Es noticia
El comodín es Sergio Ramos o es que Carlo Ancelotti no sabe dónde ponerlo
  1. Deportes
  2. Es lo que hay
Antonio Sanz

Es lo que hay

Por

El comodín es Sergio Ramos o es que Carlo Ancelotti no sabe dónde ponerlo

La influencia de Zidane ha colocado a Varane como indiscutible, considerando a Pepe como su mejor complemento. Mientras, Ramos parece un nómada

Foto: Sergio Ramos, durante un partido con el Real Madrid
Sergio Ramos, durante un partido con el Real Madrid

Nos han contado desde tiempos pretéritos que los entrenadores siempre han contado con un ojito derecho en su equipo, aquel a quien seleccionaban del grupo de futbolistas que habitan a sus órdenes. Ese reflejo en las alineaciones se descubre con el tópico clásico de “juegan él… y diez más”. Generalmente, esta figura de intocable suele ir aparejada a la estrella del vestuario, al referente, al jugador franquicia. En ocasiones coincide también con quien luce la cinta de capitán. En definitiva, es el espejo en el que se mira el resto de la plantilla porque se esfuerza como el primero y rinde como el que más. Sin ser esta circunstancia un axioma, en el Real Madrid se ha producido esta temporada una metamorfosis en el camerino.

La situación se arrastra del pasado y está motivada por los movimientos sísmicos que se desarrollaron con el entrenador saliente. Si Casillas se había convertido en el poseedor del trono tras la marcha de Raúl, la caída en desgracia a la que lo sometió Mourinho, unida a la decisión deportiva tomada por Ancelotti, lo ha colocado en un plano con menos foco. El poseedor y heredero de este papel tan singular parecía destinado a quien sobrevivió con más gallardía a esa etapa bélica transcurrida en la caseta en los últimos meses del curso pasado. Esto es, a Sergio Ramos. Sin embargo, ha sucedido algo inesperado y Cristiano Ronaldo ha pasado definitivamente, tras superar las curvas a las que lo encomendó ‘Mou’, a ser el ‘premier’ del momento. Ronaldo es, tras la renovación de hace unas semanas, el mejor pagado, el más ilustre del grupo, el mejor sobre el césped y el único opositor a la corona de Messi. Ramos, que aglutina gran parte de los valores del madridismo, sufre un inesperado e injusto vaivén de posiciones en el campo que lo han conducido a perder por la vía deportiva ese rol tan merecido que se había ganado a pulso al transitar por la vía del trabajo durante todos estos años.

Los números alcanzados por Sergio Ramos en el fútbol español lo dirigen irremediablemente a opositar como uno de los grandes jugadores de esta gloriosa y lustrosa generación que ha marcado una época de furor en nuestro deporte, tras lo conseguido vestido de rojo y en consecuencia también en el Real Madrid. A los 27 años ha logrado superar holgadamente la centena de presencias con España (acumula 113 partidos), a las que añadir los más de 400 encuentros oficiales disputados entre Sevilla y Real Madrid. Aunque es un futbolista que puede actuar en diversas posiciones, lo frecuente en las últimas temporadas ha sido verlo en el eje de la zaga, a diferencia de los inicios donde arrancó más tirado a la banda. Por ejemplo, en el recuerdo quedan las alineaciones de Luis Aragonés, dónde era un fijo en el lateral derecho, curiosamente el lugar que ahora su entrenador le ha buscado ocasionalmente para no perder la titularidad. Luis priorizó con Marchena y Puyol, algo que también heredó Del Bosque, que sustituyó a Marchena por Piqué. La ausencia por lesión del capitán del Barça lo situó en la Roja en el centro de la defensa formando un tándem ilustre junto al otro zaguero catalán. El seleccionador, a juicio de todos, acertó con esta pareja para el futuro.

La influencia de opinión de Zinedine Zidane en el cuerpo técnico ha colocado a Varane como indiscutible en el once titular, considerando a Pepe como el mejor complemento para esa zona del campo. Esto condiciona a Sergio, que parece un nómada en busca de un buen acomodo tras perder la plaza y quedarse fuera de la pareja titular de zagueros centrales. Carlo Ancelotti es consciente de que llevarlo al banquillo, con el antecedente soportado de Iker, supondrá un nuevo runrún mediático y social que alterará el orden tranquilo que desea impere en la plantilla. Por tanto, ha ejecutado dos soluciones, siendo considerablemente más óptima la segunda que la primera. Si la determinación de colocarlo de mediocentro en el Camp Nou sonrojó al madridismo, curiosa la improvisada posibilidad que Pepe planteó de intercambiar posiciones de manera unilateral en pleno partido, devolverlo a la banda en Turín sofoca a los dos laterales que de pelear por el puesto han pasado a sentirse cuestionados.

El ‘efecto provisionalidad’ con que el entrenador italiano ha explicado el nuevo cambio de posición de Ramos afecta en primer lugar al interesado, pero también a Arbeloa y a Carvajal. Lo que tiene claro Ancelotti es que Sergio debe jugar, porque si no se mete en otro lío. Entonces, el mejor lugar es devolverlo al lateral porque siempre encontrará reajustes como el de situar a Arbeloa en la izquierda, si es que Marcelo no funciona y se atranca. Tras sorprender a Ramos en el desayuno barcelonés con la frívola idea de clavarlo en la media ante el Barça y repetir ‘susto’ en Italia, Carlo suspira por el ‘merecido’ alivio de esta semana: Ramos cumple sanción ante la Real Sociedad. Le toca descanso obligado, pero también descansa para el técnico. Una semana menos que experimentar.

Nos han contado desde tiempos pretéritos que los entrenadores siempre han contado con un ojito derecho en su equipo, aquel a quien seleccionaban del grupo de futbolistas que habitan a sus órdenes. Ese reflejo en las alineaciones se descubre con el tópico clásico de “juegan él… y diez más”. Generalmente, esta figura de intocable suele ir aparejada a la estrella del vestuario, al referente, al jugador franquicia. En ocasiones coincide también con quien luce la cinta de capitán. En definitiva, es el espejo en el que se mira el resto de la plantilla porque se esfuerza como el primero y rinde como el que más. Sin ser esta circunstancia un axioma, en el Real Madrid se ha producido esta temporada una metamorfosis en el camerino.

Sergio Ramos
El redactor recomienda