"Enhorabuena por eliminar a El Salvador y llegar al Mundial"

El fútbol, perdón el soccer, no tiene recorrido en Estados Unidos. Por mucho que se empeñen, el fútbol es cosa de los muchos latinos que viven por aquí, pero poco más. Uno encuentra demostraciones de esto en cada visita a Norteamérica. La última, ayer mismo, instantes antes de partir hacia Brasil.

A uno se le olvidó el iPad en la habitación ya con el check out hecho. Problemas, la llave que no aparece y un empleado del hotel decide acompañarme a la habitación. Hasta aquí todo normal. Bill, así se llamaba el atento empleado del Donovan Hotel, empieza a hablarme de lo injusto de que el fútbol se llame soccer y que el rugby se llame football.

Lo curioso es cuando se entera que uno acompaña a la Selección camino al Mundial. Lo primero que dice es: "Enhorabuena por la clasificación para el Mundial". Gracias contesta uno dentro de esas habituales y un tanto forzadas conversaciones de ascensor. La sorpresa llega cuando habla de la complicada manera de llegar a Brasil. "El Salvador lo puso difícil, pero por suerte ganaron y estarán en el Mundial". Tal cual. Y lo peor es que decía que le gustaba el fútbol, el soccer o vaya usted a saber qué. ‘American life’.

Antes de dejar atrás Washington, los internacionales españoles perdieron el norte durante unas horas. El mundo al revés. La selección española en pleno tomó el hotel de la Prensa en la noche libre que dio Del Bosque a los jugadores. Ver para creer. El afamado restaurante japonés Zentan fue el motivo de la extraña aparición de los jugadores y de la comitiva de seguridad. Nos dicen que no comieron con la mano en la boca y que ninguna de las conversaciones fue grabada. Creo y espero.

El adiós a Estados Unidos fue curioso. Las autoridades locales tuvieron a bien acortar los trámites en el aeropuerto de Baltimore. Para ello desplazaron a varios empleados de aduanas hasta los hoteles de jugadores y prensa pasa pasar todo tipo de controles, incluso el de metales. Despliegue. Eso sí, en el momento en el que uno se subía al autobús no podía bajarse en momento alguno, ya que de manera oficial ya no estaba en suelo estadounidense.