Mata-dor
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Rubiales, de la dictadura del proletaRamos al fuego cruzado entre Florentino y Tebas
Luis Rubiales tiene que encontrar a un técnico con personalidad que encarne los valores que tanto proclama desde que accedió al cargo de presidente de la RFEF
Se ha cumplido una semana de la temprana e inesperada eliminación de España en el Mundial 2018 ante la anfitriona Rusia. Nadie se pone de acuerdo en el análisis y las posibles causas de la nueva decepción de la Selección. Hay varias claves y varias causas que han podido influir. Luis Rubiales, presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), ha tomado nota y sabe dónde debe meter mano dentro de sus competencias para evitar que se vuelvan a repetir los errores.
Rubiales ha comprobado que necesita un seleccionador que quite el mando a los jugadores. El poder de Sergio Ramos como capitán planta cara incluso al presidente. La Selección ha regresado a la etapa anterior a Luis Aragonés y es un lugar a donde van los jugadores sin tensión y sin presión. Las normas que impuso el grupo, capitaneado por Ramos en la concentración de Krasnodar, no fueron las mejores para encarar un Mundial.
Esas reglas se fijaron antes de la destitución de Julen Lopetegui y se mantuvieron cuando Fernando Hierro se hizo cargo del equipo de manera urgente. Lo más llamativo era que no había hora para despertarse, que la hora del desayuno era libre y que sólo estaban fijadas las sesiones vespertinas de entrenamiento, salvo el día después del partido, cuando entrenaban los que no habían sido titulares y luego se iban todos de día libre desde las dos de la tarde hasta las dos de la tarde del día siguiente.
Esa hora libre para despertarse y para desayunar permitía a los jugadores irse a la cama a la hora que les venía en gana, enredados en partidas de diferentes juegos dentro de la residencia de la academia del Krasnodar donde estaban concentrados. En un escenario parecido al que se vivió en la concentración de Curitiba en el anterior Mundial de Brasil. ¿Esa ha sido la causa de que Rusia eliminara España en los penaltis? Pues no, porque incluso con esa programación disoluta podían haber ganado a Rusia y haber jugado los cuartos el pasado sábado ante Croacia.
La historia es que la Selección no puede estar dominada por los jugadores ni por su capitán. Haciendo un juego de palabras por aquello de estar en la antigua Unión Soviética cien años después de la revolución comunista, un periodista empezó a denominar la situación (sin tener tanto conocimiento como ha tenido después de la eliminación) como la dictadura del ‘proletaRamos’ por el grado de control absoluto del capitán del Madrid (allí por lo visto también maneja igual) y de la Selección. Pudo manejar todo excepto la destitución de Lopetegui. Unas fuentes dicen que intentó convencer a Rubiales para que no lo echara y otras que tampoco apretó tanto al presidente. Sergio Ramos es un futbolista de época, uno de los mejores de la historia del Madrid, que también ha sido protagonista de los éxitos de la Roja y que no para de batir récords, aunque en el Mundial 2014, la Euro2016 y el Mundial 2018 no ha tenido suerte con la Selección. Su enorme categoría como futbolista no es óbice para que su poder sea omnímodo, al menos con la anuencia de la RFEF.
Rubiales quiere que al equipo nacional vengan jugadores con hambre de éxito, no futbolistas ya de vuelta de todo con vicios adquiridos
El caso es que la Selección necesita una catarsis, y aprovechando el cambio de ciclo la nueva federación que lidera Rubiales quiere que al equipo nacional vengan jugadores con hambre de éxito, no futbolistas ya de vuelta de todo con vicios adquiridos. La situación que se ha vivido en el Mundial de Rusia es consecuencia de la etapa de María José Claramunt como directora de la Selección, que dio todo el poder a los jugadores. Ramos lo tomó al pie de la letra.
Este domingo comenzó el cambio con la salida de Hierro, a quien Rubiales aceptó de director deportivo al llegar a la presidencia, pero no lo eligió él. El presidente de la RFEF agradece a Hierro que diera un paso al frente y cogiera el equipo tras la salida de Lopetegui, pero su salida era lo mejor para ambas partes. Este lunes probablemente elegirá al nuevo director deportivo y al nuevo seleccionador junto a su junta directiva, que se reúne a las 12:30 horas en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas.
Rubiales cuenta con año y medio por delante para demostrar su capacidad para manejar el fútbol español y ganarse ser reelegido como presidente. No lo tendrá sencillo porque al enemigo que traía en la mochila antes de acceder al cargo se ha sumado otro poderoso adversario. Javier Tebas fue quien hizo parte de la campaña a Rubiales al decir públicamente que le gustaría cualquiera menos él como presidente de la RFEF. Con Tebas debe cohabitar por el bien del fútbol español y buscar el diálogo y el consenso, por más que desde su homólogo de LaLiga se lo ponga difícil por su ausencia de diplomacia, pero seguro que alcanzan acuerdos beneficiosos para el balompié patrio (por ejemplo, LaLiga se ha puesto de lado de la RFEF para convencer al Sevilla de que acepte jugar la Supercopa de España a partido único en Tánger el 12 de agosto).
Además de Tebas, también se le ha puesto en contra Florentino Pérez por el 'tsunami Julen'. El presidente del Real Madrid se creía que tenía controlado al presidente de la federación porque su relación era buena desde 2008, cuando Rubiales lideró la amenaza de huelga del Levante por impagos que coincidió con un partido en el Bernabéu, y no se esperaba que se le rebrincase como hizo cuando anunció unilateralmente en un comunicado el fichaje de Lopetegui como entrenador y le saliese por peteneras destituyendo al seleccionador.
Rubiales encara el inicio de curso con Tebas y Florentino en contra y con la necesidad de tomar el control de la Selección a través de un enlace con los jugadores que le controle el vestuario y un seleccionandor capaz de tomar decisiones como la que tomó Luis con Raúl. No puede permitir que los jugadores le marquen la agenda, pongan los viajes cuando ellos quieran y no acepten ni sugerencias federativas.
Rubiales tiene que acertar en la elección del nuevo director deportivo y, sobre todo, del nuevo seleccionador. Tiene que encontrar a un técnico con personalidad que encarne los valores que tanto proclama el nuevo presidente de la RFEF y que encare el problema igual que hizo Luis Aragonés cuando tomó la decisión de prescindir de pesos pesados que creían que la Selección era su cortijo. Luis lo pasó mal porque recibió muchas presiones, pero sus decisiones fueron buenas para España.
Se ha cumplido una semana de la temprana e inesperada eliminación de España en el Mundial 2018 ante la anfitriona Rusia. Nadie se pone de acuerdo en el análisis y las posibles causas de la nueva decepción de la Selección. Hay varias claves y varias causas que han podido influir. Luis Rubiales, presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), ha tomado nota y sabe dónde debe meter mano dentro de sus competencias para evitar que se vuelvan a repetir los errores.