Falcao firmó que quedarse fuera de la Champions obliga al Atlético a buscarle salida

Se celebraba la Copa América en Argentina cuando uno de los internacionales del grupo se dirigió sin tapujos a Agüero. La intriga sobre el futuro del 'Kun' era una de las incertidumbres que arropaban la concentración albiceleste. "¿Te vas al Real?", le preguntó uno de los más interesados en conocer respuesta afirmativa porque también juega en España. Sergio enmudeció, pero su colega de selección sentenció: "Si no lo tienes armado, llama a Jorge Mendes, él te lo arregla". Agüero calló porque algo parecido le había insinuado su suegro. Y algo similar debió pensar Radamel Falcao cuando decidió, tras su exitoso primer año en Oporto, ponerse al servicio del agente portugués.

En el recuerdo queda cuando Néstor Sívori, su primer representante, lo recogió con 14 años en el aeropuerto de Buenos Aires para ingresar en las inferiores de River Plate. Procedía del Caribe colombiano, a mil kilómetros de Bogotá. Siendo tan infante se encontró con muchas secuencias de soledad que ocupó en las dependencias de un hotel de la bonaerense calle Quesada. Allí llegó a compartir convivencia con Mascherano, aunque los destinos de cada uno se separarían pronto. Eran los años en que degustaba a Ronaldo, su referencia, y se fijaba en los vídeos que mostraban a Van Basten o Hugo Sánchez. Cuando tomó destreza con el remate de cabeza, Martín Palermo se convirtió en el ariete a imitar. Enseguida Radamel se convirtió en el 'Tigre' de Santa Marta. El apodo se lo colocó Gonzalo Ludueña, cuando ambos soñaban con llegar a la máxima en Núñez. En esas categorías inferiores de River ya demostró olfato y maneras.

El '9' colombiano pudo ser jugador del Fluminense brasileño, un año antes de embarcarse en la aventura europea. River Plate, que sólo poseía la mitad del pase, decidió venderlo al Oporto por siete millones y medio de dólares. Dos años en Portugal le bastaron para soltar la imagen de desconocido y presentarse como uno de los atacantes con más porvenir en la causa del gol. En esa época, decidió ligarse al más poderoso de los agentes del mercado. Mendes no tardó en completar el negocio para los lusos. Uno de sus principales clientes, el Atlético de Madrid, acababa de vender a Agüero al Manchester City. Mientras otros grandes de Inglaterra no terminaban de apostar -Fergurson siempre lo ha tenido presente para el Manchester United desde el 2008, Villas-Boas no supo utilizar sus armas de recién llegado para convencer a Abramovich y Wenger se plantó en 25 millones de libras-, Gil Marín tiró por la calle de en medio y apostó por Falcao, aunque eso supondría engordar un poco más la nómina de portugueses. Con Miranda y Silvio, no representados por Mendes pero pertenecientes al fondo de inversión que él agrupa, llegaron Pizzi y Rubén Micael, a los que añadimos a Tiago y Diego Costa, también de la misma cuadra, de la que también formaron parte Maniche, Costinha, Seitaridis o Simao.

El futuro de Falcao se presenta angosto. Tan reducido es el asunto que todo pasa por lo que suceda el domingo 13 en Villarreal. El dueño de la sociedad anónima deportiva ya ha advertido que o en la Champions con Falcao o en la Liga Europa sin él. La inversión de 40 millones de euros que se realizó por el colombiano cuenta con un interesante debate social. Unos apuntan a que fue totalmente satisfecha por el Atleti, mientras que otros afirman que solamente se abonó la mitad y la parte restante la resolvió el fondo de inversión que asesora el agente del jugador. Lo seguro es que el cincuenta por ciento del montante económico que recibió por el traspaso del 'Kun' se fue al recaudo de Hacienda, como ya sucedió en los casos de Torres y De Gea. Lo seguro es que una de las cláusulas de su contrato con el Atleti relata que si el club no llega a clasificarse para la Liga de Campeones, los rojiblancos vivirán en la obligación de negociar con quien postule al futbolista reduciendo los 60 millones de euros que rescinden unilateralmente el contrato.

Falcao siempre ha tenido claro que su estancia en Madrid era de corta duración, pero quizá nunca pensó que resultara tan efímera. El paso por el Atleti era el previo a ingresar en uno de los grandes, bien de España o de Inglaterra -Italia ha perdido el paso económico y no puede realizar importantes transacciones-. Pero ni Real Madrid -ya sufrieron la afrenta rojiblanca por Agüero- ni Barcelona se han interesado por el colombiano, por lo que el destino apunta a la Premier League. El Manchester United es el mejor colocado. Primero porque no es un desconocido para Ferguson. Segundo porque Berbatov y Owen acaban contrato y desde la salida de Tévez no se ha reforzado con una estrella rutilante, más allá del buen rendimiento de Chicharito o del crecimiento del canterano Welbeck. Si Sir Alex no suma título alguno, sólo ganará la Premier si falla el City, deberá fortalecer el ataque buscando el mejor complemento para Rooney…y Falcao lo es. Y tercero porque Mendes mantiene la puerta abierta en Old Trafford con Nani y Anderson, además del trabajo realizado de intermediario el pasado verano con el traspaso de De Gea.

El Chelsea busca también un goleador que complete ataque con Torres, ya que Drogba no ha renovado y Anelka abandonó el club en enero. Si con Villas-Boas las opciones del sudamericano crecían, ahora dependerá de quien ocupe el banquillo: Di Matteo mantiene viva la esperanza si da otro campanazo en Múnich.  Algo parecido le sucede al Arsenal, quien vende toda su suerte ofensiva a Van Persie. Pero Wenger siempre pone un tope y hoy Falcao vale más de los 40 millones de euros que costó. El Atlético, por tanto, debe hacer frente a dos problemas: el deportivo, ganar al Villarreal y esperar a que pinche el Málaga, y el económico, debe pagar en junio uno de los plazos aplazados al Oporto. Radamel querría seguir una temporada más en Madrid, pero aquel niño de once años que pretendió el Ajax para su academia de formación en Amsterdam se ha convertido hoy en una de las máximas estrellas del fútbol. Los dos goles en Bucarest sólo han confirmado su reinado en Europa.