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El día en que Webber tuvo que bajarse los pantalones
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Javier Rubio

Dentro del Paddock

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El día en que Webber tuvo que bajarse los pantalones

“Le dieron el alerón porque estaba mejor clasificado en la general. El resultado final es que en el futuro el equipo me puede favorecer a mí".

“Le dieron el alerón porque estaba mejor clasificado en la general. El resultado final es que en el futuro el equipo me puede favorecer a mí". Aunque parezca mentira estas palabras las pronunciaba Mark Weber cuando unos días antes había dicho todo lo contrario, había arremetido contra Red Bull y se había lamentado de la reciente renovación de contrato con su equipo ("no está mal para un número dos", se les quejó irónicamente tras su victoria en Silverstone). Por eso, chocaba escucharle ahora decir arrepentido que había “sacado demasiadas cosas al exterior”. En definitiva, el australiano tuvo que tragarse sus palabras después de la carrera británica por atreverse a romper la futbolística ley del vestuario y cuestionar al equipo en público.

  

Webber quiso cubrirse las espaldas  tras lo ocurrido en Turquía primero, y en Silverstone después.  No se trataba de un simple alerón, sino de una cuestión de fondo: utilizar a la opinión pública para frenar un posible favoritismo hacia Vettel en la lucha por el título que se avecina. Insistió el sábado (“Si lo sé no firmo el contrato”) y  también tras su victoria el domingo (“El piloto número dos”).  A continuación, anunció que iba a aclarar conceptos en la reunión del lunes con sus jefes. No fue una rabieta del momento.

Pero el Webber que entró crecido al careo con sus jefes salió con los pantalones en la mano. ¿Qué paso en aquella reunión?  Al margen de las explicaciones que recibiera para justificar la decisión del equipo, Helmut Marko, poco dado a hablar públicamente, dio pistas al día siguiente con unas elocuentes declaraciones a la revista alemana Auto Moto und Sport: “Mark está viviendo una gran temporada, y ha mejorado mucho, pero no debería olvidar que le debe mucho a este equipo. ¿Dónde estaba hace dos años? Ni siquiera podía soñar con ganar carreras”. El golpe, en toda la cresta y donde más duele.

Marko  recordó a  Webber  la dura realidad de quién le llevó donde está ahora, y no a la inversa, restregándole que pilotos como él no dejan de ser las  famosas “bombillas intercambiables” de las que hablaba el inefable Teddy Mayer. Brillan e iluminan, pero su interruptor está en otras manos.  Lo peor para Webber fue que, con sus obligadas disculpas,  el piloto desafiante de Silverstone pasaba luego como un niño que pide demasiado, como alguien insolvente por precipitarse al criticar a su equipo sin contar con la información adecuada. 

Webber no es ningún pardillo

Pero el australiano, un tipo duro y curtido, no es ni un recién llegado a la Fórmula 1. Quizás esté viviendo una dinámica diaria en Red Bull  que no llega al mundo exterior.  Por ello, si denunció lo vivido en Silverstone con tanta vehemencia, será porque en el equipo puede haber  un mar de fondo que va más allá de un “por qué me quitas mi alerón”. 

¿Qué está viviendo Webber en Red Bull?  Vettel tiene un gran futuro y es un producto de la casa ¿Desea verdaderamente una parte del equipo su victoria hacia dentro, sin poder reconocerlo hacia el exterior por cuestiones de imagen? De momento,  y pesar del coscorrón recibido, el piloto australiano ha conseguido su objetivo: poner un posible favoritismo hacia Vettel en el punto de mira de la opinión pública. Si verdaderamente existiera, en Red Bull tendrán que andarse con  más cuidado a partir de ahora. Y, en este sentido, el piloto alemán tiene ahora una presión con la que  no contaba al comienzo del campeonato cuando partía como líder natural de Red Bull por su teórica superioridad sobre Webber.

Alguien ya perdió los dos títulos antes….

Como bien recordará Alain Prost en su día en referencia a la experiencia de Fernando Alonso en McLaren, el trato equitativo dispensado a un piloto no se refiere solo al material que recibe, sino también al aspecto psicológico y humano ¿Se siente Webber verdaderamente arropado ante los momentos cruciales que se avecinan?  Recordemos que tras el incidente de Estambul cualquier atisbo de discriminación parecía zanjado. Pero luego llegó Silverstone. En McLaren, Hamilton quería correr con el  nuevo “blown diffuser”. Button, no. El equipo decidió que ni para uno ni para otro.

Desde que Hamilton  adoptara su posición  victimista de Mónaco en 2007, Ron Dennis proclamó hasta la exasperación su filosofía de igualdad para sus dos pilotos, pero su corazón estaba con su pupilo. Los responsables de Red Bull estos días no paran de proclamar la misma filosofía. Aquel año McLaren perdió todos los títulos. También, con el mejor monoplaza de la parrilla.

“Le dieron el alerón porque estaba mejor clasificado en la general. El resultado final es que en el futuro el equipo me puede favorecer a mí". Aunque parezca mentira estas palabras las pronunciaba Mark Weber cuando unos días antes había dicho todo lo contrario, había arremetido contra Red Bull y se había lamentado de la reciente renovación de contrato con su equipo ("no está mal para un número dos", se les quejó irónicamente tras su victoria en Silverstone). Por eso, chocaba escucharle ahora decir arrepentido que había “sacado demasiadas cosas al exterior”. En definitiva, el australiano tuvo que tragarse sus palabras después de la carrera británica por atreverse a romper la futbolística ley del vestuario y cuestionar al equipo en público.

Fórmula 1 Sebastian Vettel