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La Roja tiene vida (y futuro) después de Sudáfrica
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José Manuel García

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La Roja tiene vida (y futuro) después de Sudáfrica

Tras el baño de felicidad que nos hemos dado con la entronización de la Selección de España como número uno del mundo y hartos de pellizcarnos

Tras el baño de felicidad que nos hemos dado con la entronización de la Selección de España como número uno del mundo y hartos de pellizcarnos los mofletes, llega el día después. La sonrisa sigue prendida a nuestros labios y en la retina danzan como virtuosos de Viena los buenos pases de Xavi Hernández, de Xabi Alonso, de Busquets; las carreras por la banda derecha de Sergio Ramos, las paradas milagrosas de Casillas, o los goles que como cascada de diamantes nos regalaron David Villa, Andrés Iniesta y ese lobo estepario llamado Carles Puyol.

Después de tanto descorche y éxtasis mundano, parece que las banderas rojigualdas que ondean en los edificios y balconadas comienzan a decolorarse y adquirir ese lánguido aspecto que ofrece todo lo que fue pasado. Nos atraviesan como un cuchillo hirviendo una cadena de preguntas: ¿Y ahora qué? ¿Qué pasará después de conseguir la corona del mundo? ¿Dentro de cuatro años tendrían cuerda los magníficos relojes biológicos de esta selección de oro?

La pregunta última tiene una respuesta inmediata: sí. Al menos la gran mayoría. Baste recordar la edad que tendrían nuestros jugadores en el próximo Mundial de Brasil para incitarnos a esbozar una sonrisa preñada de esperanza: Iker Casillas tendría 34 años. Pepe Reina cumpliría 33, los mismos que Víctor Valdés. Supongo que el atlético De Gea (con 24) dará fuerte al aldabón.

Sergio Ramos (28 años) estaría en su máximo esplendor, lo mismo que Gerard Piqué (27), Raúl Albiol (29) y Álvaro Arbeloa (31). El arroz se encontraría más pasado en los casos de Marchena (35), Carles Puyol (36) y Joan Capdevila (36). Marquitos, Cala y el atlético Domínguez, vendrían pujando con fuerza.

Xavi Hernández tendría 34 años en Brasil-14, una edad de oro para un arquitecto como él, que es el rey de los arquitectos. Lo mismo sucede con Xabi Alonso (33). En cambio, Cesc Fábregas luciría unos espléndidos 27 años y Sergio Busquets cumpliría esa edad en pleno evento; igual que Javi Martínez. Empujarían con fuerza Canales, Parejo, Ander Herrera y Gómez Campaña, metidos en el huracán de las alternativas en esta selección del toque y el genio.

Andrés Iniesta, nuestro príncipe de las Mareas, tendría 30 años, una edad de máxima explosión para el genial artista. Con esa edad, Pelé lideró a los suyos en México-70 y Maradona llevó a la Argentina a la final de Italia-90. Iniesta puede llevarnos muy lejos en Brasil-14. Como David Silva (28), o Mata (26), o Pedrito (27), o Jesús Navas (29).

David Villa (32) podría perder algo de chispa en su velocidad explosiva, pero su luz de goles seguirá con vatios cegadores. Seguro que Fernando Torres (30) seguirá siendo un cañón con las hadas de la suerte abrazándole, y Fernando Llorente (29) tendrá pólvora demoledora en sus piernas y, sobre todo, en su cabeza. Atentos a la explosión de Bojan, o Soldado o Negredo, o Rodri. Y los que tengan que venir. Hay luz después de Sudáfrica. Lo sabe bien Vicente del Bosque, el mago prudente. En la próxima Eurocopa del 2012 lo verán. Tranquilos: la Roja hierve de fútbol.

Tras el baño de felicidad que nos hemos dado con la entronización de la Selección de España como número uno del mundo y hartos de pellizcarnos los mofletes, llega el día después. La sonrisa sigue prendida a nuestros labios y en la retina danzan como virtuosos de Viena los buenos pases de Xavi Hernández, de Xabi Alonso, de Busquets; las carreras por la banda derecha de Sergio Ramos, las paradas milagrosas de Casillas, o los goles que como cascada de diamantes nos regalaron David Villa, Andrés Iniesta y ese lobo estepario llamado Carles Puyol.

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