Los derechos de los trabajadores franceses importan menos que el tren de la Eurocopa

Francia está viviendo uno de los momentos más complicados de su historia reciente. A las crecidas del Sena que han hecho evacuar parte del Museo del Louvre, se unen las imparables protestas de trabajadores y estudiantes por todo el país por las medidas del gobierno de François Hollande, que se extienden ya varias semanas y que no tienen visos de finalizar pronto. Y, evidentemente, la Eurocopa iba a verse afectada. Ésta tiene tal repercusión que un acto de protesta supone un gran respaldo a la lucha de los trabajadores.

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Los grupos sindicales que más ruido están generando, con mucha diferencia, son los trabajadores de la empresa pública ferroviaria SNCF, la RENFE francesa, para que nos entendamos. Protestan por la nueva legislación laboral y, por otro lado, la enorme represión que están sufriendo por parte de los cuerpos de seguridad franceses, que han demostrado verdadera ligereza a la hora de reducir a manifestantes. De hecho, se denuncia que "hay impunidad para la Policía".

Se esperaba que con las últimas propuestas del ejecutivo de Manuel Valls, al que no se le ocurrió mejor cosa que apelar a eso de que todo el mundo debe ser "responsable" y "patriota", la situación se calmase y se acabase el parón antes del inicio de la Eurocopa, pero no va a ser así. La lucha continúa por décimo día consecutivo, y a los trenes se unen los aviones, porque Air France también está en pie de guerra contra el gobierno francés. A esto hay que unir el desabastecimiento que ha existido en las últimas semanas en las gasolineras francesas y el miedo a apagones por la huelga de las nucleares. Vamos, una época preciosa para conocer Francia...

A los que estamos en La Rochelle siguiendo a la Selección poco nos ha afectado. Fui de Burdeos a mi hogar durante estas dos semanas en tren sin ningún problema, pero mis futuros trayectos en ese medio de transporte corren serio peligro. La Selección viaja primero a Toulouse, luego a Niza y después a Burdeos. Y yo, como mis compañeros periodistas, tengo que desplazarme en tren o avión a estos lugares. A día de hoy, todavía no sé si podré coger los trenes y aviones que tengo reservados, porque las protestas continúan. Y lo peor, los 80.000 espectadores que querrán llenar Saint-Denis en el Francia-Rumanía pueden no tener transporte público...

Y mientras todo este follón persiste, la empresa SNCF, ajena a los problemas de sus trabajadores, decidió mantener el 'tren de la Eurocopa', que ha ido llevando el trofeo Henri Delaunay por numerosas ciudades francesas durante los últimos dos meses, y organizó un gran acto de cierre en la llegada del convoy a París, sede del partido inaugural. El tren es un homenaje al torneo que se pone a disposición del aficionado para que viva la experiencia de la Euro sobre los raíles. Cuenta con un vagón donde se expone el trofeo, otro con recuerdos históricos, otro incluso musical... Un compendio de recuerdos con los que los franceses han podido disfrutar en estos dos últimos meses.

Pero cuando llegaron a París, les estaban esperando numerosos trabajadores, que habían organizado una gran y ruidosa protesta contra lo que, según dice el diario afín 'La izquierda diario', es una iniciativa que consideran "ofensiva", ya que se está gastando dinero público en ello mientras sus mismos empleados se ven obligados a acudir a un parón indefinido. Además, las protestas también se produjeron en otras estaciones de la capital y las asambleas generales de los huelguistas siguen instando a mantener la lucha y no aceptar la negociación que propone la empresa.

'Au revoir'.