Es noticia
Vettel se quita la careta: ni olvida ni perdona
  1. Deportes
  2. Fórmula 1
Javier Rubio

Dentro del Paddock

Por

Vettel se quita la careta: ni olvida ni perdona

 “¿Cuál es tu posesión más preciada?”, le preguntaron hace pocas fechas a Sebastian Vettel en un cuestionario personal de la página oficial de la Fórmula 1.

Foto: Vettel se quita la careta: ni olvida ni perdona
Vettel se quita la careta: ni olvida ni perdona

 “¿Cuál es tu posesión más preciada?”, le preguntaron hace pocas fechas a Sebastian Vettel en un cuestionario personal de la página oficial de la Fórmula 1. “La memoria”, contestó el piloto alemán.

Ahora, rebobinemos en el tiempo, casi un año atrás. Rueda de prensa del Gran Premio de España de 2012. Se le preguntaba a Fernando Alonso si los pilotos tenían claras las reglas sobre lo no permitido al defender la posición tras las agresivas maniobras de Nico Rosberg en Bahrein.

-“Sí”, contestó Alonso, y cuando fue a matizar al respecto, Sebastian Vettel le interrumpió con su sonrisa habitual y cierta sorna en el comentario.

-“Fernando lo dejó muy claro, ya lo dijo: ¡Hay que dejar espacio, siempre hay que dejar espacio, todo el tiempo hay que dejar espacio! Estaba claro, ¿no?”.

- “Sí, sí” como hice el pasado año con Sebastian, en Monza” (el español se refería al intento de adelantamiento de Vettel al piloto español en la Curva Grande el año anterior).

- “Sólo que pensó que mi coche era más delgado…”, respondió irónicamente el alemán.

- “Pero tú pasaste, pasaste”, volvió a contestar con tono serio y contundente el español.

Gran Premio de Monza 2012. Fernando Alonso es quien intenta adelantar a Vettel exactamente en el mismo punto que 2011. El piloto alemán mandó el Ferrari a dar tumbos por la hierba. Y se inició otro diálogo, esta vez por la radio.

- “¡OK, creo que es suficiente!, ¿no? ¡Es suficiente!, ¡Voy a 320 km/h!”, gritó Alonso a la dirección de carrera.

- “A dirección de carrera”, contestó Vettel después, “de repente, él estaba en la hierba, no necesité empujarle a la hierba, le dejé suficiente espacio”.

Vettel fue entonces sancionado, pero recordó a Alonso su buena memoria. Y este jueves nos confirmó que aplicó el mismo esquema con Mark Webber en el pasado Gran Premio de Malasia.

"Depende de vosotros creerme o no..."

El alemán se sometió a una rueda de prensa con numerosas preguntas desde todos los ángulos y presión que le hubieran permitido clarificar su postura o reafirmar sus disculpas de Sepang. Sin embargo, recogimos una ambigua hojarasca de explicaciones que no ocultó las dos ramas principales de su árbol: Vettel quería ganar a toda costa y, para lograrlo por encima de las órdenes de equipo, se ha justificado a sí mismo con su particular ley del Talión contra Mark Webber.

“Estaba en plena carrera, como piloto sólo estaba concentrado en ganar y recibí la llamada por radio, que escuché, pero que no entendí en aquel momento. Debería haberla entendido, y es por ello por lo que me disculpé con el equipo, porque con mi acción me puse por encima del equipo”, explicó este jueves en China. ¿No entendió la muy concreta y precisa 'multi 21'? ¿Y tampoco los mensajes posteriores? Como nos aclaró Christian Horner inmediatamente después de acabar la carrera, “recibió una llamada de su ingeniero justo después de la última parada, y yo hablé con él un par de veces”. "Depende de vosotros creerme o no", dijo varias veces Vettel ayer . Pues, sorry Sebastian, querríamos hacerlo, pero resulta difícil...

"Lo volvería a hacer otra vez"

¿Lo volvería a hacer otra vez? Como el autor del delito que acaba traicionando su propia coartada, el alemán nos alumbró con otra motivación adicional. “Si hubiera entendido el mensaje y lo hubiera considerado, si hubiera reflexionado sobre ello, en lo que el equipo quería, dejar a Mark primero y ser segundo… creo que lo habría pensado, y habría hecho lo mismo. No lo merecía”. Lo repitió en dos ocasiones: “Había un conflicto, porque por un lado soy alguien que respeta las decisiones de equipo y, por otro lado, probablemente Mark no es quien se lo merecía en aquel momento”. 

¿No merecía Webber la victoria porque el desarrollo estratégico de la carrera exigía su triunfo a pesar de que su equipo decidiera lo contrario? ¿O había algo más? “Nunca he tenido apoyo por su parte (Webber)”, explicaba el piloto alemán. “En lo que se refiere a mi relación con Mark, le respeto mucho como piloto, pero creo que ha habido más de una ocasión en el pasado en la que podía haber ayudado al equipo y no lo hizo”. ¿Al equipo, o a él mismo? 

Resultó llamativo que el propio Horner nos recordara el ataque de Webber a Vettel en la salida del pasado Gran Premio de Brasil al terminar la prueba de Sepang. Todos sabíamos por qué Ayrton Senna echó a Prost en Suzuka 1990. El brasileño tardó un año en admitirlo públicamente. Vettel sólo tres semanas.

¿Un antes y un después?

Habrá un antes y un después para el piloto alemán. En la historia de la Fórmula 1, determinados episodios han dibujado el perfil de los grandes campeones, y no siempre de forma positiva. Michael Schumacher, por ejemplo (Australia 94, Jerez 97, Mónaco 2006), quien evidenció un patrón de carácter escasamente deportivo en momentos de gran presión. O como Ayrton Senna y su particular sentido de la justicia en Imola 89 y el mencionado Japón 90. 

En este caso, detrás del enorme talento y gran inteligencia de Vettel, de esa aparentemente cándida sonrisa, se empieza a perfilar un jugador de bajo instinto con memoria que ni olvida ni perdona. Forma parte de la contextura de algunos grandes campeones, pero este contraste suscita rechazo entre el gran público, sobre todo cuando se intentan camuflar las motivaciones como el alemán hizo en Malasia. 

“No soy el chico malo de la película”, nos decía este jueves. Pero no siempre coinciden realidad y percepción. El tiempo dirá hasta qué punto siguen afilándose las aristas de este perfil en su propio perjuicio. La historia del duelo Vettel contra Webber ganará velocidad e intensidad en 2013. Las cartas están definitivamente boca arriba. Al menos, en Red Bull ya no podrán contarnos más películas.

 “¿Cuál es tu posesión más preciada?”, le preguntaron hace pocas fechas a Sebastian Vettel en un cuestionario personal de la página oficial de la Fórmula 1. “La memoria”, contestó el piloto alemán.

Sebastian Vettel