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Un año sin Ángel Nieto, el padre que dejó las motos para seguir a su hijo tenista
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Juan Pedro de la Torre

Historias del paddock

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Un año sin Ángel Nieto, el padre que dejó las motos para seguir a su hijo tenista

El Mundial de MotoGP retoma el curso en Brno. El regreso a la acción coincide con el primer aniversario del fallecimiento de Ángel Nieto, que se fue en un accidente de quad

Foto: Ángel Nieto en una imagen de archivo. (EFE)
Ángel Nieto en una imagen de archivo. (EFE)

La primera vez que Ángel Nieto pisó el paddock de un Gran Premio fue en Montjuïc, en 1964. Como solía ser habitual en la vida de Ángel, detrás de su participación en aquella carrera había una rocambolesca historia. Lo cierto es que desde aquella lejana mañana de mayo de 1964, Ángel Nieto siempre estuvo en contacto con el Mundial, compitiera o no. Cuando colgó el mono a finales de 1986, pensaba tomarse un año sabático, pero no le dieron ni tiempo: Carlos Cardús le pidió ayuda y ese mismo invierno, casi de la nada, Nieto montó el Ángel Nieto Team.

Un año tras otro, ya fuera como piloto, manager o comentarista televisivo, Nieto se mantuvo aferrado al Mundial, su casa. No podía pasar sin estar en el ajo, “al lío”, como le gustaba decir a él. Y así se pasó 53 años, metido a fondo en las carreras, contemplando este deporte desde todos sus ángulos. Pero el año pasado quiso pasar página. Sólo acudió a Jerez, de visita, porque su vida tomaba nuevos derroteros: su hijo menor -Hugo- iniciaba una prometedora carrera como tenista, y Nieto quería acompañarlo. Hugo, hoy en día lleva más de un año entrenando en la academia de Rafa Nadal, en Manacor.

Foto: Dovizioso y Jorge Lorenzo, hace un mes en Holanda. (EFE)
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No puedo olvidar las palabras de su hermana Esperanza, semanas después, las charlas que mantuvimos mientras yo trabajaba en la biografía de su hermano. Le resultaba inevitable pensar que Ángel había fallecido poco después de decidir que dejaba de seguir las motos, como si el destino le dijera: si dejas las motos, las motos te dejan a ti. Porque Ángel se fue víctima de un accidente con un quad, tras miles y miles de kilómetros de carreras, muchas de ellas en circuitos infames.

Nieto, siempre presente

Un año después, Ángel Nieto sigue estando muy presente en el paddock de MotoGP, y no sólo por el Ángel Nieto Team, la escudería de Jorge Martínez Aspar, rebautizada con el nombre del '12+1', o por el bello gesto de 'Movistar+', que ha denominado a su unidad móvil en las carreras Plató Ángel Nieto, luciendo en lo alto una foto de Ángel que no pasa desapercibida.

Nieto sigue presente en las pistas. Jerez, el primer circuito que le puso su nombre a una curva, ahora se llama Circuito de Jerez-Ángel Nieto. Y cuando visitamos Assen, lo tenemos presente en una estadística que se antoja imposible de batir: las quince victorias de Nieto en el Dutch TT holandés. O cuando se pisa Sachsenring: cómo no recordar que Nieto inició en la pista alemana su cuenta de éxito; allí logró la primera de sus 90 victorias. Hay mil referencias, no puede ser de otra manera después de toda una vida entregada a la competición.

Se echa de menos esa expresividad de su mirada, esos ojos despiertos, curiosos, hambrientos, de niño inquieto. La lucidez con la que veía las carreras. Su picardía y su humor. Su generosidad en lo personal, aunque dicen que era de los de la cofradía del puño cerrado -¡y quién no lo es!-, siempre respondía cuando le pedías ayuda. Echo de menos la complicidad que desplegó con algunos de sus compañeros en las cabinas de retransmisión, escuchar aquello de “echar una mirada atrás”, que él tanto hacía sobre la moto y que creía tan necesario. Echamos menos su emoción sincera y sus lágrimas, esa ternura que nunca ocultó.

Los cimientos del motociclismo

En un año sin Ángel Nieto, el paddock de MotoGP no ha cambiado mucho, pero su ausencia provoca una desconexión entre el presente y los tiempos pioneros y heroicos. Son pocas las viejas glorias del pasado que se dejan ver por el Mundial, y llegan apenas de visita. Nadie fue como Ángel, nadie se quedó a vivir aquí, como hizo él. Es una reflexión que hasta ahora nunca me había hecho.

Foto: Ángel Nieto comenzó a trabajar con 12 años.

A lo largo de la historia del campeonato han sido muchos los grandes campeones que una vez concluida su etapa como pilotos decidieron mantenerse vinculados a la competición desarrollando otra labor, bien sea como directores de equipo, relaciones públicas de una marca, o trabajando en la televisión. Pero aquello siempre fue temporal y pasajero. Hasta el momento, nadie ha mantenido una relación tan continuada y larga como la de Nieto. Por eso su ausencia se hace un nudo en la garganta.

Camino de las 600 victorias y los 50 títulos –llevamos 592 triunfos y 48 coronas-, unos registros que de no mediar una catástrofe se pueden alcanzar esta misma temporada, el motociclismo español hace honor a la herencia de Ángel Nieto. Seguir ganando y elevando esa cifra, es la mejor manera de mantener a Nieto presente entre nosotros, porque sus 12+1 títulos, sus 90 victorias y sus 139 podios son los cimientos en los que se apoya el éxito de nuestro deporte.

La primera vez que Ángel Nieto pisó el paddock de un Gran Premio fue en Montjuïc, en 1964. Como solía ser habitual en la vida de Ángel, detrás de su participación en aquella carrera había una rocambolesca historia. Lo cierto es que desde aquella lejana mañana de mayo de 1964, Ángel Nieto siempre estuvo en contacto con el Mundial, compitiera o no. Cuando colgó el mono a finales de 1986, pensaba tomarse un año sabático, pero no le dieron ni tiempo: Carlos Cardús le pidió ayuda y ese mismo invierno, casi de la nada, Nieto montó el Ángel Nieto Team.

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