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El desnudo de Lopetegui
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Antonio Sanz

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El desnudo de Lopetegui

Julen Lopetegui ha decidido finalmente no llevar a un recambio para Busquets. Rodri y Javi Martínez aspiraban al puesto, pero el seleccionador confía en Thiago en caso de ausencia del 5 titular

Foto: Saúl y Busquets entrenan con la Selección. (EFE)
Saúl y Busquets entrenan con la Selección. (EFE)

Aires nuevos y de apertura entre los nuevos mandos de la Real Federación Española de Fútbol. Por ahora, esos movimientos sitúan a Rubiales en una posición dónde se le puede catalogar como ‘Rubi I, el transparente’. Al menos esa es la imagen que el equipo de comunicación entrante quiere demostrar. De este modo, hemos visto más en los medios al presidente actual que a Villar en los últimos 25 años. No rehúsa un micrófono ni aunque no le convenga. Se somete al análisis permanente con el eje de la transparencia como primer mandamiento. No le importó destrozar la calma que impone la Roja para denunciar las atrocidades, en forma de viaje multidisciplinar, del final de su predecesor en el mandato. Como si de verdad desconociese el método impuesto que él también admitió como miembro de aquella junta directiva que ahora hace denostar. En todo caso, bienvenido el calor mediático frente a la antigua indiferencia, si bien, admitido queda el listón de pértiga. Es lo que tiene jugar al fútbol sacando el pecho. Cuando pinten bastos, porque los malos tiempos llegarán, también desearemos esa alegría en los mensajes externos.

Con todo, la Selección ya se encuentra en Rusia con el armazón de Lopetegui dispuesto. El recorrido de nuestro seleccionador es intachable, tanto que hasta Florentino Pérez lo ha mantenido en sus oraciones. Sin embargo, el ciclo sigue abierto y el dirigente del Real Madrid no ha podido pescar en Las Rozas. Tampoco él buscaba la pieza ahora, pero Zidane le ha obligado a mover toda la vajilla dejando su suerte en claro fuera de juego.

Foto: Rodrigo Moreno y Diego Costa, con España. (EFE)

Precisamente, el VAR es una de las novedades que mantienen presentes determinados comportamientos para el análisis. Este Mundial será bien diferente precisamente por ese riesgo de la repetición televisiva para el colegiado. Estará todo más enfocado, con buen orden, pero perderemos detalles de picaresca que será desterrada por la imagen. El avance de los tiempos obliga a las clases particulares que ha ofrecido, con tino y con rigor, Velasco Carballo, ascendido a máximo responsable de los árbitros. El trencilla ha reunido durante las últimas semanas a grupos de comunicadores, ahora lo hace con los protagonistas de la Roja, para explicar a todos el verdadero funcionamiento de esta nueva herramienta. Ojo a los calentones y a las agresiones, antes fugaces, que serán seriamente castigados.

Con tanta novedad, a la opinión pública le ha resultado casi incontestable la lista definitiva de actores para Rusia. Un gusto por otro, pero escasa polémica más allá del ruido natural del proceso. Sin embargo, casi todos los analistas han coincidido en la desnudez que el seleccionador ha permitido en un puesto tan específico. Se trata del suplente de Busquets, porque nadie cuestiona la titularidad del mediocentro del Barça. Aunque, curiosamente, antes del estreno amistoso frente a Suiza, una enfermedad dejó fuera al catalán para mantener vivo el debate de la segunda ausencia.

placeholder Lopetegui y Thiago. (EFE)
Lopetegui y Thiago. (EFE)

Colocar a Thiago

Es verdad que durante el tiempo de preparación Lopetegui probó con otras alternativas -Ander Herrera, Illarramendi, en menor medida Javi Martínez, últimamente Rodri-, pero al final ha optado por colocar a Thiago Alcántara en una posición que llama la atención. Precisamente, en un alarde de la nueva manera de comunicar, en la previa de Túnez, el hispano-brasileño saltó al ruedo mediático para defender una demarcación que no le es familiar ni en los amistosos.

Para rasgar el debate, Thiago se presentó ante los medios y creció en defensa de su discurso. Pareció, por un momento, que quien hablaba era su padre, el histórico Mazinho -mediocentro puro-, que a él mismo. “Venia preparado porque había jugado en el Bayern en esa demarcación. Evidentemente es una posición importante por el orden que le puede dar al equipo. Si tengo que jugar de nuevo ahí, espero cumplir”. Pero quien juega en ese lugar a las órdenes de Heynckes es Javi Martínez, precisamente recuperado por el técnico germano para esa zona de distribución tras el tiempo pasado en el centro de la defensa con Guardiola y con Ancelotti. El regreso al banquillo del entrenador que lo fichó del Athletic lo devolvió a la posición donde mejor se desenvuelve el navarro. Thiago era alternativa a esa demarcación, como hoy lo es de Busquets.

Foto: El estadio del F.C. Krasnodar, donde esta noche juega España contra Túnez (A.P.)

Lopetegui mantiene que la fluidez y la distribución que ofrece con el balón el mediocentro del Bayern es interesante para modificar el modelo de la España que juega con Busquets. Ésta es más rígida, más ordenada, menos expuesta, más firme y con escasas fisuras para desequilibrarse por el medio. La variante que ofrece Thiago gusta al seleccionador que, además, explica que otros -Saúl o Koke- también pueden ayudar en un momento de angustia. Pero llama la atención que entre los 23 seleccionados se den cita dos invitados. Buena medida, por otra parte. Sin embargo, uno de ellos es el nuevo medio centro del Atlético de Madrid -Rodri-. El chico se ha quedado cortado en la última curva, aunque desde las categorías inferiores de la Roja se aplaudía su candidatura.

El relevo natural de Busquets es el jugador 24 frente a la desnudez que ha mostrado el seleccionador para ese lugar. La duda de Carvajal, sobre quien se mantiene la esperanza de que no será cortado por la lesión que padece, deja en suspense la inclusión del ex del Villarreal. Algo queda sin explicar en el gabinete del seleccionador porque todos son conscientes de que un resfriado de Busquets deja enferma a la Roja. Y Thiago ya ha demostrado que, en esa posición, no es el mejor antídoto.

Aires nuevos y de apertura entre los nuevos mandos de la Real Federación Española de Fútbol. Por ahora, esos movimientos sitúan a Rubiales en una posición dónde se le puede catalogar como ‘Rubi I, el transparente’. Al menos esa es la imagen que el equipo de comunicación entrante quiere demostrar. De este modo, hemos visto más en los medios al presidente actual que a Villar en los últimos 25 años. No rehúsa un micrófono ni aunque no le convenga. Se somete al análisis permanente con el eje de la transparencia como primer mandamiento. No le importó destrozar la calma que impone la Roja para denunciar las atrocidades, en forma de viaje multidisciplinar, del final de su predecesor en el mandato. Como si de verdad desconociese el método impuesto que él también admitió como miembro de aquella junta directiva que ahora hace denostar. En todo caso, bienvenido el calor mediático frente a la antigua indiferencia, si bien, admitido queda el listón de pértiga. Es lo que tiene jugar al fútbol sacando el pecho. Cuando pinten bastos, porque los malos tiempos llegarán, también desearemos esa alegría en los mensajes externos.

Julen Lopetegui