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Alonso, Sainz, Madrid, Barcelona y el Duelo a Garrotazos de Francisco de Goya
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Javier Rubio

Dentro del Paddock

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Alonso, Sainz, Madrid, Barcelona y el Duelo a Garrotazos de Francisco de Goya

Los protagonistas de la Fórmula 1 en España a todos los niveles deberían evitar enfrentamientos absurdos ante la opinión pública que no benefician a nadie

Foto: Sainz y Alonso, en el pasado GP de España. (Eric Alonso/DPPI/AFP7)
Sainz y Alonso, en el pasado GP de España. (Eric Alonso/DPPI/AFP7)

La anécdota nos la contaba en su día el añorado Andrés Montes, gran periodista de baloncesto, todo un carácter y miembro del equipo de José María García en los tiempos en que el gran comunicador de la época taladraba con sus críticas a Ramón Mendoza y al Real Madrid.

"Dile a José María que tenga cuidado con el Real Madrid, que no sea tan duro porque, por encima de todo, tiene seguidores en toda España, y no perdonan ciertas cosas", contaba Montes que Emilio Butragueño le decía sentados juntos en un avión, igual que con la mejor intención, educación y consejo, te comentaba el propio Andrés. El mítico jugador madridista le venía a decir al periodista que el corazón tiene razones que la razón no entiende. Es decir, 'cuidado con las emociones', sería la moraleja de esta primera cita.

"El porvenir no existe todavía y, si no existe, no puede verse en absoluto, pero se le puede prever a partir de los signos presentes que están ahí, y ya pueden verse", decía San Agustín. Esta segunda cita vendría a cuenta de esa aguja que Fernando Alonso dejaba en sus declaraciones de la rueda de prensa oficial del jueves. El viernes, otro medio de comunicación publicaba un artículo que sentó a cuerno quemado en varios cuarteles, incluyendo al propio protagonista.

Si en algo hubo unanimidad entre los principales actores del paddock, según ha podido sondear El Confidencial, es que una dinámica frentista entre el Gran Premio de España en Madrid y las aspiraciones de continuidad de Montmeló puedan acabar como en la famosa escena de los garrotazos de Goya. Pero si son los protagonistas quienes llenan la habitación de gas, "el porvenir puede preverse". No sería bueno para nadie.

La decisión de Alonso de unirse al Circuit de Barcelona-Cataluña como embajador sorprendía en ciertos cuarteles dado su posicionamiento al respecto de políticas y etapas recientes por parte de sus anteriores responsables. Solo cabe remontarse a las famosas escenas de la edición de 2018. Tras un giro copernicano de filosofía, pragmatismo y gestión, los actuales gestores del Circuit han dejado atrás absurdas veleidades del pasado que Liberty rechazo de plano. El acercamiento a Alonso ha sido aséptico y profesional, según se ha explicado a este medio, y ha convencido al piloto.

El cogollo de la cebolla es, por supuesto, apoyar la continuidad de Montmeló en la Fórmula 1, hoy en negociación. Sin descartar la involucración del asturiano en potenciar la política de cantera de pilotos del Circuit, tradición desde su construcción. En el último año, por ejemplo, Miguel Molina ganaba las 24 Horas de Le Mans. Álex Palou, las 500 Millas. Ambos, de entre otros muchos, fueron apoyados por el Circuit. Un alto porcentaje de los pilotos profesionales españoles actuales nacieron al calor de los éxitos de Alonso. Si el asturiano contribuyera a que desde España y Cataluña se sigan bombeando talentos que den continuidad de futuro, bienvenida sea su labor con el Circuit.

Sin embargo, los organizadores del Gran Premio en Madrid le habrían hecho una oferta al asturiano. Su caché habría sido demasiado elevado para sus organizadores. El proyecto de Madrid quería contar con ambos pilotos, Carlos Sainz igualmente. Ahora uno es embajador de Montmeló y el otro de Madrid. Una magnífica noticia que no debería convertirse en su contraria si cada parte, Montmeló y Madrid, a quien corresponda en cada ámbito, empiezan a llenar la habitación de gas.

Alonso cuenta con un extraordinario arrastre de aficionados en España, con una incondicional fuerza emocional. Aunque recuperando a Butragueño y aquello de las emociones, al público generalista español le resultaría difícil digerir que, al defender las legítimas aspiraciones de Montmeló para seguir en la Fórmula 1, se cuestione Madrid. Y que desde Madrid se cuestione a Fernando Alonso por su vinculación a Montmeló aludiendo a argumentos de barra de bar. Como ese de Ayuso en el artículo. Los mensajeros son siempre alguien que transmite el mensaje.

La polarización política y las sensibilidades en España ya están suficientemente inflamadas por los profesionales de lo suyo para que la Fórmula 1, Madrid y Barcelona, Fernando Alonso y Carlos Sainz se conviertan en arma arrojadiza entre la opinión pública. Y que algunos sectores que esperan con las garras afiladas, especialmente ahora en Madrid, reciban munición con argumentos que deberían servir para unir y no lo contrario.

Por mucho que pese admitirlo en Cataluña, si la Fórmula 1 continúa en Montmeló será porque la aparición de la candidatura de Madrid y su posterior consolidación ha supuesto para los responsables políticos y sociales catalanes el necesario acicate. Existe una tradición automovilística desde 1991 en Montmeló, una historia deportiva, unas instalaciones renovadas y se han dejado atrás aventuras políticas que pusieron en peligro su continuidad. Algo tienen que agradecer en Barcelona a Madrid.

Aunque conviene no olvidar que el principal beneficiado de esta pugna es Liberty. Especialista como en los tiempos de Bernie Ecclestone en enfrentar para exprimir la bolsa. Si el resultado son dos Grandes Premios en España, qué mejor noticia cuando medio mundo se pega por la Fórmula 1 porque lo está reventando. Mejor no convertir en España el asunto en otra guerra de garrotazos, como tan crudamente nos ilustraba Francisco de Goya. Somos especialistas.

La anécdota nos la contaba en su día el añorado Andrés Montes, gran periodista de baloncesto, todo un carácter y miembro del equipo de José María García en los tiempos en que el gran comunicador de la época taladraba con sus críticas a Ramón Mendoza y al Real Madrid.

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