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¿Y si Ferguson acaba convenciendo a Cristiano Ronaldo?
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Antonio Sanz

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¿Y si Ferguson acaba convenciendo a Cristiano Ronaldo?

A nadie escapa que el delantero portugués explotó futbolísticamente bajo la batuta de Ferguson. Hombre de convicciones, Sir Alex se ha propuesto ahora recuperar a Cristiano Ronaldo

Foto: Ferguson se ha propuesto recuperar a Cristiano (Imago)
Ferguson se ha propuesto recuperar a Cristiano (Imago)

Ha decidido coger nuevamente el toro por los cuernos, o remangarse para volver a pisar el barro. Cualquier dicho coloquial sirve para explicar que Sir Alex Ferguson vive profundamente decepcionado con las dos campañas transcurridas desde que decidió, a voluntad propia, abandonar la dirección del Manchester United tras proclamarse campeón de Liga por decimotercera vez. En un primer momento eligió como sucesor a su compatriota David Moyes. Pero este no acabó el curso. En la segunda elección, ya con el veterano escocés de perfil, la entidad apostó por Louis van Gaal, decisión, presumían, de escaso riesgo. Nada más lejos de la realidad. El ManU cerrará dos temporadas con escaso bagaje: un único trofeo en las vitrinas:la Community Shield de 2013 que ganó al Wigan. Hasta en esto Moyes ofrece mejor presentación que Van Gaal, quien únicamente pelea ya por devolver a los 'diablos rojos'a la Liga de Campeones. Sir Alex es a día de hoy un verso suelto en Old Trafford, si bien, basta detenerse a leer su currículum para comprobar que cuadra a la propiedad y guarda el respeto eterno de la afición. Hombre de convicciones, ahora se ha propuesto recuperar a Cristiano Ronaldo.

Sir Alex acudió a presenciar en directo el partido que enfrenó al Real Madrid con el Schalke 04. La butaca siguiente a la suya la ocupó el agente del delantero portugués. El mismo que le movió la silla hace seis años. El escocés, astuto como pocos en este gremio, no olvida la afrenta. Sin embargo, es consciente de que ahora necesita al personaje para reconstruir su historia. Por eso le ofrece compañía. Admite que por mucha influencia que tenga sobre el futbolista, en esta aventura se obliga a contar con colaboración externa. El objetivo, tal y como publicó el diario sensacionalista británico The Sun, devolver a casa a su chico favorito. El tabloide, incluso, relató el posterior encuentro gastronómico entre las partes. A nadie debería extrañar que dos viejos amigos, con algún invitado más, se reunieran a cenar para charlar, recordar los gratos momentos vividos… y preparar el mejor futuro. Lo acontecido en estas últimas fechas en el Real Madrid con Cristiano Ronaldo ha disparado las alarmas de la posible salida.

El duro encontronazo con Mourinho

A nadie escapa que el delantero portugués explotó futbolísticamente bajo la batuta de Ferguson. Con él, Carlos Queiroz, el leal ayudante, quien se preocupó de que aquel adolescente madurara también lejos de los campos ingleses. Lo que sí resultó sorprendente, por su distancia con el halago, fue la confesión reconociendo a Cristiano como "el jugador con más talento" que hadirigido. "Únicamente Ryan Giggs y Paul Scholes podrían situarse próximos a él”, dijo. En esta declaración, registrada en su libro autobiográfico publicado en 2013, explicó también los motivos que lo forzaron a aceptar la venta. Los blancos abonaron al contado 80 millones de libras -94 millones de euros al cambio de entonces-. La reflexión del veterano técnico no ofrece ambages: “Florentino Pérez quiso decirle al mundo que el Real Madrid es el club más grande, el único capaz de dominar a todos los demás”.

La secuencia se había iniciado un año antes con la petición del delantero de abandonar Manchester. Así lo relata: “Fui a la casa de Quieroz a Portugal para encontrarme con el niño, que me dice que siente la necesidad de ir al Real Madrid. Le respondí que no podía ser ese año después de la forma en que Ramón Calderón había abordado el tema. Antes me pego un tiro que venderte ahora”, cuestionó Sir Alex a Ronaldo. No obstante, en esa reunión se fijó el precio del traspaso para afrontarlo al curso siguiente. Nadie imaginaba en este momento que quien ocuparía la presidencia sería Pérez. Cristiano, que también siente admiración por Ferguson, comprendió las explicaciones del entrenador. Se calmó y aguardó una campaña más en Old Trafford. El acoso al que había sometido Calderón al Manchester United no obtuvo premio, más allá de cerrar un aplazamiento. Mientras, el mánager domesticaba su cabreo tras medir los tiempos antes de amenazar al jugador con mandarlo toda la temporada a la grada. El calendario confirmó el pacto: Ferguson se salió con la suya porque lo retuvo un curso más, el agente completó una histórica transacción, el jugador cumplió el deseo y el Real Madrid equilibró la tiranía del Barça de Messi. Sólo una mueca, la de Florentino, consciente de la herencia envenenada.

