Dentro del Paddock
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Ahora veremos en Renault la verdadera pasta de la que está hecho Carlos Sainz
Tres años en el contexto de Toro Rosso han dado forma al Carlos Sainz que conocemos. Pero su verdadero potencial solo podrá empezar a expresarse en otro entorno
Ahora veremos al verdadero Carlos Sainz en la Fórmula 1. “¿Y qué hemos visto hasta ahora?” se preguntarán muchos. A un piloto que todavía no ha dado la medida de su potencial, pensamos otros. Incluyendo que incluso no cuajen sus expectativas. Porque, por fin, Sainz jugará en otra liga.
El presidente del Grupo Renault, Carlos Goshn, estableció un listón muy ambicioso para volver a la Fórmula 1: el título en 2020. Que el tercer equipo oficial apueste por el español testifica el potencial que le presumen. Sainz saltará así a otra órbita de responsabilidades y exigencias de rendimiento inéditas que medirán su talento y personalidad.
Sainz engaña
Sainz se antojaba en Red Bull como el jugador de la cantera que, aún en el primer equipo, no es suficientemente valorado. Se cruzó un Verstappen que deslumbró a Marko, con el que se midió ventajosamente, pero que le dejó a la sombra. La reacción en Austria de Marko, Horner y Tost contra el español escenificó la posición de Sainz en Red Bull. Había que agradecer la oportunidad de estos años, pero también salir zumbando de allí como fuera.
En la Fórmula 1, la percepción de un piloto es tan importante como sus resultados en pista. Tienes que respirar, moverte, pensar, hablar y otros tantos gestos que destilan seguridad en tu propio talento y aires de potencial campeón. Verstappen llegó así. Sainz, no. De naturaleza tímida, extremadamente educado, incluso afable y cariñoso en las distancias cortas, Sainz es de aquellos que sacan pecho con los resultados en la mano, no antes. Sainz engaña.
Porque bajo este perfil late una férrea seguridad en sí mismo y una determinación que necesita más espacio, un material más competitivo y otro entorno psicológico para explotar en toda su dimensión. Hasta ahora no podía en Toro Rosso, un equipo lanzadera, y sus responsables, empleados subsidiarios. Al contrario que Renault. Es hora de sacar al verdadero Sainz a la palestra.
Muy rápido a una vuelta
Le distingue una particular y aguda inteligencia, muy estimulante para quien le sepa escuchar con atención. Juega con visión global y de largo alcance, mejor incluso que la de Verstappen. Se aprecia en su capacidad estratégica en carrera. Salvo en determinadas circunstancias de fiabilidad y circuito, normalmente puntúa cuando llega a la meta. No en vano, es el piloto con más puntos de media por temporada en la historia de Toro Rosso. Uno de los reproches que se le podían hacer es no haberse ‘vendido’ lo suficiente. Cuestión de su personalidad. O de ética personal de trabajo.
Sainz cuenta además con una gran virtud para una Fórmula 1 donde la posición de salida determina gran parte del resultado: es rapidísimo a una vuelta, uno de los pilotos más veloces de la actual parrilla. Algunas de sus giros en esta temporada han sido realmente espectaculares. En el Q3 de Mónaco, en algunos Q1 como Austria… Y este año uno se venía preguntando cómo hubiera lucido en otro monoplaza más competitivo, porque el Toro Rosso se le quedaba pequeño.
La pugna con Niko Hulkenberg
Pero ahora los desafíos de Renault van a testar si Sainz lleva dentro o no el germen de un potencial campeón del mundo o, simplemente, de un gran piloto. Para empezar, su personalidad se pondrá a prueba para intentar liderar una estructura humana y técnica mucho más compleja que la de Toro Rosso. Para ganar debes antes ganarte el respeto en el ‘motorhome’, en las reuniones de ingenieros, en las demandas a la cúpula del equipo. Recordemos las luchas subterráneas de Rosberg y Hamilton, por poner un ejemplo. Los equipos son también un poco masoquistas. Un piloto es un empleado, pero necesitan sentir que se les mete ‘caña’. Sainz tendrá que darla con las armas acordes a su carácter.
El español se enfrentará a un piloto de gran talento que vive una situación similar a la suya, pero con más experiencia. Nico Hulkenberg está a punto de convertirse en el piloto con más participaciones sin podios de la Fórmula 1. Alonso en su día le señaló como uno de los mejores. Si Sainz dobla el pulso al alemán, su percepción se disparará fuera y dentro de Renault para esos cruciales 2019 y 2020 en el plan estratégico del fabricante francés. Si Red Bull le ha dejado marchar sin opción de vuelta, claro.
La progresión de Renault
La presión hasta ahora será diferente para Sainz. En Renault lanzan señales de confianza con su monoplaza de 2018. Será el primer fruto de la reestructuración de medios y humana de estos dos últimos años en Easton. Sus técnicos también confían en ese nuevo motor en preparación que, se espera, puede alcanzar su cénit de rendimiento —y a Mercedes y Ferrari— pocos meses después de comenzar la temporada. Ese propulsor que también ha convencido a McLaren para el cambio. De confirmarse lo anterior, si Renault sigue evolucionando, la referencia podría ser Red Bull, con dos de los mejores pilotos del momento. Quizás McLaren esté en ese grupo. A partir de aquí, quién sabe.
La neurobiología ha confirmado la plasticidad del cerebro humano, su capacidad para modificar su cableado neuronal ante las nuevas realidades. Como lo serán en Renault las que va afrontar el madrileño. Todavía no hemos visto al verdadero Carlos Sainz.
Ahora veremos al verdadero Carlos Sainz en la Fórmula 1. “¿Y qué hemos visto hasta ahora?” se preguntarán muchos. A un piloto que todavía no ha dado la medida de su potencial, pensamos otros. Incluyendo que incluso no cuajen sus expectativas. Porque, por fin, Sainz jugará en otra liga.