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La campaña electoral del Barcelona deja al desnudo la falta de 'seny'
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Gemma Herrero

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La campaña electoral del Barcelona deja al desnudo la falta de 'seny'

El Barcelona presume de valores y democracia, pero la campaña ha dejado al desnudo la falta de 'seny', la ausencia del tan cacareado juego limpio y que la máxima del fin justifica los medios es válida

Foto: Joan Laporta (Reuters).
Joan Laporta (Reuters).

Un candidato, Bartomeu, que se comporta como un presidente y anuncia en plena campaña quién será el rival en el Gamper: la Roma. Otro, Laporta, que con toda la soberbia recomienda a los otros dos con menos posibilidades, Benedito y Freixa, que renuncien a sus aspiraciones y, no que se unan a él, sino que se dejen absorber porque ¡bah!, total, no pintan nada. Una Junta Gestora que no ha explicado, ni tiene pintas de hacerlo, por qué dio luz verde a una operación, la del fichaje de Arda Turan, de 41 millones de euros en lugar de esperar tan sólo dos semanas a que hubiera nuevo presidente, y no pasa nada. El FC Barcelona presume de valores y democracia, pero la campaña ha dejado al desnudo la falta de 'seny', la ausencia del tan cacareado juego limpio y que la máxima del fin justifica los medios es válida también en el Barça. Aquí lo que importa es ser elegido presidente el próximo sábado, dejémonos de tonterías.

Todavía hay tiempo para las sorpresas en esta última semana de campaña. Abróchense los cinturones porque no parece que lo hayamos visto todo ya. Se suponía, por ejemplo, que se iba a debatir del modelo y que de poco iban a servir los cromos, pero ahí está Bartomeu presumiendo del fichaje de Turan y presentándose como el portavoz de los deseos de Luis Enrique. Ahora resulta, según ‘Barto’, que el técnico no quiere a Paul Pogba así que cabe preguntarse para qué leches viajaron a Turín Ariedo Braida y Albert Soler, con luces y taquígrafos además. Ahí está también Joan Laporta filtrando que podría conseguir durante los próximos días que el francés o su representante, Mino Raiola, hicieran una declaración pública arrimándose a él y que lo tiene medio hablado con otro jugador importante que se lo ha conseguido Albertini. Laporta, que ya sacó rédito de Beckham cuando era Florentino el que lo tenía fichado en las elecciones del 2003, intenta repetir la jugada.

Se avecina una semana plagada de rumores sobre denuncias de última hora, pactos entre candidatos, acuerdos con jugadores, dimes y diretes. Todo, como ven, muy edificante. Mañana tendrá lugar el único debate con los cuatro aspirantes. Bartomeu afirma que está deseando que llegue y argumentó ayer que si no había acudido a otros era porque había estado muy liado explicando a peñas y socios por Catalunya su programa. Y lo dijo sin reírse, que ya tiene mérito. Como si debatir en plaza pública con el resto de candidatos no fuera la mejor manera de llegar a la mayor cantidad de socios y que puedan comprobar cuáles son sus propuestas frente a la de sus rivales. Como si no supiera que en el debate tiene las de perder porque hablar no es su fuerte. Como si no lo hubiera evitado por recomendación de sus asesores. Como si no lo temiera, ni un poquito siquiera.

Benedito y Freixa, mientras, ya han sido tratados como molestos mosquitos de verano por Joan Laporta, que pretende aplicarles un ‘flus-flus’ para que dejen de zumbar. Poco o nada se sabe de su programa. Ni siquiera le hace falta un ‘power point’ en sus presentaciones. Con su figura, un micrófono y su amistad con Mino Raiola cree que le alcanza. ¡Tachaaán! Empieza hoy la última semana de campaña. Ánimo a todos. Ya queda menos.

Un candidato, Bartomeu, que se comporta como un presidente y anuncia en plena campaña quién será el rival en el Gamper: la Roma. Otro, Laporta, que con toda la soberbia recomienda a los otros dos con menos posibilidades, Benedito y Freixa, que renuncien a sus aspiraciones y, no que se unan a él, sino que se dejen absorber porque ¡bah!, total, no pintan nada. Una Junta Gestora que no ha explicado, ni tiene pintas de hacerlo, por qué dio luz verde a una operación, la del fichaje de Arda Turan, de 41 millones de euros en lugar de esperar tan sólo dos semanas a que hubiera nuevo presidente, y no pasa nada. El FC Barcelona presume de valores y democracia, pero la campaña ha dejado al desnudo la falta de 'seny', la ausencia del tan cacareado juego limpio y que la máxima del fin justifica los medios es válida también en el Barça. Aquí lo que importa es ser elegido presidente el próximo sábado, dejémonos de tonterías.

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