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Mourinho vuelve a tener el Chelsea a tiro pero apunta a continuar en el Real Madrid
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Antonio Sanz

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Mourinho vuelve a tener el Chelsea a tiro pero apunta a continuar en el Real Madrid

En el fondo es igual que Guardiola. La forma varía, pero Mourinho, que mantiene un vínculo con el Real Madrid hasta junio de 2014, siempre pasa

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Mourinho vuelve a tener el Chelsea a tiro pero apunta a continuar en el Real Madrid

En el fondo es igual que Guardiola. La forma varía, pero Mourinho, que mantiene un vínculo con el Real Madrid hasta junio de 2014, siempre pasa revista a final de curso. Es lo mismo que el técnico del FC Barcelona. Ya sucedió en la primavera pasada, y ahora volverá a repetir secuencia. En el último mayo sometió a la presidencia a un ultimátum: o Valdano o yo, interpeló a través de la dirección general. Desde el ático le respondieron afirmativamente tras el peso adquirido al devolver la Copa del Rey a las vitrinas después de dieciocho años. El portugués también admitió que entre sus decisiones deportivas contarían con más protagonismo en sus planes dos jugadores de capricho presidencial: Kaká y Benzemá. Y a fe que ha cumplido. El brasileño ha disputado a estas alturas de temporada treinta partidos, por los veinte totales de la última campaña tras un primer semestre postrado por las lesiones. Con el galo se mantendría la apuesta, que había respondido con fuerza, después de su rendimiento y goles en aquel segundo semestre.

Florentino y compañía transitan tranquilos porque cuentan con la palabra de Mou de que se mantendrá en el cargo, al menos, otra campaña. Sin embargo, la sombra del Chelsea inquieta en Concha Espina. En mayo de 2011, Abramovich despidió a Ancelotti, un año antes logró el doblete inglés, en los vestuarios de Goodison Park en Liverpool porque esperaba al luso. La cabeza de Valdano evitó la huída y obligó al millonario ruso a buscar repuesto. Tiró por todo lo alto dirigiéndose a Vicente del Bosque. El seleccionador español negó. Después trató de recuperar a Hiddink, pero en Turquía negaron. Las opción más remota -Van Basten- no cautivó al dueño, que decidió arriesgar en la contratación del entrenador revelación del curso. Villas-Boas fracasó abruptamente en su empeño de manejar el vestuario, en sus variantes tácticas y en sus vaivenes de futbolistas, ora te pongo, ora te quito. El despido del portugués significa que el banquillo ‘blue’ vuelve a quedar vacante en primavera. Y eso Mou lo sabe. Y eso Mou lo maneja como nadie, porque conoce al club londinense y a sus dirigentes como nadie.  

Rafa Benítez se vuelve a encontrar en medio del destino de Mourinho. No aceptó el cargo de mánager del Chelsea y es candidato a entrenar al Real Madrid… si el luso se marcha. Para la temporada próxima, con la Liga virtualmente en el bolsillo, el entrenador exige para continuar modificar el servicio médico que el club recibe de Sanitas: la primera medida ha sido mandar a Di María a recuperarse a Portugal con el fisioterapeuta de su confianza. Además, vive obsesionado en la caza del ‘chivato’. El periodismo, que cada día abre menos las puertas de Valdebebas, ha encontrado en uno, dos o vaya usted a saber cuántas gargantas profundas entre los discípulos del míster. Esta circunstancia irrita a Mourinho que cree saber quien o quienes son, pero es incapaz de poder demostrarlo y señalarles ante al grupo. Por eso acusa en silencio sin poder levantar la voz, tal y como le gustaría. Desde el club poco pueden ayudar en esta cruzada, sólo blindar aún más a los jugadores adaptando como suyas y buenas las medidas de comunicación del entrenador; aunque entiendan que cada vez esconde más a sus estrellas con lo negativo que esa disposición supone para quienes venden la bandera del marketing y la expansión internacional de sus futbolistas.

Con todo, Mourinho consiente que seguirá una tercera temporada, al menos a día de hoy. Parece extraño que se encargue de la revolución que precisa el Chelsea, pero no olvidemos que en la mente del técnico continúan dos fijaciones: relevar a Sir Alex Ferguson al frente del Manchester United y ocupar el cargo de seleccionador de Portugal. Los ciclos se los diseña, pero para alcanzar la plaza de Old Trafford debe aguardar a que se canse el escocés, por lo que no tiene la última palabra. A su país lo dirigirá cuando le dé la gana. Pero esa estación esperará sin día. El Madrid quizá, algún día, se canse de esperarlo.

En el fondo es igual que Guardiola. La forma varía, pero Mourinho, que mantiene un vínculo con el Real Madrid hasta junio de 2014, siempre pasa revista a final de curso. Es lo mismo que el técnico del FC Barcelona. Ya sucedió en la primavera pasada, y ahora volverá a repetir secuencia. En el último mayo sometió a la presidencia a un ultimátum: o Valdano o yo, interpeló a través de la dirección general. Desde el ático le respondieron afirmativamente tras el peso adquirido al devolver la Copa del Rey a las vitrinas después de dieciocho años. El portugués también admitió que entre sus decisiones deportivas contarían con más protagonismo en sus planes dos jugadores de capricho presidencial: Kaká y Benzemá. Y a fe que ha cumplido. El brasileño ha disputado a estas alturas de temporada treinta partidos, por los veinte totales de la última campaña tras un primer semestre postrado por las lesiones. Con el galo se mantendría la apuesta, que había respondido con fuerza, después de su rendimiento y goles en aquel segundo semestre.

José Mourinho