¡No toquen el fuera de juego, por favor!

El fútbol es el deporte de la vida. El fútbol es el mejor deporte que existe por distintos motivos, pero el principal es que sus normas, sus diecisiete reglas, son las mismas prácticamente desde su creación. Según fue avanzando la competición, esas normas se pulieron y en los últimos 90 años apenas ha habido modificaciones notables en el reglamento, salvo la prohibición de que el portero coja la pelota con la mano cuando se la cede un defensa. Pero las reglas del fútbol se pueden considerar casi perfectas. Y la polémica que se crea en cada partido por la aplicación que de ellas hacen los árbitros es uno de los alicientes que convierten al fútbol en el deporte más apasionante y seguido del planeta.

La norma que hace al fútbol un deporte distinto es el fuera de juego. La regla XI es la más peculiar y la que convierte al balompié un deporte único. Esa regla no hay que tocarla. Hay que dejarla estar. Y hay que intentar explicarla de una generación a otra. Pero no había que tocarla porque cualquier modificación puede alterar el ecosistema futbolístico.

No había que tocar la norma, pero el pasado mes de marzo el señor Massimo Busaca, exárbitro suizo que en la actualidad es el Jefe del Departamento de Arbitraje de FIFA, propuso una modificación de la sagrada regla XI. Su intención era buena porque con su modificación la FIFA buscaba una mayor clarificación para los árbitros. Y la Internacional Football Association Board, el único organismo en el mundo que tiene potestad para ampliar, cambiar o modificar las reglas del fútbol, plasmó las variantes introducidas, a instancia de Busaca, en la regla del ‘off side’, expresión inglesa que define al fuera de juego y que se castellanizo como ‘orsay’ u ‘orsa’

La Regla XI, ‘El Fuera de Juego’, se fue clarificando de forma paulatina de tal forma que un jugador en posición de fuera de juego sea sólo sancionado cuando su opción en la participación del juego sea real e influyente en el desarrollo del mismo. Su mera presencia, no solo no es sancionable, sino además únicamente lo será si lo hace de manera definitiva en el desarrollo de la acción. La redacción de la norma para sancionar a un jugador en posición de fuera de juego era:

-Si interfiere en el juego

-Si interfiere en un adversario

-Si saca ventaja de su posición recogiendo un balón que se desvía o rebota en un poste, o en el travesaño o en un adversario.

En junio de 2013 FIFA sacó la Circular 1362 en la que recoge la modificación realizada por la International Football Association Board en su reunión del 2 de marzo de 2013 en Edimburgo. En la nueva redacción de los puntos de la Regla XI se añaden varias puntualizaciones con el objetivo de que se entienda lo que es una participación real o clara de un jugador para que se le sanciones o no con fuera de juego:

-Si interfiere en el juego

-Si interfiere en un adversario,obstruyendo claramente el campo visual del adversario o disputándose el balón.

-Si saca ventaja de su posición recogiendo un balón que se desvía o rebota en un poste, o en el travesaño o en un adversario.

Además, y en esa línea, se añaden estas dos posibilidades más:

-Que un jugador en posición de fuera de juego, recoja el balón que se desvía, rebota o es jugado por un adversario que deliberadamente realiza una parada después de haber estado en posición de fuera de juego.

-Un jugador en posición de fuera de juego que recibe el balón de un adversario que deliberadamente juega el balón, con la excepción de una parada deliberada, no se considera haber ganado ventaja de su posición. No estará en fuera de juego.

El segundo punto de la norma, foco de la polémica

De todos los puntos modificados, la polémica ha llegado con la interpretación del segundo punto, especialmente con la frase que está subrayada (“obstruyendo claramente el campo visual del adversario o disputándose el balón”) y más concretamente con el adverbio “claramente”. En concreto, la interpretación que han hecho de la modificación los árbitros españoles es la que más lío ha creado. Un golpe franco directo que botó el Granada ante el Levante provocó un gran revuelo. Iturra, jugador del Granada, se colocó delante del portero del Levante Keylor Navas, cuando Piti iba a lanzar la falta. Y el colegiado no pitó fuera de juego. Esa jugada ya se había producido semanas antes en un Zaragoza-Ponferradina. Y en el Levante-Granada el lanzamiento de Piti acabó en gol.

¿Obstruye claramente el campo visual del portero un jugador que se pone delante de él cuando le van a tirar una falta directa? Rotundamente sí. Pero los árbitros españoles, indicados por su director técnico Manuel Díaz Vega, consideran que no obstruye claramente el campo visual, y no pitan fuera de juego. La jugada se repitió en la última jornada en el Elche-Getafe. Y tampoco se señaló fuera de juego.

Los porteros son los que deben decir si les obstruye la visión el adversario que se coloca delante de él. Aunque no lo reconocen, los árbitros españoles han llegado al acuerdo de que si la distancia es de cinco metros no se pita fuera de juego. Así lo hablaron en las jornadas arbitrales celebradas en Santander. Pero aunque sean cinco metros de distancia, el jugador obstaculiza la visión claramente al portero y se debía pitar fuera de juego.

Urge que Manuel Díaz Vega dé la orden a sus colegiados para que piten fuera de juego en estas acciones. De lo contrario la Liga española va a ser el hazmerreír del resto de las competiciones, porque en ningún otro país se ha interpretado así la modificación de la norma y en ningún partido de Champions se ha visto que hagan esta jugada.

La regla del fuera de juego no debió modificarse el pasado mes de marzo. Esos retoques han cambiado la concepción de la norma. No hay que tocar lo que funciona y mucho menos la regla que es la base del éxito del fútbol como deporte y como pasión. La modificación fue mala, pero la interpretación que se ha hecho entre los árbitros españoles, por orden de Díaz Vega, de esa variación en el texto ha sido aún peor. Deben cambiar ese criterio lo antes posible. No se puede estar toda la temporada sin pitar fuera de juego cuando un jugador se ponga delante del portero cuando le van a tirar una falta.