Es noticia
Mientras Valencia busca inversor, Llorente no especula con la idea de abandonar
  1. Deportes
  2. Es lo que hay
Antonio Sanz

Es lo que hay

Por

Mientras Valencia busca inversor, Llorente no especula con la idea de abandonar

Cuando los pitos, abucheos y reproches se han convertido en la constante contra la butaca que rige el club, quien más o quien menos podría vivir

Foto: Mientras Valencia busca inversor, Llorente no especula con la idea de abandonar
Mientras Valencia busca inversor, Llorente no especula con la idea de abandonar

Cuando los pitos, abucheos y reproches se han convertido en la constante contra la butaca que rige el club, quien más o quien menos podría vivir prisionero con la incomodidad del juicio reiterativo. Esa presión popular podría conducir a cortar por lo sano trasportándose al siempre útil y socorrido camino de salida (o de huida). Pero no lo esperen porque éste no es el ejemplo de Manuel Llorente. El presidente contratado por la sociedad anónima para gobernar la entidad se muestra indiferente ante la grada, languidece con los políticos, ajusta el presupuesto al imperativo de los acreedores, se zafa en cuestiones judiciales y trabaja en el alambre aguardando la decisión final de su continuidad, que no será nunca determinación suya. Aunque, eso sí, deja terso que hasta el 2014 cuando caduca el vínculo firmado desea mantenerse al frente del Valencia CF. Con todo, eliminados de la Champions, con imputaciones pendientes por resolver, con la banca en el cogote y el Gobierno regional echando números, a Llorente se le presenta una primavera entretenida.

A través de su portavoz, la Generalitat valenciana anunció que antes de la llegada de Fallas resolverá la patata caliente que supone dar solución definitiva al impago de los intereses del préstamo que la Fundación Valencia CF mantiene con la entidad bancaria, Bankia, acreedora principal. Las palabras de Císcar explicaban que la hoja de ruta que presentarán zanjará las hipótesis que rodean actualmente al dubitativo futuro que presenta la entidad levantina. También matizó que no van a intervenir ni en ceses ni nombramientos porque el accionista mayoritario sigue siendo la Fundación y no el Gobierno. No obstante, sobre ellos sí recaen las garantías de aquel préstamo. Lo que hace innegable que desde febrero, el club viva vinculado a la Comunidad que preside Fabra. Y lo que es un secreto a voces: la dirección política busca con celeridad un inversor que traduzca su dinero en un proyecto estable que posibilite enderezar la deuda bancaria y que inyecte sosiego social y monetario al club. Lo que no se ha desvelado ni aclarado es si Llorente seguirá siendo parte del negociado o será sacrificado por los dueños reales -Generalitat, por efecto y Bankia, por defecto-. La tregua lograda por Llorente con la entidad financiera hasta final de marzo para definir cómo refinanciar la deuda mantiene en alerta a quienes están dispuestos a sucederle y que son conscientes de que guste o no el nuevo nombramiento, si llega a producirse, tendrá clave política.

Candidatos a ocupar el poder no faltan, pese a la que cae en Mestalla. Desde el presidente de la Diputación valenciana, declarado hincha, hasta ex jugadores históricos como Fernando y Carboni aspiran a abrirse hueco en el negocio. Sin embargo, siendo buenos sujetos, algunos mejor vistos que otros por parte de los facultativos políticos, ninguno se acerca con un predicado llamado inversor, fundamental para quitar las penurias financieras y económicas que arrastran al Valencia CF, SAD. Aún con el panorama sombrío, Llorente ha decidido cabalgar en el proceso de mantener la estabilidad para pelear por el único objetivo de presente: clasificarse para la fase previa de la próxima Liga de Campeones o dicho de otro modo, no se puede dejar escapar el cuarto puesto de la clasificación porque sería otra puñalada más al corazón de ingresos futuros.

Por eso han decidido afrontar ya la renovación de Ernesto Valverde. El recambio de Pellegrino se ha instalado con firmeza, lo que ha provocado que presidente y director deportivo cohabiten con el compromiso de sellar la continuidad del técnico cuanto antes. Pero otras circunstancias obligan al entrenador a la cautela. Por un lado, la sombra de duda que supone que los actuales dirigentes puedan saltar por los aires y él encontrarse con una nueva referencia que opine que no es el mejor candidato al puesto, una vez consumada la acción. Esa posible interinidad hace que Valverde maneje la negociación con pausa. Y por aquí se agarra al carril que supone mantener atento al Athletic. Dando por consumada la salida de Bielsa, Urrutia pelea por su primer deseo de fichar a quien fue su compañero de vestuario. Valverde, por su parte, aspira a seguir en Mestalla, fundamentalmente por completar el ciclo de trabajo iniciado y porque considera más atractivo el proyecto si finalmente es capaz de colocar al equipo en el cuarto puesto. Pero siendo consciente del movimiento que puede provocarse en las oficinas valencianistas, opta por mantener encendida la mecha de San Mamés, desde donde activarían el plan ‘B’ de Ziganda por si Ernesto termina enraizando en Valencia.

Cuando los pitos, abucheos y reproches se han convertido en la constante contra la butaca que rige el club, quien más o quien menos podría vivir prisionero con la incomodidad del juicio reiterativo. Esa presión popular podría conducir a cortar por lo sano trasportándose al siempre útil y socorrido camino de salida (o de huida). Pero no lo esperen porque éste no es el ejemplo de Manuel Llorente. El presidente contratado por la sociedad anónima para gobernar la entidad se muestra indiferente ante la grada, languidece con los políticos, ajusta el presupuesto al imperativo de los acreedores, se zafa en cuestiones judiciales y trabaja en el alambre aguardando la decisión final de su continuidad, que no será nunca determinación suya. Aunque, eso sí, deja terso que hasta el 2014 cuando caduca el vínculo firmado desea mantenerse al frente del Valencia CF. Con todo, eliminados de la Champions, con imputaciones pendientes por resolver, con la banca en el cogote y el Gobierno regional echando números, a Llorente se le presenta una primavera entretenida.

Manuel Llorente Generalitat Valenciana Valencia Valencia CF