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Piqué, los antimadridistas y el empacho de fútbol
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Javier Gómez Matallanas

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Piqué, los antimadridistas y el empacho de fútbol

Entre partido y partido, con horarios infumables, ha aparecido el multidisciplinar y polifacético Gerard Piqué para desviar la atención de un pinchazo del Barça

Foto: Gerard Piqué, durante el partido contra Osasuna (Reuters)
Gerard Piqué, durante el partido contra Osasuna (Reuters)

Gerard Piqué tiró de manual para desviar la atención del pinchazo del Barça en el Sánchez Pizjuán. Habrá alternativas de aquí al final de temporada, pero ese empate a cero le permitía al Madrid convertirse en favorito a ganar la Liga del Coronavirus, sobre todo viendo el poco entusiasmo que trasmite Quique Setién desde el banquillo azulgrana.

Piqué removió y llamó a filas a todo el antimadridismo cuando dejó caer que lo tenían muy complicado para ganar esta Liga del Coronavirus. No le hizo falta referirse al gol anulado el día antes al Valencia en el Alfredo Di Stéfano. Daba igual que unos días antes le pitaran a Messi un penaltito que más bien no era. Piqué sabe manejar el relato (¡y ser provocador en Twitter!) y sabía que se le sumarían rápido los del Valencia y muchos del Atleti, así como todos los que comparten al Real Madrid como enemigo, porque la humanidad se divide en dos: los antimadridistas y los madridistas.

Seguirá habiendo polémicas (como las de anoche en Anoeta) de aquí a que concluya este minicampeonato, este microciclo de 11 partidos, esta Liga del Coronavirus, pero pasarán rápido porque los equipos juegan cada 72 horas (o cada 67) en una decisión insana motivada por la urgencia de que volviera el opio del pueblo. De aquí a que termine, por estadística y porque los árbitros también están de pretemporada, habrá varias decisiones arbitrales que favorezcan al Barça y otras tantas al Madrid y se mandarán sus mensajes. Y entrarán a la gresca otros equipos, directamente perjudicados o terceros con intereses sentimentales en contra o materiales mirando a la clasificación.

De aquí a que termine, por estadística y porque los árbitros también están de pretemporada, habrá varias decisiones arbitrales que favorezcan al Barça y otras tantas al Madrid

Las polémicas se solapan unas con otras y da la sensación de que no da tiempo ni a analizar los partidos, ni de profundizar en las jornadas. Los futboleros necesitaban el fútbol como los seres humanos necesitan el aire que exigen trece veces por minuto. Pero hay momentos que se produce un empacho. Es como cuando vas a comer donde tu abuela y se sube encima de tu plato de lentejas… y te las comes. Y te da tortilla de patata… y te la comes. Y te comes lo que haya de postre, claro. Y acabas empachado. Así estamos ahora muchos futboleros después de tres jornadas a machete (¡quedan ocho!) Si los aficionados andan así, imagínense los futbolistas, a cuyos organismos les están exigiendo por encima de la lógica y el sentido común.

Partidos que acaban a medianoche

Otro asunto son los horarios. Eso de poner los partidos a las 22:00 horas no se entiende. Podría explicarse que es para que se vean en China y en Estados Unidos, pero resulta que en China es de madrugada y en Estados Unidos no está muy claro que LaLiga la dé en ningún canal. Lo de los horarios y quien los pone es un enigma como el comité de expertos que asesora al Gobierno en la pandemia del coronavirus. Pero la falta de trasparencia es algo habitual en el obrar del presidente de LaLiga y su socio audiovisual, algo propio de los compradores de voluntades que se manejan con mucho dinero, generalmente pasta de otro que paga la fiesta, y que se creen que haciendo cosas buenas se pueden tapar las tropelías que hacen por debajo.

La Liga del Coronavirus, ese minicampeonato que se juega en cinco semanas, ese microciclo de once partidos, se ha visto animada por las quejas de Piqué, futbolista campeón del mundo y multidisciplinar con tanto talento defensivo en el césped como vista para los negocios que desarrolla mientras intenta ganar otra liga y mientras realiza un sinfín de actividades económicas y empresariales (la última es la de agente: está reclutando a jugadores españoles internacionales y caros para su agencia de representación). El polifacético Piqué ha animado el cotarro. Gerard sabe cómo hacerlo. Pero ojo, ‘Geri’, que el fin no justifica los medios. ¡Jamás!

Gerard Piqué tiró de manual para desviar la atención del pinchazo del Barça en el Sánchez Pizjuán. Habrá alternativas de aquí al final de temporada, pero ese empate a cero le permitía al Madrid convertirse en favorito a ganar la Liga del Coronavirus, sobre todo viendo el poco entusiasmo que trasmite Quique Setién desde el banquillo azulgrana.

Gerard Piqué