Mata-dor
Por
La España de Lopetegui, entre la humildad el tremendismo y el objetivo de Aragonés
La selección presentó su candidatura en Alemania de cara al próximo Mundial. El objetivo que se marcó Luis era colarse entre los países que siempre optan a estar en las semifinales
España presentó su candidatura al Mundial el pasado viernes en Düsseldorf. El partido del equipo de Julen Lopetegui ante Alemania, especialmente la primera mitad, supuso un nuevo refuerzo de ilusión a una afición española que recuperó la confianza en su selección durante la fase de clasificación después de los dos descalabros del Mundial 2014 y la Eurocopa 2016. Los seguidores de La Roja reactivaron la licencia para soñar ante Italia en el Bernabéu y ante los alemanes demostraron que vuelven a estar en la senda del objetivo marcado por Luis Aragonés cuando asumió el cargo de seleccionador: aproximarse a los que ganan. Ese también es el objetivo que intentó Del Bosque y que quiere conseguir Lopetegui. La idea de Luis, además de dotar de una identidad y de un modelo de juego a La Roja, era conseguir que España subiera al escalón de Brasil, Alemania, Italia, Argentina o Uruguay, estar a la altura de selecciones que opten siempre a llegar a semifinales.
Los fiascos de Brasil 2014 y Francia 2016 deben servirnos para poner en valor la gesta de ganar la Eurocopa 2008, el Mundial 2010 y la Eurocopa 2012 de forma consecutiva. Ninguna selección lo había logrado y España lo consiguió. Es cierto que los castigos del Mundial 2014 y la Eurocopa 2016 fueron inesperados y excesivos, pero es que el fútbol es un juego y en ningún deporte se puede ganar siempre. Unas veces se ganan y otras se pierde.
Los españoles somos muy tremendistas. En el fútbol, también. Cuando nuestros únicos triunfos a nivel selección eran la plata de los Juegos Olimpicos de 1920, el cuarto puesto en el Mundial de Brasil de 1950 y la Eurocopa de 1964, llegábamos a cada Mundial y cada Eurocopa como favoritos a salir campeones. Así nos llevamos chascos en Argentina 78 y, sobre todo, España 82. Fue en la Eurocopa de Francia en 1984, después del milagroso 12-1 a Malta, cuando nos acercamos a los que ganan y quedamos subcampeones. En México 86, Italia 90 y USA 94 nos creímos que íbamos a ganar el Mundial (en Barcelona 92 ganamos el Oro Olímpico). Igual que en Francia 98 y Japón y Corea 2002. Como en Alemania 2006. Luego llegó el cuatrienio fantástico de 2008 a 2012 y ya nos creímos los reyes del fútbol. Hasta que Holanda e Italia nos bajaron los humos en 2014 y 2016.
Por eso debemos llegar a Rusia 2018 con humildad. No es necesario afrontarlo con falsa modestia porque contamos con un equipazo que sigue marcando la pauta del fútbol mundial liderados por dos héroes de 2008, 2010 y 2012 como David Silva y Andrés Iniesta que se han juntado a Busquets, Isco, Koke, Thiago, Alba, Ramos, Piqué y De Gea y Reina, para formar un bloque que juega al fútbol de posición y posesión mejor que nadie en el mundo. Pero eso no te garantiza salir campeón. Puede pasar. O no. Lo que es seguro es que con estos mimbres España está en el camino de conseguir el objetivo de Luis Aragonés, que no es otro que aproximarnos a los que ganan y, de vez en cuando, ganar.
Falta pulir detalles como el delantero titular (Torres y Villa son muy difíciles de igualar) y habrá debates con Diego Costa (es cierto que no está en su mejor forma, pero se le ataca mucho por ser del Atleti como le pasó a Luis) y falta completar la lista, pero la línea está marcada y el trabajo está diseñado por Julen Lopetegui y Pablo Sanz. Las elecciones a la presidencia no van a afectar nada a la planificación porque aunque el candidato Luis Rubiales trae sus ideas en la parcela deportiva, donde hará retoques igual que en marketing, respalda a tope a Lopetegui porque fue precisamente Rubiales el gran valedor de Julen para ser seleccionador absoluto cuando fue nombrado. Como decía Luis Aragonés, “vamos España porque vamos a ir”.
España presentó su candidatura al Mundial el pasado viernes en Düsseldorf. El partido del equipo de Julen Lopetegui ante Alemania, especialmente la primera mitad, supuso un nuevo refuerzo de ilusión a una afición española que recuperó la confianza en su selección durante la fase de clasificación después de los dos descalabros del Mundial 2014 y la Eurocopa 2016. Los seguidores de La Roja reactivaron la licencia para soñar ante Italia en el Bernabéu y ante los alemanes demostraron que vuelven a estar en la senda del objetivo marcado por Luis Aragonés cuando asumió el cargo de seleccionador: aproximarse a los que ganan. Ese también es el objetivo que intentó Del Bosque y que quiere conseguir Lopetegui. La idea de Luis, además de dotar de una identidad y de un modelo de juego a La Roja, era conseguir que España subiera al escalón de Brasil, Alemania, Italia, Argentina o Uruguay, estar a la altura de selecciones que opten siempre a llegar a semifinales.