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Aumenta la exigencia en el Atlético: peligra el Cholo y el madroño
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Javier Gómez Matallanas

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Aumenta la exigencia en el Atlético: peligra el Cholo y el madroño

Todo indicaba que en el escudo del Atlético se iba a cambiar el oso del escudo por el Cholo. Firmó hasta 2020, pero hay síntomas que indican que esta puede ser su última temporada en el Manzanares

Foto: Simeone durante un encuentro del Atlético (Cordon Press).
Simeone durante un encuentro del Atlético (Cordon Press).

Ocho rayas rojas y blancas, siete estrellas representativas de las siete colinas en las que se erige Madrid, más el oso y el madroño, símbolo de la ciudad. Así es el escudo del Atlético de Madrid, el tercer equipo de fútbol de España, demostrado por su masa social y los títulos ganados. El conjunto rojiblanco ha experimentado una mejoría notable en el último lustro y después de estar a una distancia sideral de Barcelona y Real Madrid, ha empezado a aproximarse a los dos gigantes del fútbol mundial. Aún está lejos, pero la reducción de distancias es tangible en lo económico y en lo deportivo.

Hay varios responsables de esa clara mejoría deportiva. La gestión de Miguel Ángel Gil Marín al frente del club está siendo la acertada. Tras unos años desastrosos, con decisiones deportivas repetidas una y otra vez, el acierto en el fichaje de Quique Sánchez Flores, primero, y en el de Diego Pablo Simeone, después, le han hecho volver a ganar títulos y, a partir de la clasificación periódica para la Champions, intentar quitarse la deuda histórica creada por una nefasta gestión económica.

La indiscutible importancia de Diego Pablo Simeone (siempre gracias a su equipo de trabajo) en el resurgir del Atlético, consiguiendo cinco de los siete títulos que ha ganado el equipo colchonero en el último lustro, ha sido de tal calibre que se le ha triplicado el sueldo (de dos millones de euros a seis millones de euros netos) y ese aumento de caché conlleva un aumento de la exigencia sobre el Cholo.

Simeone ha demostrado que ha sabido ganar con entrega, sacrificio, coraje y corazón. Con poco fútbol o nada vistoso, pero ha conseguido ganar. Una vez que logras ganar, los aficionados se acostumbran a la victoria y buscan, además de ganar, que su equipo juegue bien. En ese proceso está el Atlético de Madrid, fichando a buenos jugadores, a futbolistas de futuro con buen pie. Y en esas está el Cholo, intentando demostrar que además de best sellers puede hacer también buena literatura. Simeone ya ha demostrado ser superventas en ropa tipo Primark y ahora debe hacer un traje de alta costura.

El Cholo utilizó en el inicio de su periplo en el banquillo colchonero un discurso de diferencia presupuestaria entre el Atlético y el Madrid y el Barça para justificar que no disputaba el título y que su objetivo era la tercera plaza. Ese argumento se puede utilizar ahora para el Atlético y es muy difícil buscar excusas al empate del viernes en Riazor con el dato de que el equipo de Simeone se gastó más de 100 millones de euros en fichajes este verano mientras que el Depor apenas invirtió dos millones.

Después de diez jornadas de Liga disputadas no sabe aún hacia dónde va a romper el Atlético. No se sabe todavía si es 'toro o torero'. No se ve capaz al Cholo de enganchar una serie de naturales de arte. Parece que no le será difícil obtener la tercera plaza que necesita de manera obligatoria para mantener su nivel económico metiéndose de nuevo directamente en la fase de grupos de la Champions, pero el viernes su obligación era haber salido líder de Riazor y acaba la jornada cuarto por detrás del Celta.

El Cholo debe demostrar que también sabe hacer jugar al fútbol a un equipo y tiene el reto de hacer competir a futbolistas que gracias a su rendimiento han conseguido un aumento de sueldo. Da la sensación de que los Filipe Luis y Godín, una vez que tienen una ficha galáctica, han bajado su rendimiento. Y es competencia del entrenador hacerles volver a rendir, toda vez que el brasileño volvió por su empeño absoluto (el Atlético habría fichado savia nueva con Alex Sandro) y que el uruguayo apretó las tabas al club con una oferta del City y con la amenaza de Simeone de irse si él se marchaba.

Todo indicaba que en el escudo del Atlético se iba a cambiar el oso del escudo por el Cholo, pasando del oso y el madroño al Cholo y el madroño. Firmó hasta 2020, pero hay síntomas que indican que esta puede ser la última temporada de Simeone en el Atlético. Va poniendo en valor a Carrasco e intenta sin éxito hacer funcionar un 4-3-3 que se impone desde club, pero es un sistema del que el Cholo no está convencido ni sabe como hincarle el diente, da la sensación de que Simeone puede cambiar de aires a final de temporada. Eso sí, tiene la obligación de dar la vuelta al ruedo ganando más títulos. Como toro o como torero. Y si es como torero saldrá por la puerta grande, con dos orejas y rabo.

Ocho rayas rojas y blancas, siete estrellas representativas de las siete colinas en las que se erige Madrid, más el oso y el madroño, símbolo de la ciudad. Así es el escudo del Atlético de Madrid, el tercer equipo de fútbol de España, demostrado por su masa social y los títulos ganados. El conjunto rojiblanco ha experimentado una mejoría notable en el último lustro y después de estar a una distancia sideral de Barcelona y Real Madrid, ha empezado a aproximarse a los dos gigantes del fútbol mundial. Aún está lejos, pero la reducción de distancias es tangible en lo económico y en lo deportivo.

Diego Simeone