, Clemente no cumplió con el objetivo de salvarse, pero alcanzó el Camp Nou, en su despedida, sumando doce de veintiún puntos y una derrota en siete partidos. Esas cifras permiten a los dirigentes sportinguistas no desesperar, entregando su destino a quien se niega a no vivir sufriendo. Tras una exitosa década en los ochenta, el sostén de seleccionador en los noventa y reconocido estratega de proyectos imposibles en los dos mil, Javi acumula treinta años desde que apareció para reivindicar la historia del Athletic.
Clemente no dudó un instante en aceptar el reto y enfundarse el chándal. Sabe qué rol le persigue en nuestro fútbol. Su primera terapia era obligada. Se reunió con la plantilla durante dos horas en Mareo. Cara a cara fomentó el optimismo y reanimó voluntades apoyado en un discurso populista que frenó el vértigo del descenso que habitaba en las paredes del vestuario. El entrenador vasco en estado puro. Sin los focos mediáticos con quien tantas disputas ha curtido, pero altivo en las distancias cortas con quienes siempre han ido de su mano: los futbolistas. A ellos les encomienda la misión de recuperar la fe en sí mismos y les recordó que todavía hay tiempo. Esas dos primeras enseñanzas como base de sus objetivos.
Por eso les trata con cercanía y André Castro es 'Oporto' o Nacho Novo, hasta este jueves que se marchó del equipo, era 'Escocés'. Más tarde, delante de la afición, que ha retomado la sensación de que aún es posible mantener el tipo, vimos al técnico que empuja y obliga a los jugadores a seguir de pie. "¡Sangoy, que el balón no es una patata!" o "¡Tratad el balón con cariño, que se enfada!" son las primeras órdenes del míster. Mensajes que quedan lejos de la vieja idea relacionada con su manera de entender este deporte. El patadón y todos a correr y a defender se sentirán, pero resulta que a Clemente también le enamora el toque. Y así trata de convencer a su plantilla, si bien, cuando se detiene frente a la clasificación prefiere antes un buen resultado que una dosis de buen fútbol.
El estreno será en El Molinón ante el Atlético de Madrid. Aquel equipo del que le despidieron siendo segundo en la general tras perder en Pamplona. Clemente, que llegó a ocupar el liderato esa temporada 89-90 en cinco jornadas, salió tarifando con Gil y Gil. Eran otros tiempos, y el Atleti acabó cuarto en esa Liga. Esa misma temporada, Simeone cruzaba el charco con 19 años: era traspasado por el Vélez Sarsfield para jugar en el Pisa italiano. El domingo, el Sporting tratará de sumar la primera victoria de la 'era Clemente' ante el 'Cholo'. Javi perdió su primer partido en un banquillo de Primera ante el Atlético en el Calderón (2-0). Desde entonces han transcurrido tres décadas. El objetivo para él sigue siendo el mismo: ganar. Aunque en sus primeras horas haya perdido ya al 'escocés'.
Alfredo García Amado, director general del Sporting de Gijón, tiró de memoria y decidió apostar por Javi Clemente como relevo del 'ciclón Preciado', quien había sido destituido tras la goleada en San Sebastián y tras arrastrar una temporada anclada en el fondo de la tabla. La solución de emergencia, la apuesta de un técnico de la casa -Iñaki Tejada-, no resultó satisfactoria tras un empate y otra goleada, esta vez en Valencia. El segundo no supo ser primero. Y cómo algo había que hacer, con el director deportivo, De Dios, arrinconado en un despacho por los continuos errores cometidos en las adquisiciones, se decidió acometer el fichaje de un técnico con cartel de revulsivo, con ánimo galopante, con energía contagiosa, con verbo fluido, con espíritu arrogante, con fuerza para levantar al grupo.