Es noticia
En el duelo Simeone-Bielsa, un tostón, el Athletic terminó con la cara llena de arañazos
  1. Deportes
  2. No hay Estrellas
José Manuel García

No hay Estrellas

Por

En el duelo Simeone-Bielsa, un tostón, el Athletic terminó con la cara llena de arañazos

Vas con toda la artillería, te pintarrajeas la cara tipo Rambo, muerdes un cuchillo como si fuera el palillo de un chupa-chups, disparas una mirada de

Foto: En el duelo Simeone-Bielsa, un tostón, el Athletic terminó con la cara llena de arañazos
En el duelo Simeone-Bielsa, un tostón, el Athletic terminó con la cara llena de arañazos

Vas con toda la artillería, te pintarrajeas la cara tipo Rambo, muerdes un cuchillo como si fuera el palillo de un chupa-chups, disparas una mirada de fuego y te lanzas al área contraria como uno de esos tigres que alancean por Bengala. Así es el Atlético de Simeone: furioso. En la otra orilla, once jugadores que pierden la vida por el intento de bajarlo al piso y mostrarle todos sus respetos. Balón y achique de espacios. Solidaridad y gol. Este es el Athletic de Bielsa, el 'Loco' que tiene revolucionado Bilbao, y que anoche se dejó las partituras en el hotel. No: lo que se dejó el Athletic fue a Fernando Llorente. Y también se dejó el balón.

Simeone y Bielsa comparten poco más que un pasaporte. Son entrenadores, hablan el español y a ambos les gusta el fútbol. Bueno: a Bielsa le gusta un poco más. A Simeone le gusta también la moda, sobre todo los trajes Hugo Boss.

Se enfrentaban ambos y el morbo se disparó. Nada más salir Bielsa, el hombre del chándal gris, saludó a su antiguo pupilo. Cordialidad de cartón piedra y poco más. Después rodó el balón, y todos se percataron de que, a veces, la pizarra se sienta sobre una lavadora y los papeles se cambian. A este Atlético, que siempre apuesta por correr y sudar hasta la última gota, le faltaba espacio y le sobraba balón. A todos menos a uno: Turan. El turco lo quería todo. Quería Turan levantar la cabeza, encontrar una pierna amiga y dejarle un regalo esférico. A veces encontraba a Adrián y otras veces a nadie. Un Atlético furioso, que corrió mucho detrás de algo redondo y sospechoso, hasta que, a poco del comienzo de la segunda mitad, apareció Falcao, que puso cara de enfado y enchufó dos veces la pelota. Luego se desenchufó. Pero fue suficiente su muestra para poner los tres puntos sobre la mesa de su equipo y una victoria prestigiosa en el bolsillo de su jefe Simeone.

El Athletic que ha hecho Bielsa tiene la cabeza en un sueño dorado llamado Europa League. Se nota en el gesto boca/piñón de algunos jugadores, se dibuja en las paredes de Bilbao. En la Liga hispánica, el que corre y se muestra es un pariente lejano que, cuando lo llaman, hace las veces de Athletic. ¡Eh, tú, el de la pinta de Athletic! Y el pariente lejano allí da un paso al frente, muy dispuesto a llevarse una ración de mamporros. Pasó en Pamplona, sucedió el pasado domingo en San Mamés, y anoche en el Calderón. Tres de tres: peligro.

En el primer tiempo, esta aproximación de Athletic de Bielsa dejó entrever algo. Se vio un poco de De Marcos, unas arrobas de Markel Susaeta, un cuarterón de Muniain, dosis selectas de Javi Martínez y una sombra espectral de Ander Herrera. Muy poco de chicha, dos carreras a ningún sitio y un percatarse de que el marcador no era tu amigo y el tiempo tampoco.

El duelo Bielsa-Simeone se diluyó en un vaso de agua. Al Loco se le escapó la pizarra y Simeone se acogió al Tigre. Falcao hizo los dos goles y le guiñó el ojo a quien lo trajo. Dos más para la buchaca. El Athletic no tuvo esa suerte. Sin Fernando Llorente, que está lesionado, más que un equipo, el Athletic es una declaración de intenciones. Amaga unas cuantas veces, bosteza y le llenan la cara de arañazos. Menos mal que le queda Europa.

Vas con toda la artillería, te pintarrajeas la cara tipo Rambo, muerdes un cuchillo como si fuera el palillo de un chupa-chups, disparas una mirada de fuego y te lanzas al área contraria como uno de esos tigres que alancean por Bengala. Así es el Atlético de Simeone: furioso. En la otra orilla, once jugadores que pierden la vida por el intento de bajarlo al piso y mostrarle todos sus respetos. Balón y achique de espacios. Solidaridad y gol. Este es el Athletic de Bielsa, el 'Loco' que tiene revolucionado Bilbao, y que anoche se dejó las partituras en el hotel. No: lo que se dejó el Athletic fue a Fernando Llorente. Y también se dejó el balón.

Diego Simeone