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Empiezan las disidencias en torno al dios Simeone
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Javier Gómez Matallanas

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Empiezan las disidencias en torno al dios Simeone

El crecimiento económico del Atlético aumenta la exigencia. Pero los aficionados rojiblancos que apoyan a Simeone (la inmensa mayoría) no aceptan la más mínima crítica

Foto: Simeone habla con sus jugadores en un descanso para refrescarse em el Celta-Atlético. (EFE)
Simeone habla con sus jugadores en un descanso para refrescarse em el Celta-Atlético. (EFE)

El Atlético de Madrid está viviendo el peor arranque liguero desde que Diego Pablo Simeone tomó las riendas del equipo en 2012. El brutal salto de calidad que ha experimentado el equipo desde la llegada del Cholo al banquillo colchonero ha impedido desarrollar el debate sobre si el juego que realiza el conjunto rojiblanco aburre a las ovejas. Esa tesis se empezó a utilizar hace meses entre algún analista del Atlético, y la respuesta de una parte de la masa social del club fue de una virulencia y una violencia tremendas en las redes sociales.

El crecimiento del Atlético de la mano de Simeone ha sido espectacular. Los éxitos deportivos, empezando por lograr cada año la clasificación para la Champions y sumando los títulos obtenidos, han provocado que el Atlético multiplique su presupuesto por tres. Ese crecimiento económico aumenta de por sí la exigencia. Pero los aficionados rojiblancos que apoyan a Simeone (la inmensa mayoría) no aceptan la más mínima crítica, con un argumento contra el que no se puede debatir: “El Cholo es dios”. Ante tamaña declaración de amor y de fe, se termina cualquier conversación racional. Ni de fútbol ni de nada.

Foto: (Reuters)

El caso es que entre la parroquia colchonera sí ha empezado a abrirse un debate. Es casi una discusión generacional. Entre los más jóvenes, que vienen de ver al equipo en Segunda División, a una distancia sideral del Real Madrid galáctico, lo de que el equipo no haga un fútbol atractivo o que se encierre contra el Rayo Vallecano en su estadio no es nada grave ni se debe reprochar porque si se consigue el objetivo, da igual cómo se logre. Los más veteranos, que vieron el Atleti del doblete del 96, incluso al Atleti de los sesenta y los setenta, no soportan un equipo tan timorato y 'amarrategui'.

Los atléticos reconocen que el equipo no juega vistoso, que a veces es aburrido ver los partidos, pero insisten en que, aunque sin brillantez alguna, el Atlético quedó segundo en Liga. Una realidad. Cuando es uno de otro equipo el que debate con ellos, especialmente si es madridista, se cierran en banda y no reconocen la dificultad que depara ver los partidos del Atleti, que cuesta verlos, vaya.

Los aficionados rojiblancos no aceptan la más mínima crítica con un argumento contra el que no se puede debatir: "El Cholo es dios"

Y sucede también que cuando las críticas al juego del Atleti se producen después de un triunfo ante el todopoderoso Real Madrid (como el de la Supercopa de Europa), se apunta a que es una campaña de la prensa, madridista por defecto para la gran mayoría de atléticos, para minimizar los éxitos del Atlético. El gran líder Simeone sabe mandar los mensajes en ese sentido. “No hagan caso a lo que digan”, dijo en la celebración de la Supercopa de Europa que se realizó tras ganar 1-0 al Rayo y acabar el partido con división de opiniones en la grada.

Hay una cosa que sí tienen claro los atléticos, hasta los más devotos. A Simeone le cuesta poner a jugar a los fichajes. No es cuestión de repasar la lista de futbolistas desde que llegó. Le funciona el grupo y le cuesta cambiarlo. Esta campaña había empezado dando minutos a Lemar, el fichaje más caro de la historia del club, pero la foto del banquillo del Atlético en Balaídos, con los seis fichajes sentados ahí de suplentes, fue la escenificación de lo que le cuesta al Cholo poner a los nuevos. El caso de Rodri (Rodrigo, según pone en su camiseta) es el más paradigmático. El centrocampista es uno de los jugadores que más han ilusionado nada más llegar desde hace años. Es el mediocentro que el Atleti lleva décadas buscando, pero hasta los dirigentes rojiblancos andan mosqueados con el entrenador argentino porque no le da la titularidad con rotundidad al ex del Villarreal. Tanto en Mestalla como en Balaídos, Simeone no puso ni un minuto a Rodrigo. Ya le pondrá. Estará esperando a que se adapte.

placeholder En Vigo, los seis fichajes del Atlético fueron suplentes. (Reuters)
En Vigo, los seis fichajes del Atlético fueron suplentes. (Reuters)

Había un conato de escisión en la disciplina cholista con la pública intención de Filipe Luis de irse. El brasileño no ha dicho públicamente, ni lo dirá, por qué se quería marchar, además de por no verse suplente de Lucas Hernández. Si dice lo que ha dicho en privado, se echaría encima a los devotos del Cholo, y no lo va a decir. Igual que si Oblak explicase los motivos de por qué no quiere renovar con el Atlético, que le ofrece una mejora. Simeone necesita reverdecer y reinventar su discurso para volver a cautivar a sus futbolistas. Gabi dio hasta la última gota de sudor por él, como las siguen dando Godín, Gabi y Saúl. Esa es la clave de su éxito, exprimir al máximo a sus jugadores. Pero para seguir triunfando debe dar un salto de calidad también en su concepto de juego. Ya maneja de maravilla la manera de ganar sin brillantez, pero con los futbolistas que tiene ahora, podría jugar incluso mejor.

Nadie le pide a Simeone jugar al tiqui taca, sino contragolpes que sean letales, verticales, meteóricos y fluidos. Es muy difícil quitar las manchas a un leopardo. Pero seguro que el Cholo lo intenta. Esta temporada ha habido más analistas que han empezado a criticar al Cholo y a reconocer que el equipo a veces aburre a las ovejas, aunque gane partidos y títulos. Eso le viene bien al técnico argentino, porque necesita buscarse enemigos y creer que hay gente que quiere que pierda. Piensa eso hasta de personas que le han ayudado en su carrera y que le siguen ayudando. Cree firmemente que desean que pierda. Aunque no sea así en absoluto. Seguro que el Cholo intenta jugar mejor. Y seguro que el Cholo, de la mano de Griezmann y Costa, consigue competir por ganar la Liga y la Champions, la asignatura pendiente de todos los atléticos y suya en particular.

El Atlético de Madrid está viviendo el peor arranque liguero desde que Diego Pablo Simeone tomó las riendas del equipo en 2012. El brutal salto de calidad que ha experimentado el equipo desde la llegada del Cholo al banquillo colchonero ha impedido desarrollar el debate sobre si el juego que realiza el conjunto rojiblanco aburre a las ovejas. Esa tesis se empezó a utilizar hace meses entre algún analista del Atlético, y la respuesta de una parte de la masa social del club fue de una virulencia y una violencia tremendas en las redes sociales.

Diego Simeone