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Nadal y Federer, los de siempre, quieren ganar un US Open diferente
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Álvaro Rama

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Nadal y Federer, los de siempre, quieren ganar un US Open diferente

Ante la multitud de ausencias en el cuadro masculino, los dos tenistas más influyentes de la última década aspiran a aumentar aún más su legado. El joven Zverev aguarda su oportunidad

Foto: Federer, Nadal y Venus Williams, en un acto promocional del US Open. (Reuters)
Federer, Nadal y Venus Williams, en un acto promocional del US Open. (Reuters)

Si no es un campo de batalla, se le parece bastante. Nueva York asiste al último Grand Slam de la temporada con un desgaste patente entre la élite. Si la dureza del deporte tiene cara y ojos este US Open deja un ejemplo bastante claro: cuatro de los 11 mejores jugadores del mundo se ausentarán de la cita. Una circunstancia poco habitual en la lucha por una copa de la mayor categoría en la disciplina.

Las ausencias del serbio Novak Djokovic, del suizo Stan Wawrinka (protagonistas de la final en 2016 y los dos últimos campeones del torneo), del británico Andy Murray (número 1 hasta hace apenas unos días), del japonés Kei Nishikori (subcampeón en 2014) y del canadiense Milos Raonic (número 4 mundial al cierre del curso anterior) dejan un torneo más abierto de lo común a un buen abanico de jugadores preparados para colarse por la rendija. También, la opción de que Rafael Nadal y Roger Federer empleen la experiencia construida a lo largo de toda una carrera y la imponente inercia de 2017 para tratar de imponer su ley en La Gran Manzana.

Español y suizo, que debutarán en la jornada del martes, acuden por el camino común en la zona baja del cuadro. Nueva York es el único escenario de Grand Slam en el que, en un guiño a la leyenda, jamás se midieron dos de las figuras más imponentes en la historia del deporte de la raqueta. Un resquicio pendiente en una de las rivalidades más atractivas que se vieron sobre una pista. Un choque en unas hipotéticas semifinales, un destino a ganar con cinco victorias sobre suelo neoyorquino, sería el posible punto de encuentro de ambos en Flushing Meadows.

Foto: Rafa Nadal lleva 142 semanas como número 1 en cuatro periodos. (EFE)

El helvético acude a Nueva York invicto en Grand Slam en la temporada (14-0), tras haber alcanzado la final de Montreal y, tras una quincena apartado de la competición, pendiente de haber podido tratar a fondo las molestias de espalda que afectaron a su rendimiento en el desenlace del torneo canadiense. Roger acude a un desafío notable: perseguir el major que más tiempo lleva sin ganar (desde 2008, más allá incluso que Roland Garros - coronado por única vez en 2009) y optar a la veintena de títulos de Grand Slam tras haber descongelado el número 17 a principios de temporada. Ante un plantel donde se ausenta la mitad de la primera línea, una oportunidad de oro para extender la leyenda.

Para Nadal, que disputará el Grand Slam aupado al número 1 del ranking, será la opción de liderar el cuadro en busca de su tercera copa del US Open (2010, 2013). El español levantó los brazos en Nueva York en temporadas de renacimiento, justamente en los dos cursos previos en que logró recuperar la primera plaza de la clasificación. Con el peso de la temporada bien cargado en el cuerpo - ocho meses de esfuerzo ininterrumpido - y el desenlace del curso al otro lado de la esquina, Flushing Meadows suele dejar poco espacio a las grandes sorpresas. Pese a quedar lejos de las copas en Montreal (octavos de final) y Cincinnati (cuartos de final), el mallorquín competirá con un mes de rodaje sobre suelo duro, con el clásico margen de las cinco mangas y condiciones distintas (clima, pelota y, en menor medida, pistas, difieren de las encontradas en semanas previas).

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-FOTODELDIA- epa06150844 Rafael Nadal of Spain in action against Nick Kyrgios of Australia during their match in the Western & Southern Open tennis tournament at the Linder Family Tennis Center in Mason, Ohio, USA, 18 August 2017. EFE TANNEN MAURY

Ante los dos principales favoritos, una etiqueta con el valor justo más allá del papel, acapara miradas la ascensión de Alexander Zverev acapara miradas. Sus dos títulos Masters 1000 (Roma, Cincinnati) y su imponente balance de 10 victorias en 11 partidos en la temporada de pista dura americana convierten al pupilo de Juan Carlos Ferrero en un aspirante claro a romper moldes en Nueva York. Su adaptación a las cinco mangas de un Grand Slam - jamás firmó una victoria más allá de tercera ronda - puede ser el siguiente peldaño a escalar por el gran talento de Hamburgo. Llamado a tomar el control del circuito a medio plazo - es número 6 mundial con 20 años - el alemán tiene una oportunidad en Nueva York para seguir mirando a los ojos a los pesos pesados del circuito. Un debut en la pista Arthur Ashe, honor al alcance de muy pocos, ya le sitúa como un jugador respetado por cualquier torneo. Si Flushing Meadows es el Grand Slam del espectáculo y las distracciones, un torbellino de música y luces, la misión parece clara en las manos del jugador joven más enfocado del vestuario.

En una temporada con aroma vintage, donde Nadal y Federer han impuesto su ley en gran parte de las citas clave, también hay perfiles esperando su gran opción. Puede ser el caso de Dimitrov, semifinalista en el último Grand Slam sobre pista dura y reciente campeón en Cincinnati de su primer Masters 1000. Y aguarda en la sombra el antiguo campeón Marin Cilic, montado en una soberbia temporada coronada con la final de Wimbledon.

Frentes suficientes para convertir un US Open plagado de ausencias en un espectáculo más abierto en la mente de muchos aspirantes.

Otro reto para Garbiñe

Ser número 1 ha pasado de ilusionante aspiración a opción factible. Garbiñe Muguruza acude a Nueva York como contendiente al primer puesto del circuito WTA. Tras refrendar su corona de Wimbledon con un imponente título en Cincinnati, la caraqueña tiene opciones de tocar la cima desde los octavos de final y depende de sí misma para hacerlo si vence en Nueva York.

En una pelea multitudinaria por el trono (Simona Halep, Elina Svitolina, Karolina Pliskova, Caroline Wozniacki, Svetlana Kuznetsova y Venus Williams completan la terna de ocho aspirantes) la presente edición del US Open sirve para subrayar la igualdad actual en la zona noble del circuito femenino.

Para Muguruza, que ya es la tenista con más puntos sumados en la temporada 2017, una simple opción para remarcar lo evidente: la madurez va tomando forma y, bajo los focos de Nueva York, se le ofrece la cumbre del deporte.

Si no es un campo de batalla, se le parece bastante. Nueva York asiste al último Grand Slam de la temporada con un desgaste patente entre la élite. Si la dureza del deporte tiene cara y ojos este US Open deja un ejemplo bastante claro: cuatro de los 11 mejores jugadores del mundo se ausentarán de la cita. Una circunstancia poco habitual en la lucha por una copa de la mayor categoría en la disciplina.

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