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El decadente método de Mourinho por el que ya no apuesta ni Florentino
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Antonio Sanz

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El decadente método de Mourinho por el que ya no apuesta ni Florentino

Jose Mourinho ha salido del United en su tercer año, como le pasó en el Chelsea, demostrando que cada vez más tiene problemas para mantener unidos sus equipos y sacar resultados

Foto: Mourinho, en su salida del United. (Reuters)
Mourinho, en su salida del United. (Reuters)

Se lo dijo cara a cara Ed Woodward, vicepresidente ejecutivo del Manchester United. En Carrington, sede de la ciudad deportiva del club. Bien temprano. Era el anunciado adiós de Jose Mourinho como entrenador de los ‘red devils’. Casi tres años después de ser despedido del Chelsea y dos años y medio de travesía al frente de la legendaria entidad del norte de Inglaterra. Otra vez víctima del vestuario. Si hace un tiempo emprendió cruzada contra Casillas, más tarde contra Hazard, esta vez el enemigo declarado ha sido Pogba. Y tanto revés con las estrellas escuece en el vestuario y eso mina el futuro. Mucho se ha especulado con su vuelta al Real Madrid. Sin embargo, el decadente método del luso hace que, a día de hoy, ni Florentino Pérez apueste por él.

Se marchó sin ira, pero profundamente castigado por los resultados. "Se ha terminado. El United tiene un futuro sin mí y yo tengo un futuro sin el United", señaló el técnico saliente a la televisión británica Sky Sports tras sufrir un despedido muy similar al que vivió tres años antes en Londres. El posterior resurgir del equipo de la mano del nuevo entrenador (cuatro victorias consecutivas) no es más que el espejo del desencuentro del vestuario con el mandamás del mismo. La distancia con la cabeza de la clasificación (19 puntos) sonrojaba a una afición que celebró con el portugués tres títulos: una Copa de la Liga, una Supecopa y una Europa League, competición que no enamora en las islas. La dirigencia completó la ecuación tras caer frente al rival que más duele: el Liverpool. Y Mou, a la calle.

Foto: Mourinho, con mirada y gesto serio, durante un partido con el Manchester United. (EFE)

El peor año quizá de Mourinho tocó a su fin. Si en lo deportivo el Manchester United decidió prescindir de sus servicios pese a contar con contrato hasta junio de 2020, la prensa sensacionalista del Reino Unido ha fijado en el portugués su centro de ocio en una cacería más propia de un actor que de un entrenador. Supuestos líos de faldas llenan portadas con las hipotéticas infidelidades al matrimonio. Pero no acaban aquí sus cuitas. En España, según publicó 'El Mundo', pactó con la Agencia Tributaria una sentencia condenatoria por dos delitos fiscales por evasión en sus ingresos por derechos de image. Septiembre de 2018 resultó un mes aciago para el técnico.

Pero, ¿qué le sucede a Mourinho? ¿Por qué ha perdido ese aroma de entrenador intocable e invencible? ¿Qué queda de aquel que mantenía un pulso con Guardiola en una de las disputas más históricas del fútbol moderno? La crudeza de los números explica que en esta década sólo ha ganado tres títulos de los considerados grandes. Concretamente, una Liga con el Real Madrid, una Premier League con el Chelsea y una Europa League con el United. Los otros cinco títulos conquistados se limitan a una Copa y una Supercopa en España y dos Copas de Liga y una Supercopa en Inglaterra. Para cualquier otro entrenador supondría una vitrina de trofeos más que considerable, si bien es claramente insuficiente para 'The Special One'. El problema es de dónde viene: su paso por Oporto, Chelsea (primera etapa) e Inter lo elevaron a un estatus de auténtico rey Midas del éxito.

placeholder José Mourinho está sin equipo. (EFE)
José Mourinho está sin equipo. (EFE)

Los tropiezos del tercer año

En el análisis, destaca con desazón para su currículum que no sólo ha disminuido el número de títulos, también ha descendido el porcentaje acumulado de victorias. Si en su etapa más glamurosa rondaba el 70 % de triunfos (incluida la estancia en el Real Madrid, donde se enfrentó al mejor Barça de la historia), en los últimos seis años no llega al 60 % de éxito. Y tanto en Stamford Bridge como en Old Trafford ha tropezado durante el tercer año, que salvó por los pelos, por cierto, en Madrid. Además, las diferencias con algunos pesos pesados del vestuario lo han arrastrado a un final infeliz y a un desgaste que ha terminado por atormentarle.

En Madrid se recuerda aún la suplencia y la distancia que lo separó de Casillas o la pesadilla que sufrió con Cristiano Ronaldo por reclamarle más compromiso y que terminó con su salida del club pese a su magnífica relación con el poder. Algo parecido sucedió con Hazard en el Chelsea y años después con Pogba en Manchester. Esa manera de encantar al prójimo, de la que presumía el entrenador luso, se ha ido difuminando con el tiempo. Hoy, el carácter de Mou es más un problema que una ventaja. Tampoco su olfato a la hora de fichar lo ayuda y se cuentan como rutilante fracaso algunas de las apuestas/adquisiciones más caras de la plantilla recomendadas por él. Hasta Rui Faria, su mano derecha y ayudante más destacado, decidió abandonarlo también en ese fatídico 2018 para el portugués.

Foto: Solari, durante la conferencia de prensa antes de jugar contra el Kashima japonés en el Mundial de Clubes. (EFE) Opinión

Antes Mourinho era ‘el puto amo’. Así lo definió Guardiola en una de sus visitas al Santiago Bernabéu cuando la disputa entre ambos trascendía también lejos del césped. Pero ahora ha perdido fuelle. Quizá por eso hasta Florentino ha dejado de creer. Muchos han sido los que han aconsejado al presidente del Real Madrid recuperar al entrenador de Setúbal. Con la marcha de Lopetegui, algunos pesos pesados del Periodismo, cercanos al dirigente blanco, casi aseguraban el desembarco del luso. Sin embargo, solo se trataba de una maniobra de sondeo al madridismo.

Pérez no negaba, el bulo crecía y el mandamás se daba cuenta de que la vuelta de Mou podría dividir más que unir. De este modo, el ejercicio de opinión pública ha terminado por reforzar a Solari. Por eso, a día de hoy se puede escribir que es poco viable el retorno del técnico que mantuvo el pulso al reino culé. Eso sí, el método del técnico debe sufrir un metamorfosis de cambio para ganar enteros. Mourinho debe reciclarse o el futuro le deparará mercados igual de glamurosos en lo económico, pero con innegable descenso deportivo. Eso sí, nadie del cuerpo técnico de Concha Espina vive tranquilo ya que los tentáculos del portugués son alargados. Jose anda suelto.

Se lo dijo cara a cara Ed Woodward, vicepresidente ejecutivo del Manchester United. En Carrington, sede de la ciudad deportiva del club. Bien temprano. Era el anunciado adiós de Jose Mourinho como entrenador de los ‘red devils’. Casi tres años después de ser despedido del Chelsea y dos años y medio de travesía al frente de la legendaria entidad del norte de Inglaterra. Otra vez víctima del vestuario. Si hace un tiempo emprendió cruzada contra Casillas, más tarde contra Hazard, esta vez el enemigo declarado ha sido Pogba. Y tanto revés con las estrellas escuece en el vestuario y eso mina el futuro. Mucho se ha especulado con su vuelta al Real Madrid. Sin embargo, el decadente método del luso hace que, a día de hoy, ni Florentino Pérez apueste por él.

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