Es noticia
El duelo de puñaladas por la espalda en Fórmula 1 entre Red Bull y Renault
  1. Deportes
  2. Fórmula 1
Javier Rubio

Dentro del Paddock

Por

El duelo de puñaladas por la espalda en Fórmula 1 entre Red Bull y Renault

Los documentales recientemente estrenados por Netflix sobre la Fórmula 1 muestran las pugnas políticas entre bastidores y de egos que tanto determinan este mundo

Foto: Cyril Abiteboul y Christian Horner, como 'amigos'. (Imago)
Cyril Abiteboul y Christian Horner, como 'amigos'. (Imago)

Las imágenes de Cyril Abiteboul y Christian Horner en las dos ruedas de prensa son espectaculares. Reales como la vida misma, la escenificación del duelo entre gallos que dan y encajan después de dos decisiones estratégicas que suponían sendos ganchos al mentón de su rival: la renuncia a seguir con los motores de Renault primero, y la marcha de Daniel Ricciardo al equipo francés después.

Sus respectivos lenguajes corporales no podían ocultar cuándo dan o reciben, ganan o pierden en las dos batallas de 2018 de la ya larga guerra entre Renault y Red Bull. Los recién estrenados documentales de Netflix sobre la Fórmula 1 ofrecen momentos impagables. La intensidad del capítulo dedicado a ambos personajes alcanza cotas extraordinarias. Con Ricciardo como actor invitado y Carlos Sainz en papel secundario.

Los diferentes capítulos de Netflix ponen foco en esa Fórmula 1 entre bastidores efervescente de política, dinero, poder, orgullos y egos. Donde frecuentemente las decisiones sobre los pilotos casan poco con su velocidad en pista. Por ejemplo, cuando se ve a Ocon de paisano en 2019 o se escucha a Christian Horner declarar recientemente que “hemos elegido a Gasly porque tiene más potencial que Sainz…”.

El cuchillo de Horner

El capítulo dedicado a Red Bull y Renault parece una historia guionizada con imágenes grabadas para la ocasión. Pero no. Abiteboul (“es muy pasional, nunca sabes por dónde va a salirte”, le definía Horner) expresa en sus gestos ese cuchillo clavado que Horner disfruta retorciéndole cuando explica a la prensa por qué manda a paseo a Renault, con Honda oculta en el maletero. Fuera de la sala, ya empezó a cebarse con su rival. “Tienes aquí a los peces gordos de Renault, ¿no?”, preguntaba el británico con evidente regocijo. Pero un boomerang australiano iba dando vueltas por el aire para después para pegarle en toda la cabeza.

placeholder Sainz y Ricciardo en la temporada 2016. (EFE)
Sainz y Ricciardo en la temporada 2016. (EFE)

En la historia de este despiadado enfrentamiento también entra Daniel Ricciardo y su renovación. Horner supo que el australiano se había quedado sin opciones en Ferrari y Mercedes y que, por tanto, renovar con Red Bull era la única salida. Pero las imágenes de Netflix en diferentes momentos de la temporada muestran hasta qué punto Ricciardo no quería un Red Bull junto a Max Verstappen. El incidente de Baku y la respuesta del equipo acabaron por convencerle. Solo faltaba la oportunidad adecuada.

Ricciardo, quién lo hubiera imaginado

Horner estaba seguro que Ricciardo renovaría con Red Bull. Mientras tanto, en el Gran Premio de Francia, Abiteboul pidió precio a los austríacos para liberar y contratar a Sainz. Red Bull se descolgó con una oferta estratosférica. Ante la lógica negativa de Renault, Sainz seguiría atado a Red Bull hasta vencer su contrato en octubre. Nada personal, pero cuanto peor para mis rivales, mejor para mí. Sin embargo, Renault no podía esperar tanto para fichar a su segundo piloto y quedarse sin opciones. Entró en juego Esteban Ocon como candidato para Renault apoyado por Toto Wolff. Todo parecía hecho para el piloto francés. Pero nadie contaba con que la voluntad última de Ricciardo rompería todos los esquemas.

Foto: Unos amigos pasean con su fixie. (Chill Bikes)

El australiano sospechaba que Verstappen renovó su contrato como primer piloto de Red Bull el año pasado. En el documental se veía a Horner tratar de convencer al padre de Ricciardo de que su hijo tendría todas las garantías frente al piloto holandés. Horner confiaba que Ricciardo no iría a ninguna parte. Pero el australiano tomó un camino inesperado a pesar incluso de que Dietrich Mateschitz había aceptado todas sus condiciones.

"¿Tienes dinero para pagarle?"

Ricciardo sorprendió incluso al propio Abiteboul, quien ahora se relamía al devolver la puñalada a su rival. Aunque tuviera que romper la hucha para ello. Impagable cuando Horner se encuentra cara a cara con Abiteboul al acceder a la rueda de prensa de la FIA en Spa. “¿Tenéis dinero para pagarle?”, le dice un despechado y sarcástico británico. “Nos sobra” le contestó el francés. Muy a su pesar, Horner reconocía llevar ahora la daga en su espalda cuando le dice a su rival, tragando orgullo: “Ahora tengo que buscar un motor y un piloto”. Abiteboul reventaba la camisa de satisfacción escuchando luego a Horner ante la prensa.

Ante la inesperada oportunidad de Ricciardo, Ocon y Wolff se quedaron colgados de la brocha con Renault. Las hemerotecas recuerdan la furiosa reacción de un Wolff que se sintió engañado y traicionado. Hoy, Ocon ve las carreras pegado a Wolff en el box de Mercedes.

Tras conocerse el fichaje de Ricciardo, Sainz también quedaba fuera del equipo francés, bloqueado por un Red Bull que aún disfrutaba los derechos sobre el español. Pero desde el año anterior -recordemos la bronca de Austria de Marko, Horner y Tost- el español había mostrado su deseo por salir de Toro Rosso. Aquello abrió una brecha con Red Bull. Verstappen tampoco quería a Sainz a su lado. Pero antes de bloquear la carrera del español, Red Bull decidió darle carta de libertad en agosto para gestionar su futuro. Horner finalmente se quedó con Gasly cuando pudo haber tenido a Ricciardo y a Sainz. La pista confirmará o no ese potencial que defiende para el francés. Así se mueve la Fórmula 1...

Las imágenes de Cyril Abiteboul y Christian Horner en las dos ruedas de prensa son espectaculares. Reales como la vida misma, la escenificación del duelo entre gallos que dan y encajan después de dos decisiones estratégicas que suponían sendos ganchos al mentón de su rival: la renuncia a seguir con los motores de Renault primero, y la marcha de Daniel Ricciardo al equipo francés después.

Max Verstappen