No es la primera vez que Cristiano se plantea abandonar el club que lo firmó a capricho. Un duro enfrentamiento con José Mourinho en septiembre de 2012 lo situó al frente de los medios de comunicación para reconocer que vivía bajo la tristeza. Lanzó la piedra y escondió la mano para no ahondar en la polémica. Sí deslizó que la presidencia ya era consciente de lo sucedido. La perplejidad mediática condujo a descubrir los motivos del enojo. Días después se conocía que Mouhabía discutido con él tras criticarlo delante de toda la plantilla. Era un Cristiano apático y erráticoa ojos del entrenador, que apoyaba su versión en unas imágenes que mostraba al grupo. El futbolista contestó enérgico aludiendo a su infinito compromiso con la causa. La brecha abierta esa mañana ya no se cerraría nunca. Un año después de este suceso, sin su compatriota en el banquillo, Ronaldo desvelaba su felicidad renovandocon el Real Madrid hasta junio de 2018, con un sustancioso aumento económico para ampliar. Esa satisfacción ha ido menguando, y tras alcanzar un nuevo Balón de Oro, el luso ha entrado en crisis.

Su tiempo en el Madrid se agota

Es verdad que los cazadores han comenzado la partida. Desde diferentes tribunas se ha llegado a afirmar que Cristiano Ronaldo sufre frustración, estrés, exceso de tensión e irritabilidad, a la vista de la consulta psicológica realizada por profesionales del sector que han analizado sus gestos y acciones por televisión. La terapia está servida. El protagonista se siente ajeno a las críticas y sólo lamenta la falta de puntería que lastra el actual rendimiento. Las dolencias físicas que arrastra desde el Mundial de Brasil parecían guardadas en el baúl de los recuerdos en el primer tramo del ejercicio. Sin embargo, vuelven los problemas y la falta de confianza. Y cuando uno atraviesa una época de dudas, es claramente más vulnerable. Y eso lo sabe Ferguson. La vuelta a Manchester para rehacer el equipo y reconquistar Europa seduce a quien tocó techo vestido de rojo. Entiende que su tiempo en Madrid se agota, que no es el favorito de la gente, pese a todo lo demostrado, que cada jornada se irrita más por las críticas que recibe y no termina de comprender cómo no se sofocan desde la entidad. Además, no es favorito en la cúpula.

Con todo, dejarse querer es el primer movimiento realizado. En cuanto despeje dudas es consciente de que el Manchester United afrontaría la operación, por cuantiosa que resulte. En su actual club, la dirigencia no va a lamentar la marcha. Convencidos de que Bale es el futuro, el presente se puede consolar con un acercamiento a primeras figuras que están deseosas de cambiar de aires. Así el Kun Agüero, cansado del país y del club, Ibrahimovic, enfrentado a toda la nación gala, o Lewandowski, hastiado de las rotaciones del entrenador, se ofrecerían encantados a ocupar el lugar de quien hoy es un rey sin corona en el Bernabéu. Curioso que el reconocimiento mundial alcanzado con el Balón de Oro no acabe de valorarse como merece en el ático de Concha Espina. Quizá Ferguson y aquel frenazo a Calderón tienen demasiada culpa.

Ha decidido coger nuevamente el toro por los cuernos, o remangarse para volver a pisar el barro. Cualquier dicho coloquial sirve para explicar que Sir Alex Ferguson vive profundamente decepcionado con las dos campañas transcurridas desde que decidió, a voluntad propia, abandonar la dirección del Manchester United tras proclamarse campeón de Liga por decimotercera vez. En un primer momento eligió como sucesor a su compatriota David Moyes. Pero este no acabó el curso. En la segunda elección, ya con el veterano escocés de perfil, la entidad apostó por Louis van Gaal, decisión, presumían, de escaso riesgo. Nada más lejos de la realidad. El ManU cerrará dos temporadas con escaso bagaje: un único trofeo en las vitrinas:la Community Shield de 2013 que ganó al Wigan. Hasta en esto Moyes ofrece mejor presentación que Van Gaal, quien únicamente pelea ya por devolver a los 'diablos rojos'a la Liga de Campeones. Sir Alex es a día de hoy un verso suelto en Old Trafford, si bien, basta detenerse a leer su currículum para comprobar que cuadra a la propiedad y guarda el respeto eterno de la afición. Hombre de convicciones, ahora se ha propuesto recuperar a Cristiano Ronaldo.

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