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GP de Canadá: donde patochada, desgracia y gloria caminan de la mano
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Javier Rubio

Dentro del Paddock

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GP de Canadá: donde patochada, desgracia y gloria caminan de la mano

Estaba a punto de nevar y todos se helaban de frío,  escenario este inusual para un gran premio. Cuando el primer ministro canadiense Pierre Trudeau entregó

Estaba a punto de nevar y todos se helaban de frío,  escenario este inusual para un gran premio. Cuando el primer ministro canadiense Pierre Trudeau entregó el trofeo como vencedor a su compatriota, Gilles Villeneuve no pudo contener la emoción: era su primera victoria en la Fórmula 1, ante su público. Luego, el que se convertía en escenario del Gran Premio de Canadá llevaría su nombre  para siempre.

Una hermosa ciudad de ambiente tan europeo como americano, el entorno, su paisaje… La pista de Notre Dame y el Gran Premio de Canadá son siempre considerados un punto y aparte para sus protagonistas. Su singularidad también ha deparado grandes historias, curiosidades y anécdotas de todo tipo. ¿Cómo no va ser especial el único Gran Premio que fue cancelado (1987) porque dos patrocinadores –las cerveceras Molson y Labbat- que se pegaban por los derechos de la carrera? 

Desde la carrera más larga al accidente más absurdo

Estaba a punto de nevar y todos se helaban de frío,  escenario este inusual para un gran premio. Cuando el primer ministro canadiense Pierre Trudeau entregó el trofeo como vencedor a su compatriota, Gilles Villeneuve no pudo contener la emoción: era su primera victoria en la Fórmula 1, ante su público. Luego, el que se convertía en escenario del Gran Premio de Canadá llevaría su nombre  para siempre.