Iker Casillas, presidente de la Real Federación Española de Fútbol

La tremenda crisis institucional que vive la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) puede aumentar en los próximos días. El Gobierno debe redoblar su esfuerzo por solucionar el problema programando el relevo de Ángel María Villar, porque se fió del presidente pertinaz, quien, como siempre, no cumplió lo pactado. El plan gubernamental saltó por los aires por el sorpresivo y televisado ingreso en prisión del presidente, su hijo y el poderoso Padrón, compañero de viaje del presidente, y la RFEF se encuentra sumida en el caos, repleta de imputados por sus pasillos.

Nadie hubiera imaginado que los presidentes de las federaciones territoriales diesen la espalda a Villar. Sin embargo, le han plantado cara por su negativa obstinada a marcharse. En esas negociaciones y posicionamientos estratégicos, han podido negociar hasta los de Javier Tebas con el núcleo duro del 'villarato', porque resulta extraño que hubiera hasta una propuesta de un presidente de transición con Juan Luis Larrea controlando el área económica. En esos juegos palaciegos, el Gobierno sigue apostando por poner al frente del fútbol a Luis Rubiales, como marcaba la hoja de ruta aprobada por todos, Villar incluido, antes del tsunami de la operación Soule.

Antes de ese relevo pactado con salida digna de Villar, existían movimientos para el medio plazo en los cuales aparecían futbolistas campeones del mundo y de Europa con España, glorias nacionales, como posibles presidentes de la federación cuando se retiraran. En las primeras candidaturas se mentaba el nombre de Raúl González Blanco, pero el ex del Madrid se decantó por Tebas para hacer las prácticas antes de ponerse a aprender de verdad de gestión a las órdenes de José Ángel Sánchez en el club de Concha Espina. Aun así, en las últimas horas han vuelto a tentar a Raúl y han buscado a algún jugador más carismático que convenciera a la asamblea para en vez de a Rubiales votaran al Raúl de turno. También han intentando convencer a Vicente del Bosque para que fuera presidente con Larrea de vicepresidente, en un pacto Villar-Tebas.

Pero hay un nombre que viene sonando hace tiempo, el de Iker Casillas. La figura del mejor portero de la historia de la Selección y del Real Madrid ha vuelto a emerger como posible gran futuro presidente de la RFEF. Evidentemente, ahora está en activo, consolidando sus récords de Champions en el Porto, pero se ha vuelto ya a trabajar movilizando a ideólogos para programar la mejor manera para optar a la presidencia del portero que jugó con los galácticos siendo de Móstoles.

Lo urgente, si José Ramón Lete consigue desbloquear el enorme lío que hay en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, es que en un mes (o en 15 días, si Larrea echa a Villar) haya nuevo presidente de la RFEF votado por la misma asamblea. Ahí no estaría Casillas, porque aún está en activo, pero se prepararía una candidatura fuerte para las siguientes elecciones, una vez pacificadas y limpiadas las cloacas federativas. Al 'villarato' institucional, ahora llamado 'villarismo', costará extirparlo, como costó arrancar el franquismo del Estado español.

No será sencillo y pueden suceder muchas cosas en estos meses de zozobra y sorpresa de la RFEF, pero la vía Casillas es una posibilidad que se está planteando. Rubiales lo tiene complicado para ser presidente ahora, en este periodo de transición: para evitarlo, han hecho pinza los de Tebas y los de Villar (Ángel María no perdona al presidente de la AFE que votase a favor de su inhabilitación), algo impensable hace unos días. Veremos cómo se desarrollan los acontecimientos. Pero quédense con el titular: Iker Casillas, presidente de la Real Federación Española de Fútbol. Suena muy bien…

A todo esto, la Selección española se juega la vida el próximo sábado ante Italia en el Bernabéu. A ver si Julen Lopetegui consigue aislar a los jugadores del caos institucional. Igual le ayuda la super-directora-secretaria-general Esther Gascón (la nueva jefa, que también se está posicionando), cuya presencia el día de la lista con el seleccionador fue casi tan sorpresiva como el regreso del 7 de España, del mítico Guaje Villa, quien también estuvo en las quinielas para ir en una candidatura como director deportivo, igual que Fernando Torres. Pero el mejor posicionado para el futuro es Iker Casillas.