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P34, el Tyrrel de seis ruedas: sueño de pioneros, sueño de niños
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Javier Rubio

Dentro del Paddock

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P34, el Tyrrel de seis ruedas: sueño de pioneros, sueño de niños

22 de septiembre de 1975, Hotel Heathrow Hilton de Londres. En la presentación del nuevo monoplaza de Ken Tyrrell, los periodistas se quedaron anonadados. No daban crédito

Foto: P34, el Tyrrel de seis ruedas: sueño de pioneros, sueño de niños
P34, el Tyrrel de seis ruedas: sueño de pioneros, sueño de niños

22 de septiembre de 1975, Hotel Heathrow Hilton de Londres. En la presentación del nuevo monoplaza de Ken Tyrrell, los periodistas se quedaron anonadados. No daban crédito a lo que veían, incluyendo a Frank Williams, también allí presente. ¿Un monoplaza de seis ruedas? ¿Uno de los más veteranos team managers de la Fórmula 1 se había vuelto loco?

 

El hijo era feo, pero era su hijo. Ken Tyrrell había apostado para lograr una ventaja adicional en el uniformado entorno técnico de la época. En aquellos años, Good Year era suministrador único de neumáticos, el motor Cosworth V8 (salvo un par de motores Ferrari, Matra y Alfa Romeo) y la caja de cambios Hewland copaban la parrilla. Había que marcar la diferencia con el chasis. Sí, pero, ¿por qué un monoplaza que rompía todos los cánones básicos del automovilismo?

Un dibujo de niños

Para convencer a Tyrrell, Derek Gadner, su director técnico, le mostró un boceto que podía haber dibujado un niño. Era un antiguo proyecto desarrollado para las 500 Millas americanas, donde los motores con turbina de gas desequilibraban el monoplaza al ahuecar o acelerar con su brutal entrega de potencia. Cuatro ruedas en el tren delantero podrían repartirla mejor. La prohibición de dichas motorizaciones en Estados Unidos paralizó la idea. 

Pero, ¿qué ventajas ofrecería entonces en un fórmula 1? Las ruedas de menor tamaño –diez pulgadas-  reducirían el frontal del monoplaza con un menor carenado. Por tanto, la resistencia aerodinámica sería menor. En teoría, una solución genial. Sin simulaciones por ordenador, en la práctica no quedó otro remedio que fabricar un prototipo para averiguarlo. Se tardó dos años en construirlo en el más absoluto de los secretos.

En el P34 las cuatro ruedas frontales eran directrices, y todas conectadas a la columna de la dirección.  Pero, sobre todo, requerían unos  neumáticos custom made que Good Year aceptó fabricar para el equipo británico, aunque con las limitaciones que más tarde se harían evidentes.

Los pilotos no veían las ruedas

¿La realidad confirmó las expectativas de Tyrrell y Gadner? Durante el invierno de 1975, se realizó con el prototipo una prueba comparativa frente al modelo anterior, el 007. El P34  fue más rápido, aunque también un potro que exigía mucha brida en algunos apartados. Al volante, Patrick Depailler y Jody Scheckter - sus pilotos en 1976-  no acertaban a colocar  la rueda en su sitio por la sencilla razón de que ni la veían, ni tampoco podían apreciar su degradación.  Para solucionar  el tema se abrieron dos ventanas  en el carenado. Tyrrell bromeaba que servían para que los aficionados disfrutaran con Depailler y Scheckter en acción.

22 de septiembre de 1975, Hotel Heathrow Hilton de Londres. En la presentación del nuevo monoplaza de Ken Tyrrell, los periodistas se quedaron anonadados. No daban crédito a lo que veían, incluyendo a Frank Williams, también allí presente. ¿Un monoplaza de seis ruedas? ¿Uno de los más veteranos team managers de la Fórmula 1 se había vuelto loco?

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