Dentro del Paddock
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Alonso frente a Stewart: al César lo que es del César
“Es fácil olvidar lo joven que es, porque pilota con tal madurez que es capaz de pensar cuando está bajo intensa presión. Pocos pueden hacer esto
“Es fácil olvidar lo joven que es, porque pilota con tal madurez que es capaz de pensar cuando está bajo intensa presión. Pocos pueden hacer esto adecuadamente. En la pista puede ser duro, es lo que hace falta, pero nunca le he visto nada poco ético. En realidad, no puedo ver ninguna debilidad en él”. Así opinaba Jackie Stewart en 2006 sobre Fernando Alonso, el mismo piloto que igualó el pasado domingo sus veintisiete victorias en la Fórmula 1.
Palabras elogiosas que confirman el talento y los logros de Alonso, quien ya solo tiene por delante a Mansell, Prost, Senna y Schumacher en la lista de ganadores. Pero podría resultar injusto para el escocés no valorar en su verdadera dimensión las circunstancias y contexto de sus triunfos. No hablamos de comparaciones de talento y calidad sino de que, con tan poco, pocos pilotos lograron tanto.
Un podio cada dos carreras
Aunque Alonso haya igualado a Stewart, en términos relativos las cifras del escocés superan no solo a las del español, sino a las de casi todos los grandes. Porque su carrera deportiva fue comparativamente más corta, ya que el piloto escocés, 'solo' compitió en 99 carreras desde 1965 a 1973. Alonso, por ejemplo, en 168 hasta hoy. Entonces el calendario anual constaba entre diez y doce pruebas por temporada. Solo en 1970 hubo trece carreras.
Junto a sus 27 victorias, Stewart logró también 43 podios en una época donde la fiabilidad mecánica estaba en las antípodas del presente. Por ejemplo, en el GP de Gran Bretaña de 1972 tan solo terminaron diez monoplazas de los veintiséis que tomaron la salida. Cuatro de ellos, por accidente. Que cayera la mitad de la parrila por carrera era la norma del momento.
En este contexto, Stewart logró solo cuatro victorias menos que Mansell, por ejemplo, quien participó en el doble de carreras. Sin embargo, a pesar de su fama de piloto cerebral e inteligente, también era terriblemente rápido. Salió en primera fila en 42 carreras -Alonso, en 34-, casi la mitad de todas sus participaciones. Logró 17 poles ( por 20 del español). Y prueba también del inmenso dominio de Stewart en la época, dio en cabeza 1.921 vueltas sobre un total de 5.525 en activo. Alonso ha dado 9.248, de ellas, 1.409 en cabeza.
Inteligencia y velocidad, todo a la par
Compitió con algunos de los más grandes de la historia (Clark, Hill, Rindt, Fittipaldi, Brabham….) y hubo de esperarse hasta 1987 para que su récord de victorias fuera igualado por Alain Prost. Para muchos, ambos pilotos son considerados como los más inteligentes y completos de la historia. Y, quizás por su singular estilo y personalidad, no tan valorados como se merecen. Nunca fueron tan espectaculares como otras figuras con menor palmarés y, sin embargo, de mayor presencia en el imaginario colectivo de los aficionados. Tanto Stewart como Prost se distinguieron por su capacidad para asumir los riesgos imprescindibles y por su sabiduría para aceptar sus limitaciones personales o las del monoplaza, sacando siempre el máximo partido de ellas.
Al juzgar a otros pilotos, Stewart siempre antepone el aspecto mental a cualquier otro valoración, como también se apreciaba en las palabras sobre Alonso antes citadas. Así, consideraba que Schumacher era “de entre los grandes, el que más errores comete”, porque para el escocés, un gran piloto se distingue por ser completo y no solo un disparo. “En mi mente no hay duda que Ayrton era más rápido que Alain”, llegó a declarar Stewart, “pero hay algo más que eso para ser un gran piloto. Nadie, nunca, parecía hacerlo tan fácil como Prost”. Exactamente lo mismo podría decirse del propio Stewart, que siempre consideró al francés superior al brasileño.
Un diario repleto de accidentes
Los méritos de Jackie Stewart también se iluminan ante el particular entorno psicológico vivido por la precaria seguridad de la época. Alonso, Mansell, Senna o Prost, afortunadamente, nunca han afrontado un episodio tan dramático como el de Spa 1968, cuando Stewart quedó atrapado en su monoplaza durante media hora, boca abajo, empapado en gasolina. En su biografía, recordaba cuando pasó revista junto a su mujer Helen a la lista de “amigos y colegas” perdidos en la competición: 57 en once años, “algunos en horribles circunstancias, haciendo lo mismo que tú hacías”. “Mi único objetivo en las carreras era sobrevivir”, reconoció en una ocasión. En 1968 llevaba un diario, donde era constante la presencia de accidentes de compañeros. “El piloto moderno no tiene noción de cómo eran las cosas entonces”.
El próximo domingo se celebra el Gran Premio de Alemania, en Nurburgring. En una ocasión le preguntaron a Ken Tyrrel por la mejor carrera de Stewart. No dudó en referirse a aquella de 1968: “Aquel día, las condiciones en Nurburgring eran increíbles”. Lluvia e intensa niebla. “Salía sexto. Cuando terminó la primera vuelta, oímos un motor, y no sabíamos quién era. Era Jackie, pasó, y dejó una cortina de agua. Después, el silencio…” Ganó con cuatro minutos y tres segundos de ventaja sobre Graham Hill. El trazado era aquel famoso “Infierno Verde” donde Lauda estuvo a punto de perder la vida.
Alonso merece todo el reconocimiento que merece por haber logrado emparejarse con todo un mito de la Fórmula 1. Pero, sin olvidar que, al César lo que es del César.
“Es fácil olvidar lo joven que es, porque pilota con tal madurez que es capaz de pensar cuando está bajo intensa presión. Pocos pueden hacer esto adecuadamente. En la pista puede ser duro, es lo que hace falta, pero nunca le he visto nada poco ético. En realidad, no puedo ver ninguna debilidad en él”. Así opinaba Jackie Stewart en 2006 sobre Fernando Alonso, el mismo piloto que igualó el pasado domingo sus veintisiete victorias en la Fórmula 1.