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Tres preguntas (con respuesta) sobre el partidazo entre Nadal y Pouille
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Álvaro Rama

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Tres preguntas (con respuesta) sobre el partidazo entre Nadal y Pouille

¿Ante quién perdió Nadal? ¿Cómo perdió Nadal? ¿Cuándo perdió Nadal? Estas son las tres preguntas que nos podemos hacer -e intentar contestar- sobre el partidazo del US Open

Foto: Lucas Pouille y Rafa Nadal se saludan al término de su partido de octavos del US Open.
Lucas Pouille y Rafa Nadal se saludan al término de su partido de octavos del US Open.

Una eliminación que sirve como peldaño en la escalera. Rafael Nadal, dos veces campeón en Flushing Meadows, se despidió del último Grand Slam de la temporada tras perder un partido agónico ante el francés Lucas Pouille, vencedor en cinco parciales en un encuentro diurno que llegó a tocar la noche tras más de cuatro horas de esfuerzo. Así, y tras embocar los vestuarios en Nueva York, el español completa su segunda temporada consecutiva sin levantar un major. Pese a todo, y en una dinámica de mejora más que evidente desde su regreso en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, la temperatura de juego del balear no hizo sino ganar enteros durante todo el torneo.

¿Ante quién perdió Nadal?

Un tenista de una capacidad técnica formidable, con un abanico de golpes completísimo para plantear cualquier variante deseada desde la línea de fondo, frenó los pasos de Rafael Nadal. En la central del US Open seguramente jugara el partido de su vida, sobre todo en un primer set colosal que ya preparó psicológicamente el encuentro para la sorpresa. A nivel de planteamiento de juego, un tenista privilegiado con unas opciones desmedidas para los próximos años. Probablemente, y mirando a la camada sub23 del circuito masculino, el jugador con más versatilidad de cuantos vienen pujando en el vestuario.

Antes de llegar a Nueva York, y tras firmar unos cuartos de final en Wimbledon que pudieron pasar de puntillas por el imaginario general, el jugador francés ya era el número 25 del mundo (con este resultado se aupará por primera vez entre los mejores 20 del circuito). Tan sólo Nick Kyrgios se sitúa por delante suyo en las listas oficiales a una edad más temprana. Con la diferencia de que el francés presenta un registro más estable y ya más muescas en rondas calientes de Grand Slam que el australiano. Su capacidad para pedirse calma a sí mismo al cierre del encuentro, en unos niveles de tensión nunca antes vividos en su carrera, prueban la capacidad especial del deportista para asumir de inmediato la responsabilidad.

¿Cómo perdió Nadal?

Una derrota siempre tiene más lecturas que el frío resultado. Lucas Pouille batió a Rafael Nadal en cinco mangas. Más de cuatro horas de tenis a gran intensidad con la llegada de la noche neoyorquina como telón de fondo. Con la igualdad permanente como norma (incluso terminaron ambos con 156 puntos ganados), Nadal abordó un partido de tensión continua desde la valentía en el fondo, terminando el encuentro con más de medio centenar de golpes ganadores a su nombre, buscando las soluciones por la vía directa cuando puedo. Con la seguridad de un revés variado y potente, que está guiando esta fase de su carrera. Un golpe formidable durante su carrera, siempre eclipsado por una derecha tan devastadora como particular.

El esfuerzo fue total, ilustrado por el desenlace del encuentro en la fase definitiva. Tras levantar una triple pelota de partido en el tiebreak (del 3-6 Nadal emergió hasta el 6-6) y tener en sus manos la opción de disfrutar un match point: con un punto construido a la perfección, el español dejó en la red una derecha clara golpeada a mitad de pista cuando ya se disponía a cerrar el intercambio. ¿Qué prueba esto? Que hubo espíritu hasta la última pelota, opciones y capacidad de desborde hasta el desenlace del encuentro. Esta vez sí, como suele decirse con ligereza en ocasiones, el partido se decidió por detalles. Detalles en los que el mallorquín tuvo el protagonismo y la capacidad para decidir su sino.

¿Cuándo perdió Nadal?

¿Los octavos de final de un Grand Slam son una barrera prematura para Nadal? Ante un campeón de su altura, no cabe duda de ello. ¿Firmar octavos de final en el US Open 2016 supone un paso atrás? Hay matices si se mira al cuadro de circunstancias completo. Tras un período de inactividad amplio (casi tres meses desde Roland Garros), el mallorquín ha logrado reengancharse a la competición y firmar la segunda semana en un grande - algo que no lograba desde Roland Garros 2015, imposible en sus últimas cinco participaciones de Grand Slam.

Sobre la pista dura de Nueva York, que exige reflejos, velocidad de piernas y que premia más que otras la alegría en el golpeo, el español ha firmado una primera semana de tenis pro-activo, pasando cada ronda con una demostración de ritmo y hambre. De largo, su mejor presencia en un major tanto por resultado como por juego desplegado. Haber sostenido durante cuatro partidos a cinco parciales ciertos niveles de intensidad suponen un paso adelante hacia el objetivo buscado. Nada más perder, el balear apunta a la clasificación para la Copa de Maestros como objetivo, síntoma del hambre por probar ese nervio en el escenario tradicionalmente más adverso para sus características: el ambiente cubierto.

En Nueva York, donde la algarabía rodeó una jornada más a la competición, el mensaje que se esconde tras un encuentro de ímpetu hasta el cierre: un Nadal batido pero no derrotado.

Una eliminación que sirve como peldaño en la escalera. Rafael Nadal, dos veces campeón en Flushing Meadows, se despidió del último Grand Slam de la temporada tras perder un partido agónico ante el francés Lucas Pouille, vencedor en cinco parciales en un encuentro diurno que llegó a tocar la noche tras más de cuatro horas de esfuerzo. Así, y tras embocar los vestuarios en Nueva York, el español completa su segunda temporada consecutiva sin levantar un major. Pese a todo, y en una dinámica de mejora más que evidente desde su regreso en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, la temperatura de juego del balear no hizo sino ganar enteros durante todo el torneo.

Rafa Nadal
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