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El gran día de Griezmann o por qué está libre el dorsal '7' del Barcelona
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Antonio Sanz

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El gran día de Griezmann o por qué está libre el dorsal '7' del Barcelona

Este domingo, a partir de las 16:15 horas, el Barcelona y el Atlético de Madrid se juegan buena parte de las opciones en Liga, y Griezmann, en particular, también un pedazo de su futuro

Foto: Griezmann, este miércoles celebrando su tercer gol de cuatro ante el Leganés. (Reuters)
Griezmann, este miércoles celebrando su tercer gol de cuatro ante el Leganés. (Reuters)

El empeño de Luis Suárez en forzar una tarjeta amarilla a toda costa ante el Girona deja a las claras la importancia capital que para el vestuario tiene el duelo del Camp Nou frente al Atleti. El uruguayo lo intentó de todas las maneras posibles —no se percató en utilizar la más sencilla, que hubiera sido desprenderse de la camiseta cuando anotó gol— para evitar equivocarse en Las Palmas y perderse un choque que se presenta con la Liga en juego. El golpe de efecto de ganar aseguraría prácticamente el campeonato para la entidad culé en el primer año de Ernesto Valverde al frente del equipo. No resultó baladí, por tanto, que el delantero centro se obsesionara con la posibilidad de perderse ese choque. El vestuario es consciente de la oportunidad que se presenta. Colocar tres puntos más de distancia situaría al Barça en una posición aún más privilegiada a expensas de rematar el curso con la final de la Copa del Rey y lo que vaya sucediendo en la Liga de Campeones. Quién le iba a decir a aquel conjunto depresivo, tras la fuga de Neymar, que masticaría el campeonato en el mes de marzo.

Pero también será un partido especial para Antoine Griezmann. El joven francés, el jugador franquicia de los rojiblancos, será estrechamente observado desde la grada y desde el palco debido al público interés demostrado por el club local y que obligó al Atleti a denunciar ante la FIFA los reiterados contactos del conjunto azulgrana con su futbolista. Las buenas relaciones entre las dos entidades quedaron salpicadas con este requerimiento rojiblanco que se siente claramente perjudicado por el coqueteo. Griezmann, que ya estuvo cerca de marcharse el pasado verano al Manchester United, acabó renovando con los del Metropolitano hasta junio de 2022 situándose como el mejor pagado de la plantilla y reconocido como uno de los mejores sueldos del continente europeo. No ha transcendido si Bartomeu o alguno de los empleados del club han cesado en la acción de contratar al delantero, tal y como exigía el club madrileño. Lo que es seguro es que 100 millones de euros tienen la culpa y pueden derivar al galo al Camp Nou.

El Atlético poco más puede hacer por retenerle

Varios medios de comunicación afincados en Barcelona dan por segura la llegada de Griezmann al club catalán a final de temporada. Incluso, alguno asegura que acudirá al Mundial de Rusia como jugador culé tras pagar la cláusula de rescisión de su contrato con el Atleti. Y aún más: se asegura que el número 7 se ha reservado para el delantero francés. Todo arrancó con la información de 'Mundo Deportivo' que desvelaba un almuerzo entre familiares del jugador y el presidente azulgrana. En el mismo, que no desmintió el portavoz del club, el exfutbolista Guillermo Amor, se trató de cautivar a la gente más cercana al galo, quien habría dialogado telefónicamente con el dirigente para explicarle que el Barça lo piensa recibir en olor de multitud. La entidad culé ya realizó un primer movimiento para firmarlo el pasado agosto cuando Neymar decidió abandonar la entidad. Entonces, la imposibilidad de inscribir jugadores por parte del Atleti, 'obligó', en un ejercicio de compromiso de Antoine, a rechazar la propuesta. Pero todo apunta a que este verano será el definitivo para completar una mudanza que se pudo iniciar un año antes.

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Mientras tanto, en el Atleti mantienen la calma consciente de que han hecho todo lo que está en su mano para retener al jugador: subir su sueldo a una cantidad desorbitada, arropar y proteger al chico haciéndole sentirse el más importante y otorgarle el protagonismo necesario para convertirlo en una estrella mundial. Por eso, el grado de compromiso del delantero es el que determinará su futura estancia o no en Madrid. Los que se acercan a él explican que la decisión se tomará al final de temporada, pero el convencimiento general es que es muy difícil dejar escapar otra vez el tren del FC Barcelona. Así las cosas, los focos se centrarán el domingo en el goleador del Atlético de Madrid, que arrancó mal el curso, pero que lo ha enderezado con actuaciones verdaderamente estelares, como el reciente póker frente al Leganés o el triplete solo unos días antes en Sevilla. Griezmann se siente dichoso con la incorporación de Diego Costa y agradece compartir espacio con su compatriota Gameiro, con quien se entiende de maravilla. Incluso, el cuerpo técnico ha 'inventado' una demarcación para él: jugar de '10', es decir, con plena libertad de movimiento para moverse por todo el frente de ataque con el hispano-brasileño como referencia, posición que no terminaba de encajar en su ideario futbolístico. Además, el quite del perdón que entonó el delantero admitiendo sus errores, tras la exhibición goleadora, invita a pensar que el chico busca un final de curso tranquilo. No es el momento de echar más leña al fuego. De ahí, ese "me he podido equivocar". Toca pacificar en el momento cumbre de la temporada. Y Griezmann, con sus palabras, contribuye a ello. Sin duda, ha recibido y se ha aplicado un buen consejo.

El duelo por la Liga se presenta con el Barça como favorito, si bien quejoso con las destrezas del horario televisivo que le faculta veinticuatro horas menos de descanso. Quizá todavía se recuerdan en el vestuario choques anteriores donde era un verdadero dolor de cabeza enfrentarse al Atleti. Para muchos de sus componentes, los rojiblancos son un conjunto incómodo, que desgasta y lo resumen en una frase: "Son muy pesados". Esa fortaleza atlética es la que puede regalarnos algo más de campeonato. Ya se comprobó. El ariete, el goleador culé, no quería perderse el partido ni en pintura. Como tampoco Griezmann, al que los focos señalan como el gran protagonista de un encuentro que puede marcar su futuro como azulgrana.

Foto: Así será la fachada del Sabtiago bernabéu que da al Paseo de la Castellana. (Ayuntamiento de Madrid)

El empeño de Luis Suárez en forzar una tarjeta amarilla a toda costa ante el Girona deja a las claras la importancia capital que para el vestuario tiene el duelo del Camp Nou frente al Atleti. El uruguayo lo intentó de todas las maneras posibles —no se percató en utilizar la más sencilla, que hubiera sido desprenderse de la camiseta cuando anotó gol— para evitar equivocarse en Las Palmas y perderse un choque que se presenta con la Liga en juego. El golpe de efecto de ganar aseguraría prácticamente el campeonato para la entidad culé en el primer año de Ernesto Valverde al frente del equipo. No resultó baladí, por tanto, que el delantero centro se obsesionara con la posibilidad de perderse ese choque. El vestuario es consciente de la oportunidad que se presenta. Colocar tres puntos más de distancia situaría al Barça en una posición aún más privilegiada a expensas de rematar el curso con la final de la Copa del Rey y lo que vaya sucediendo en la Liga de Campeones. Quién le iba a decir a aquel conjunto depresivo, tras la fuga de Neymar, que masticaría el campeonato en el mes de marzo.

Antoine Griezmann Diego Costa