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Messi, entre el traspaso y la comparativa con Maradona
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Javier Gómez Matallanas

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Messi, entre el traspaso y la comparativa con Maradona

Messi es hoy un enigma. Se desconocen si los motivos de su bache son psicológicos, físicos o futbolísticos, pero el Barça se plantea su venta

Foto: Messi se quedó a las puertas de ganar el Mundial (Reuters).
Messi se quedó a las puertas de ganar el Mundial (Reuters).

Hace apenas tres años muchos argentinos pitaban a Messi en los partidos de Argentina. Ya era el mejor del mundo con el Barça pero sus compatriotas no le reconocían como suyo. Al último Mundial, Messi ya llegó como ídolo absoluto en su país. Su imagen te la encuentras nada más aterrizar en Ezeiza y desde el control de pasaportes, Messi te persigue con su mirada desde distintos carteles publicitarios en todo el trayecto hasta cualquier destino en el centro de Buenos Aires.

La gente confiaba en que Messi se apareciera ante los alemanes. El deseo, la esperanza de los argentinos es que decidiera la final. Tras su buena primera fase, el rosarino había ilusionado a los argentinos. Pero Leo no fue el Diego. En la eterna comparativa, se está debatiendo en todos los rincones de Argentina sobre si Maradona jugaba con mayor sacrificio y compromiso que Messi cuando se enfundaba la albiceleste. En el debate hablan del Maradona futbolista, no de esa caricatura que habla con dificultades en el programa ‘De Zurda’ donde el ‘Diez’ ha hecho un ejercicio de narcisismo junto al antes admirado, y ahora comisario político del kirchnerismo, Víctor Hugo Morales.

Tras la final del Mundial, media Argentina vuelve a dudar de Messi como crack absoluto y sucesor de Maradona. La otra media le reconoce su calidad y su aportación al subcampeonato. Y la mayoría de los argentinos entienden que si uno de los suyos merecía el Balón de Oro del Mundial era Javier Mascherano y no Leo Messi. Muchos argentinos, Maradona el primero, reconocen que la FIFA se ha canteado eligiendo el mejor de la Copa del Mundo al aún jugador del Barça. Es cierto que fue elegido mejor del partido en cuatro ocasiones y que esos MVP, más que ningún otro, le pusieron en ventaja para ser elegido Balón de Oro de un Mundial en el que no ha habido ningún futbolista claramente por encima del resto.

La influencia de Messi en la directiva del Barça parece que ha decrecido. Cristiano Ronaldo no vio con buenos ojos el fichaje de Luis Suárez y, al margen de mordiscos, el Madrid no le fichó. Messi compartirá delantera con el uruguayo y se desconoce si su cohabitación será igual que la que tuvo con Ibrahimovic y Villa, que acabaron fuera del Barça. Tras ser decisivo (su padre) en el fichaje del Tata Martino como entrenador, parece que Bartomeu, presidente no elegido por los socios del Barça, ya no hace lo que le indica Leo. Aunque sí le hizo el mejor contrato de la historia del Barcelona y del fútbol español.

Messi es hoy un enigma. En su última temporada ha evidenciado un bajón de rendimiento. Se desconocen si los motivos de su bache son psicológicos (saturación de fútbol, la enfermedad y muerte de Tito, los problemas con Hacienda), físicos (los extraños vómitos sobre el césped, miedo a recaer en su lesión muscular) o futbolísticos (juega lejos del área, lleva dos años sin entrenarse a tope, como todos los jugadores del Barça). El caso es que en el Barcelona por primera vez hay gente partidaria de traspasar al astro de Rosario lo antes posible porque según pase el tiempo se irá depreciando, según ellos. Igual que el Barça vendió a Maradona y Ronaldo ‘El Fenómeno’, también podría traspasar ahora al mejor jugador de su historia.

Aun así, aunque se le discuta, Messi ha llevado a Argentina a la final del Mundial. No ha conseguido superar a Maradona ganando la Copa del Mundo, pero le ha igualado en perder una final por 1-0 ante Alemania. Luis Enrique asegura que sigue siendo el mejor del mundo y se le nota convencido de que recuperará al mejor Messi. Mientras no se decidan a traspasarlo, disfrutemos de la presencia de Leo Messi en la Liga BBVA. Seguro que vuelve por sus fueros.

Hace apenas tres años muchos argentinos pitaban a Messi en los partidos de Argentina. Ya era el mejor del mundo con el Barça pero sus compatriotas no le reconocían como suyo. Al último Mundial, Messi ya llegó como ídolo absoluto en su país. Su imagen te la encuentras nada más aterrizar en Ezeiza y desde el control de pasaportes, Messi te persigue con su mirada desde distintos carteles publicitarios en todo el trayecto hasta cualquier destino en el centro de Buenos Aires.

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