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Balones de oro que no evitan la ruina en la que se encuentra nuestro fútbol
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José Manuel García

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Balones de oro que no evitan la ruina en la que se encuentra nuestro fútbol

La Gala de la FIFA resultó de un rojo reventón previsible. El Balón de Oro miró a España y más de uno casi se muere por

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Balones de oro que no evitan la ruina en la que se encuentra nuestro fútbol

La Gala de la FIFA resultó de un rojo reventón previsible. El Balón de Oro miró a España y más de uno casi se muere por un atracón de miel autocomplaciente: todos los  jugadores del once ideal lucen escudos y colores de equipos de nuestra Ligas. El Balón de oro, Leo Messi, argentino, es canterano del Barça, como uno de sus escuderos de podio, Andrés Iniesta; el otro, Cristiano Ronaldo, juega en el Real Madrid. El mejor entrenador del mundo es Vicente del Bosque. Nunca, nunca, España, la campeona de todo, había vivido un presente tan histórico. Pero el futuro de nuestro fútbol aparece con los cristales empañados.

Salvo Real Madrid y Barcelona, el resto de clubes andan con las persianas echadas y buscando desesperadamente un euro para aliviar sus carnes. El Atlético, que es el segundo de la Liga (porque el Barcelona se ha disparado y ya está a once puntos), tiene al goleador Radamel Falcao, una joya de futbolista, al que le han echado el ojo los más poderosos. Los dirigentes del Atlético, con una importante deuda, tratan de revertir una situación financiera dramática y buscan un plan B que evite el temido plan A, es decir, la venta de Falcao. Pero hasta el momento, reconocen en el club rojiblanco, no ha llegado nadie con la varita mágica para evitar la tragedia. Hablamos del segundo equipo de la Liga, vigente campeón de la Europa League y la Supercopa de Europa, el club que más títulos ha conseguido en los últimos tres años, incluyendo al Barça.

El Valencia y el Sevilla, dos de los grandes de la Liga, llevan mucho tiempo con las alarmas encendidas. El Valencia, todavía en Champions, va trampeando la difícil situación con cierta dignidad pero el Sevilla hace sus cuentas metido en un congelador. Hacienda llama a sus puertas y otros acreedores ya no esperan. José María Del Nido, presidente sevillista, y su equipo de economistas buscan desesperadamente 16 millones de euros para tapar su agujero inmediato. Del Nido ha dicho a los agentes de Álvaro Negredo y Jesús Navas, sus dos estrellas más cotizadas, que atenderán ofertas a partir de este verano. Rakitic, Fazio, Medel y Perotti, esperan junto a la puerta de salida (los tres primeros no tienen garantizadas su continuidad este invierno). El Málaga, que está escribiendo las mejores páginas de su historia, no regresará a Europa el año próximo y no asegura la continuidad de sus estrellas a partir del ejercicio 2012/13.

Salvo Osasuna y Athletic, el resto de los equipos comulga con un presente de zapatos rotos y trata de eludir el peligroso abrazo de oso de la Ley Concursal.

Los acuerdos de televisión podrían aliviar el futuro de los clubes pero Real Madrid y Barcelona, que se llevan la mitad de los beneficios, no están por la labor de ceder un metro. La cúpula dirigente de la Liga de Fútbol Profesional, con el abogado Javier Tebas urdidor del brazo armado, apoya a los saurios y se apresta a encarar una guerra cruenta frente a los demás equipos, que abogan por un reparto más equitativo y justo. La solidaridad no existe cuando la pelota rueda.

Mientras, los campos en Primera presentan lamentables calvas en los graderíos. Las entradas para asistir a un partido en la máxima categoría se han disparado y se vive una realidad muy diferente a lo que acontece en la Premier League y en la Bundesliga. Real Madrid y Barcelona llenan sus campos pero al contrario que antaño ya no revientan los estadios de los demás. Con la que está cayendo, muy pocos pueden pagar 100 euros para ver una noche a Messi y a sus compañeros.

La Gala de la FIFA resultó de un rojo reventón previsible. El Balón de Oro miró a España y más de uno casi se muere por un atracón de miel autocomplaciente: todos los  jugadores del once ideal lucen escudos y colores de equipos de nuestra Ligas. El Balón de oro, Leo Messi, argentino, es canterano del Barça, como uno de sus escuderos de podio, Andrés Iniesta; el otro, Cristiano Ronaldo, juega en el Real Madrid. El mejor entrenador del mundo es Vicente del Bosque. Nunca, nunca, España, la campeona de todo, había vivido un presente tan histórico. Pero el futuro de nuestro fútbol aparece con los cristales empañados.