Una combinación explosiva: Red Bull mezclado con Volkswagen

Quizás los miembros de la cúpula del Grupo Volkswagen recuerden todavía la retirada de Toyota, con las disculpas públicas de su presidente, Akio Toyoda, por dilapidar anualmente más de trescientos millones de euros y no lograr ninguna victoria en el empeño. Tampoco olvidarían las lágrimas del responsable de Toyota Motorsport, Tadashi Yamashina.

Como ya vimos en nuestra pasada columna, el grupo alemán está valorando su incorporación a la Fórmula 1 ¿Por qué estrategia optarían en Volkswagen para desembarcar en el complejo e intrincado mundo de la Fórmula 1, sin estrellarse como Toyota, Honda o BMW? Que sea con la “pegatina Porsche” o “Audi”- también se valora la posibilidad de esta última- es otro tema con consideraciones al margen.

Un jinete para la bestia

Martin Withmarsh resumía hace pocos meses la compleja realidad de la Fórmula 1: "Si cualquiera pudiera entrar en este deporte, tener éxito y sobrevivir ¿Qué demonios estamos haciendo nosotros aquí? Hemos trabajado durísimo para llegar donde estamos. Desde que McLaren empezó, 106 equipos han fracasado. ¿Habrá más fracasos en el futuro? Sí, y si McLaren no rinde, seremos uno de ellos. Esta es la naturaleza de la bestia".

El Grupo VAG se estará planteando, por tanto, cómo elegir al jinete adecuado para domar la “naturaleza de la bestia”. Para conocer al más indicado, quizás nos sirva la imagen del último podio en el pasado Dakar, en Buenos Aires. Allí, Francisco Javier Sanz, uno de los miembros más influyentes en el consejo de administración del grupo VAG, alzaba su brazo junto a Carlos Sainz, subidos ambos en el techo del Volskwagen Touareg triunfador. ¿Quién ha patrocinado desde sus inicios el programa deportivo dakariano del consorcio alemán? La misma empresa que posee el equipo líder del actual campeonato de Fórmula 1.

Ventajas para todos

La imagen no es una mera anécdota, sino un ejemplo más de las estrechas relaciones que unen al Grupo Volkswagen con Red Bull, patrocinador de otros programas deportivos de marcas del grupo. Es evidente que, dadas las relaciones ya existentes, la asociación sería un paso natural de indudables beneficios recíprocos. Red Bull le cuesta a Mateschitz unos doscientos treinta millones de euros anuales. ¿Cuánto tiempo puede seguir invirtiendo a semejante ritmo el magnate austríaco? La entrada de Volkswagen aliviaría así tan elevada factura, con la posibilidad adicional de mantener la presencia de Red Bull en los futuros monoplazas “Audi” o “Porsche”, tan importante para la proyección global de la marca de bebidas.

Aprovecharía una estructura ganadora con el ingeniero más brillante en Fórmula 1

Volkswagen, por su parte, aprovecharía una estructura ganadora que cuenta con el ingeniero más brillante de la Fórmula 1, un potencial campeón del mundo con Sebastian Vettel, y una brillante cantera de pilotos en plena formación a través del Red Bull Junior Team. Es decir, supondría aterrizar en la Fórmula 1 con un caballo ganador en vez de adquirir un equipo de Segunda o Tercera División, cuyo ascenso a Primera implicaría tiempo, grandes inversiones, y relativas garantías de éxito, como le ocurriera a BMW con Sauber.

¿Intercambio de “cromos”?

Las opciones pueden ser variadas para Volkswagen. Desde comenzar como suministrador de motores a Red Bull –y a otros equipos- , a terminar con una adquisición total o parcial del capital de la escuadra austríaca, incluso a través de un intercambio de “cromos” accionariales. Tal fue el caso, por ejemplo, de la operación que llevó a cabo Dietrich Mateschitz con el ex piloto austríaco Gerhard Berger para entrar en Toro Rosso hace dos años. Berger, amigo personal de Mateschitz, cedió a este una participación de su empresa familiar de transportes a cambio de otra recíproca en el equipo italiano.

Conviene también recordar que Francisco Javier García Sanz es visitante regular en el paddock de la Fórmula 1 esta temporada, y adivinen quiénes son sus anfitriones más asiduos: Dietrich Mateschitz –cuando va-, Helmut Marko y Christian Horner. García Sanz, quien también es máximo responsable de Compras del Grupo VAG estaría, por tanto, jugando un papel determinante en la estrategia del consorcio alemán para un posible desembarco en la Fórmula 1.

¿Se subirá Alguersuari a la cresta de la ola?

Ya comentamos que García Sanz y Seat acaban de prorrogar hasta 2013, – fecha de la previsible entrada en Fórmula 1- el contrato de Jaime Alguersuari como embajador de la marca. ¿Casualidad o intención? Hace pocas fechas, Helmut Marko se presentó en Barcelona para que Alguersuari rubricara en papel la continuidad en Toro Rosso en 2011. ¿Quién firmaba al pie del documento por parte de Red Bull? Un tal Christian Horner…

Alguersuari podría estar subido con su tabla en la cresta de una ola, la entrada de Volkswagen en la Fórmula 1, que va ganando envergadura. Su juventud y su singular experiencia 1 le convierten en un diamante en bruto que Red Bull sigue puliendo. El desafío que tiene antes sí el piloto catalán es duro y apasionante a la vez. Pero si responde y hace realidad las expectativas que generan su precocidad y talento, a su llegada a la playa le podría esperar la mejor bebida combinada: un Red Bull mezclado con Volkswagen. Una combinación verdaderamente explosiva que podría revolucionar la Fórmula 1 en 2013.