Cristiano Ronaldo necesita con urgencia un asesor de imagen y comunicación

Cristiano Ronaldo se exhibió el sábado en el Sánchez Pizjuán. El portugués dio la sensación, como sucede con Messi casi siempre, de que podía marcar cuando le apeteciera. Hizo un ‘hat-trick’ aunque su ambición de igualar los cuatro goles que ya marcó la pasada temporada en Nervión le volvió a restar generosidad en los minutos finales. Una actuación perfecta la de CR7 para reivindicarse después de los silbidos que le dispensó la grada del Bernabéu una semana antes durante el partido ante el Barça. Pero todo su excelente trabajo sobre el césped lo echó por tierra nada más concluir el partido y atender a Susana Guasch en los micrófonos de La Sexta.

El principal problema que tiene Cristiano Ronaldo es que nadie le asesora para proyectar su imagen y nadie le aconseja en materia de comunicación para dirigir su mensaje. Aquello de “me tienen envidia porque soy guapo, rico y famoso” o lo de “tapar bocas” son frases que dinamitan su gran juego. Son mensajes que distorsionan el espectáculo que aporta el futbolista de Madeira. No se trata de hablar con falsa modestia e impostar ser humilde. Consiste en que alguien explique a CR7 que la humildad es uno de los mayores valores de un deportista de élite.

Nadie de su entorno hace ese trabajo con Cristiano Ronaldo. Ni la empresa Gestifute, con su dueño el superagente Jorge Mendes a la cabeza, ni su núcleo íntimo familiar, ni nadie del Real Madrid dice a Cristiano que ese tipo de declaraciones provocan un menoscabo y alteran de manera negativa la percepción que tienen de su figura los aficionados, del Real Madrid y resto de equipos, y la opinión pública en general.

Cristiano es un buen chaval. En las distancias cortas, es un tipo divertido y con buen corazón. Como la mayoría de futbolistas también vive en una edad del pavo permanente que suele terminar cuando se retiran. Pero en su condición de icono futbolístico mundial debería contar con un mejor asesoramiento para que sus gestas en el terreno de juego (su ritmo goleador es histórico en el fútbol mundial) no se difuminen con sus gestos y declaraciones. Y debería resaltar su origen humilde, la cultura del trabajo y el esfuerzo que realmente representa en su ascenso al top mundial de futbolistas.

Como las aficiones rivales, ya sean de clubes o de selecciones, saben que se desquicia cuando corean el nombre de Leo Messi, su gran rival por el cetro del fútbol mundial, la escena se repite en muchos partidos. Es cierto que Cristiano siempre se ha crecido en escenarios hostiles pero últimamente se le ha visto con demasiada ansiedad para demostrar que se encuentra al nivel del delantero argentino del Barcelona. Por cierto, el Barça minimiza a sus rivales como ayer en la final del Mundialito de clubes con el Santos, con el Manchester United en la final de la Champions League o igual que hace una semana con el Real Madrid en el Bernabéu. Y hace lo propio con las estrellas de esos equipos: Rooney, Neymar y el propio CR7 parecen peores cuando se enfrentan al equipo de Guardiola aún cuando siguen siendo figuras mundiales.

La mala suerte de convivir con Messi

La desgracia del Real Madrid en la actualidad es que ha coincidido en el tiempo con el mejor Barça de la historia. Esa mala fortuna también le sucede en el plano individual a Cristiano Ronaldo con Leo Messi, dos futbolistas de época que han coincidido en la mismo periodo histórico. Los madridistas también cuentan con motivos para estar contentos porque son líderes en la Liga BBVA, por delante del Barça, que ayer se proclamó campeón del mundo de clubes dando una nueva exhibición de fútbol. Y si el Barça es el mejor equipo del mundo, el Madrid se encuentra muy cerca.

Volviendo a la necesidad imperiosa que tiene Cristiano Ronaldo de ser bien asesorado, también resulta incompresible, no sólo en el caso de CR7, que los clubes de fútbol, con el dineral que invierten en sus principales activos, no estén encima de los futbolistas y les asesoren. Y que por el contrario, sea desde los propios clubes desde donde llegan las filtraciones de que alguno de sus jugadores está saliendo mucho de marcha (esto no tiene absolutamente nada que ver con CR7, profesional impecable y ejemplar) en lugar de preocuparse por lo que le lleva a ese futbolista a pegarse unas fiestas impropias, y cuando no corresponden, para un deportista de élite.