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Ojalá que a España le toque el 'grupo de la muerte'
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José Manuel García

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Ojalá que a España le toque el 'grupo de la muerte'

La gira de la Selección nos mustió la euforia, y dejó salir ese yo perverso que cada españolito lleva siempre debajo del ombligo. La derrota nos

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Ojalá que a España le toque el 'grupo de la muerte'

La gira de la Selección nos mustió la euforia, y dejó salir ese yo perverso que cada españolito lleva siempre debajo del ombligo. La derrota nos dolió como una muela rota en la noche, especialmente porque la Inglaterra de Fabio Capello nos esperó cobardona en su corral y al primer estirón encontró petróleo. Pero nadie se acuerda que aquel día la suerte tapió de ladrillos el marco inglés. Más dolorosos fueron los 90 minutos en el estadio Nacional de San José, donde una manta berreona de agua se cebó con los de Vicente del Bosque, que llegaron a pedir un flotador en lugar de la pelota. O una toalla. Costa Rica tuvo su momento de gloria y España su fundición de plomos.

¿Es tan mala la Selección como para que andemos cambiando de tema y esperando sobrecogidos el sorteo de la Eurocopa 2012? Como amantes que somos de agarrarnos a los extremos y fundirnos en ellos, ahora nos toca un par de sesiones de pesimismo, de ver gigantes a los adversarios y pigmea nuestra tropa. Sin embargo, debemos parar el carro y ojear los recuerdos. Conviene recordar, por ejemplo, quién es España, la gente que lo hizo grande, y por supuesto, el timonel que los llevó; nadie puede olvidar tampoco que esta Selección campeona se merece un par de moratorias y varias toneladas de respeto, porque hasta Iker Casillas tiene derecho a equivocarse y David Villa medir su puntería con cuentagotas. Hasta Del Bosque tiene derecho a ser machacón con su fiel tropa, pese a que Arbeloa deja que le canten gramos de mediocridad y otros se pregunten qué hace Albiol para llegar a tanto. Pero un campeón por doble partida no lo es por un golpe de casualidad.

España tiene varios silos repletos de calidad y sabe dosificarla en los momentos cruciales. Es una selección ganadora que, como los buenos boxeadores, se reserva su mejor golpe para los momentos de gloria y cuando estira el brazo acaba dejando al adversario hundido en la miseria. Le pregunten, si no, a Portugal, Alemania o a Holanda.

Por eso no entiendo los paños calientes cubiertos de temor que ponen ciertos periodistas semanas antes del sorteo de grupos para la Eurocopa 2012. España se encuentra en el primer bombo, y el destino podría depararle un guiño malévolo, pues la suerte reservaría a los nuestros un billete para viajar en el ‘Grupo de la Muerte’. O sea, que Alemania, Portugal y Francia serían nuestros vecinos de ring en tierras polacas. Tres partidos a disparo limpio, sin prisioneros, con el fútbol metido en vena. Y el que más tenga, más posibilidades de victoria. Muchos hacen que tiemblen sus bolígrafos y se les caiga el micrófono. ¿España es inferior a estas tres selecciones? ¿Quién es el campeón? ¿Qué mejor ocasión para demostrarlo? Ojalá nos toquen los mejores o nos enganchemos al ‘Grupo de la Muerte’.

Porque estoy seguro que Iker Casillas será el de siempre, que Sergio Ramos,Piqué, Carlos PuyolBusquetsMataSilvaCesc FábregasIniesta,Xavi HernándezXabi AlonsoLlorenteCazorlaNavasFernando TorresLlorenteNegredoJordi AlbaMonreal… y unos cuantos más, reúnen suficiente fútbol para demoler cualquier muralla, por muy alta que sea. Aunque Polonia quede tan lejos. Nosotros la Eurocopa la tenemos cerca.

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La gira de la Selección nos mustió la euforia, y dejó salir ese yo perverso que cada españolito lleva siempre debajo del ombligo. La derrota nos dolió como una muela rota en la noche, especialmente porque la Inglaterra de Fabio Capello nos esperó cobardona en su corral y al primer estirón encontró petróleo. Pero nadie se acuerda que aquel día la suerte tapió de ladrillos el marco inglés. Más dolorosos fueron los 90 minutos en el estadio Nacional de San José, donde una manta berreona de agua se cebó con los de Vicente del Bosque, que llegaron a pedir un flotador en lugar de la pelota. O una toalla. Costa Rica tuvo su momento de gloria y España su fundición de plomos.

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