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Florentino repite la ‘fórmula Mou’ con Ancelotti
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Antonio Sanz

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Florentino repite la ‘fórmula Mou’ con Ancelotti

Mourinho tenía año y medio de contrato por delante cuando renovó por otras cuatro temporadas. El italiano está en la misma situación y se dan pasos para renovar

Foto: Ancelotti y Florentino han mantenido una buena relación.
Ancelotti y Florentino han mantenido una buena relación.

Carlo Ancelotti arranca con chispa el Clásico. A consecuencia del buen resultado y mejor juego, el entrenador del Real Madrid se desbordó en perspicacia en uno de los sets televisivos de Anfield. El repaso a un mediocre Liverpool FC, Rodgers descubre sus costuras sin la referencia de Suárez en el equipo, desató la agudeza de un técnico afable en el trato, muy prolijo en sus manifestaciones y siempre ajeno a pisar charcos. Pero la felicidad le embargaba y deslizó con simpatía el primer dardo antes del duelo del sábado. Ese “yo cambio sin preguntar”, en clara referencia a Messi y a Luis Enrique, salvaguarda la fe en el ‘cristianismo’ y destila ironía en la imaginativa crisis blaugrana que se ha creado en la mente de más de un forofo madridista. Ancelotti, además, se resguarda con los primeros síntomas de la que será su próxima renovación en el Real Madrid.

No le costó mucho a Florentino Pérez conseguir el ‘sí’ de este hombre tranquilo, algo así como el perfecto domador de estrellas y de dirigentes. En su amplia trayectoria como entrenador lidió con las diferentes ambigüedades que presentan las figuras futbolísticas, sabiendo manejarse aún mejor que en el vestuario con los mandamases con quienes le tocó tratar. Los ha tenido de todos los colores, los que vivían con ínfulas políticas, los desmedidos por ambición empresarial o los que aterrizaron en Occidente con hambre conquistador. Pérez no era más que otra muesca en su currículum. Es más, el dirigente, que debía cambiar el paso en la dirección del equipo, sólo percibía ánimos para contratar al italiano. Carlo, tras entrenar en Italia, Inglaterra y Francia, sentía el estímulo necesario como para heredar la polémica etapa post Mourinho. Y ya se sabe que cuando dos se quieren, se encuentran.

Así las cosas, ha llegado la hora de afrontar el proceso de negociación para ampliar el contrato de Ancelotti. En la Cope, ya se dejó querer: “Yo quiero, pero esto es cosa de dos”, se sinceró. Y la otra parte ha recogido el guante. Por el momento son meros sondeos y aproximaciones para conocer los pensamientos del prójimo, pero la idea ya rumia en la cabeza del presidente. Florentino no se detiene en ninguna alternativa para el banquillo, pese a las dudas que trasladó el italiano en el tramo final del curso pasado. La victoria en la Copa del Rey no resultó tan balsámica como aparentó. La irregularidad demostrada en la Liga restó crédito a quien salvó los muebles en el descuento de Lisboa. Pérez celebró por todo lo alto la Décima. Además de sumar el anhelado trofeo, restaba un peso gordo de encima: la búsqueda de nuevo entrenador.

Ancelotti dejó París tras año y medio de trabajo. Se despidió ganando la Ligue 1, como antes hizo con la Serie A y la Premier. El deseo del técnico pasa porque esta temporada puede ganar la Liga, rubricando así los cuatro torneos de la regularidad. Como Florentino también quiere repetir con el campeonato de las 38 jornadas, todos buscan asegurarse cuanto antes la calma en la zona de vestuario. Por eso, repetirá la misma fórmula que empleó con Mourinho. Es decir, renovar al entrenador a año y medio de la liquidación del contrato. Si ‘Mou’ firmó por cuatro temporadas y amplió dos más hasta 2016 (acuerdo que no cumplió), con Carlo, que acaba cuando lo hacía el portugués, se pretende cerrar el acuerdo hasta junio de 2018, cumplimentando así un ciclo de cinco temporadas. Las negociaciones irán avanzando sin esperar grandes sobresaltos, si bien, otro asunto será cuando el acuerdo se descubra al público. En el caso anterior se anunció en el mes de mayo, al final del curso 2011/12.

El Real Madrid anunció en esa primavera de 2012 que “el mejor entrenador del mundo” ataba más lazos con la entidad. Era un nuevo compromiso de cuatro años. Entonces, en el bagaje del luso, la recién ganada Liga, más una Copa y una Supercopa anteriores. Ahora, Ancelotti negocia con la Décima debajo del brazo, más una Copa y la recién conquistada Supercopa europea. El técnico también es consciente de que aunque quiere seguir en Madrid, en Italia le esperan con ganas a poco que se deje querer para ocupar el puesto de seleccionador del país. Su tiempo como jugador en Parma, Roma y Milan, al que añadir un ganado prestigio como técnico local labrado en Reggiana, Parma, Juventus y Milan (ocho años y dos Champions, a las que sumar otras dos más como futbolista) lo habilitan como el mejor sustituto de Antonio Conte al frente de la Azzurra tras la Eurocopa de Francia’16… justo cuando concluye su actual compromiso en España y cuando finiquita el contrato del actual seleccionador que llegó al cargo tras su acelerada salida de Turín.

El presidente del Real Madrid es consciente, además del idílico comportamiento de la persona, que el entrenador se adapta a cualquier necesidad de la institución. Todo le cabe y a todo encuentra solución. Ni una grieta si llega Bale en el último suspiro y hay que calzarlo en el once o si en el sprint final del mercado se caen dos piezas fundamentales -Alonso y Di María- del esquema. Esta disposición como técnico capaz de no protestar ante cualquier afrenta lo ubica en el catálogo de ideales para el dirigente. La buena relación que mantiene con el pasado, Berlusconi descubrió que lo asesoró para fichar a Diego López, Alex o Ménez, lo reivindica como hombre de estado para los magnates del Fútbol. En el horizonte de futuro, la figura de Zidane, con quien también trabajó para terminar de doctorar al francés. Los problemas burocráticos que está sufriendo el galo lo separan del primer banquillo, pero sigue siendo el gran candidato del presidente. Mientras tanto, mientras ‘Zizou’ completa la formación, es tiempo para quien sobrevive a cualquier conflicto. Es la habilidad sempiterna de un viejo zorro de este negocio.

Carlo Ancelotti arranca con chispa el Clásico. A consecuencia del buen resultado y mejor juego, el entrenador del Real Madrid se desbordó en perspicacia en uno de los sets televisivos de Anfield. El repaso a un mediocre Liverpool FC, Rodgers descubre sus costuras sin la referencia de Suárez en el equipo, desató la agudeza de un técnico afable en el trato, muy prolijo en sus manifestaciones y siempre ajeno a pisar charcos. Pero la felicidad le embargaba y deslizó con simpatía el primer dardo antes del duelo del sábado. Ese “yo cambio sin preguntar”, en clara referencia a Messi y a Luis Enrique, salvaguarda la fe en el ‘cristianismo’ y destila ironía en la imaginativa crisis blaugrana que se ha creado en la mente de más de un forofo madridista. Ancelotti, además, se resguarda con los primeros síntomas de la que será su próxima renovación en el Real Madrid.

Florentino Pérez